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-Es... ¿En donde lo escuchaste?

-Cuando llegamos eso dijo el tal Rules.

-Es la máxima felicidad, tu complemento, tu todo, ya no eres solo tu, ahora son los dos, y los dos son uno mismo, no hay palabras para describir lo que se siente, es como flotar entre las nubes, el aire se tensa, sus corazones se sincronizan, solo son los dos en una habitación-vi como los ojos le brillaban al verme solo a mi, su sonrisa se hizo presente, su preciosa sonrisa que me hipnotizo-es toda perfección, sus defectos y virtudes son las tuyas, solo existe uno para cada uno de nosotros, es único, es como una prueba para sabes si mereces ser feliz, muchos se tardan en encontrar a su mate, siempre viene cuando has sufrido demasiado, es como un apoyo, cuando llegas al sufrimiento máximo aparece tu mate y te alegra, por eso los mates se valoran y se cuidan.

-Parecen muy importantes.

-Lo son.

-Vaya.

-Esta noche quiero que me acompañes a la fiesta. ¿Quieres?

-¿Esta noche? No tengo que ponerme.

-De eso mi madre y mis hermanas se encargan-me sonrió de una manera que sentí que me derretía-ven, hora de ir a que te vistas-extendió su mano y yo la tome sin pensarlo, el la apretó fuerte y yo disfrute como nunca todas sus caricias, era tan exquisita esa sensación que me dejaba sin aliento, salimos del cuarto, bajamos las escaleras, salimos de la cabaña y el seguía lanzándome miradas y sonrisas cada que podía, yo solo estaba embobada viéndolo, nos detuvimos en una casa grande, esta no era una cabaña, era una casa muy bonita, el empujo la puerta y apretó mi mano para animarme a entrar, en cuanto entramos me sentí como en casa, era casi igual a mi casa en casi todo sentido, el siguió caminando, subimos unas grandes escaleras que parecían de castillo, al estar arriba camino a la derecha y abrió la puerta con toda confianza.

-Hola ma.

-¡Jack! Bebe que bueno que te veo-mi rectora abrazo a su hijo, el cual soltó mi mano para abrazar bien a su madre, no podía creer que era mi rectora, se veía mucho mas joven, en cuanto se soltaron me miro-Hola Anie. No te esperaba. ¿Jack?

-Luego te explico ma, quiero que Anie me acompañe esta noche y no sabe como vestir, me hechas una mano.

-¡Por supuesto! Deja solo traigo a las chicas-ella salio, Jack se acerco a mi, tomo mi mano y se la llevo a la cara, deposito un pequeño beso.

-Te dejo en buenas manos-en cuanto termino de hablar apareció mi rectora con dos muchachas muy jóvenes, esperen, a una la conozco, es... es a la que le cerré la puerta en la cara-Bien yo me voy, soltó mi mano-Cuidenmela mucho por favor-y así se fue, un vació me invadió, mi rectora se acerco y me dijo.

-Bien ellas son mis hijas, Marta, la mayor-punto a la morena con cabello lacio, ojos azules, muy lindos, unos vaqueros desgastados y una playera blanca que tenia estampada la frase "It's my problem", ella me saludo muy enérgicamente-y mi otra hija Lila- la joven me sonrió muy falsamente -bien, manos a la obra, chicas ¿Qué creen que le pueda quedar?.

-Yo digo que el color negro le resalta el cuerpo-Marta salio corriendo del cuarto.

-Yo digo que un costal de papas le vendría muy bien-Lila tan linda.

-No seas grosera Lila.

-Ella empezó.

-¿Qué fue lo que te hizo?

-Me cerro la puerta en la cara en casa de Jem.

-Pues tu también, sabes que el no te quiere cerca y siempre dice lo mismo, ella no sabia quien eras, perdónala.

-Tienes razón. Seamos amigas-me sonrió pero esta vez con un poco de honestidad en ella, pero seguía siendo algo falsa.

Marta llego con muchos vestidos negros y los puso sobre la cama-Veamos cual te gusta.

-No, ella no lo escogerá, déjamelo a mi, yo soy experta en esto-Lila dijo muy segura, fue hasta los vestidos y los separo, después de cinco minutos tomo cuatro vestidos-no decido cual es mejor, ¿Me ayudan?

-A ver, este me agrada-como dije era negro, cubierto pero tenia algo lindo era como de pasarela pero este tenia cola y era de una tela muy ligera, lo mas alto venia siendo la parte delantera-pruébatelo, el baño esta allá-señalo una puerta frente a mi, entre y me puse el vestido, entro con facilidad, me encanto en cuanto lo vi en mi, tenia un escote pronunciado pero se amarraba al cuello algo así como el de Marilyn Monroe, solo que en negro y mas sexy, salí del baño y las tres me miraron y sonrieron.

-¡Ese es!-dijeron al unisono, al escucharse se rieron-ahora los zapatos, tengo unos que te encantaran-dijo Lila energética, salio del cuarto y de inmediato reapareció con unos zapatos no muy altos pero hermosos, eran como y tipo bota pero la punta estaba descubierta y no eran largos sino un poco cortos, me mire en el espejo ya con los zapatos puestos y no me podía reconocer, Marta me guió al tocador para empezar ella con mi peinado y mi rectora con mi maquillaje, al darme por terminada me mire en el espejo y me enamore, el peinado era recogido pero a la vez estaba despeinado, no lo puedo explicar, simplemente hermoso, mi maquillaje era simple, nada del otro mundo, lo mejor fue el labial rojo pasión, me recordó inmediatamente a Jack, me pare y vi el reloj eran las ocho menos quince, todas lo vieron y se fueron del cuarto, en cinco minutos regresaron muy bellas, todas con vestidos, Marta llevaba uno color morado y tacones plata, se recogió el pelo de lado y se veía muy linda, Lila uno color rosa chicle un poco corto, tacones plata igual pero ella se dejo el pelo suelto, su maquillaje muy discreto al igual que Marta, mi rectora llevaba un vestido azul largo, maquillaje un poco llamativo y el cabello recogido de lado-Bien, hora de bajar-mi rectora tomo una bolsa pequeña y todas bajamos, me guiaron hasta la sala, ahí estaba ya Jem, un hombre alto y joven,  otro joven muy apuesto y claro Jack, todos con camisa de vestir y pantalón formal, en cuanto el me vio sonrió ampliamente, se levanto y camino hacia mi, yo no podía respirar, solo eramos el y yo, cuando quedo justo frente mio me tomo las manos, las beso.

-No pensé que tu belleza fuera superada.

-No pensé que tuviera belleza.

-La tienes de sobra-soltó una de mis manos y me guió fuera de la casa, al estar fuera vi dos autos y dos motos, el me guió hasta una de las motos, era negra, saco dos cascos de la parte de abajo del asiento, uno me lo tendió y el se puso el otro, yo no tenia ni idea de como se ponían, el al ver que no podía me lo puso con sumo cuidado, lo abrocho y me ayudo a montar su moto, el se subió delante de mi, la encendió, yo la abrace de la cintura, no paso mucho hasta que nos detuvimos, el se bajo y me ayudo a bajar, nos quito los cascos y los guardo, tomo mi mano y empezamos a caminar un poco, en medio del bosque estaba una pista, entre los arboles colgaban focos pequeños, me enamore por completo del lugar, Jack se detuvo antes de entrar y me dijo al oído.

-Estas muy linda hoy, no te alejes de mi, ellos pueden querer propagarse, no te dejes, por nuestro bien no te separes de mi-esto no me da buena espina







Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora