#15. A Bloody And Dangerous Love.

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- Así me decía él - sollozó en voz muy baja. Me doy vuelta, soltándose del agarre de Sessomaru y caminando hacia a la puerta -Debo ir al baño.

No sabía si me habían escuchado, pero no espere respuesta.

Me adentre en el pequeño baño de la habitación y deje que los recuerdos de mi padre llamándome Jelä me inundaran. Me destruyeran.

El siempre se dirigía a mi como "Princesa Jelä"

El corazón me dolía en lo que me me daba cuenta de lo poco que recordaba de él. Siempre creí en el dicho que decía: Las personas no mueren hasta que son olvidadas. Yo lo olvide. Es como si lo matara una vez más.

No se cuanto tiempo transcurre hasta que logro calmarme lo suficiente como para pararme. Haciendo caso omiso del dolor en mis músculos. Me dirijo al espejo para limpiarme.

- Suficiente. Llorar es de débiles. Yo no lo soy... Ya no más.

Voy a la puerta y la abro lentamente. Encontrándome con los No Taisho y sus amigos dentro.

- Lo siento - oigo a mi madre decir y sale de la multitud deprisa para interseptarme en un abrazo de mamá oso. Las lágrimas de dolor no se hacen esperar.

- Estoy bien, mamá. Pero estaré mejor si me dejas... Respirar - pido ahogadamente.

- La esta lastimando, Sra. Higurashi. - advierte Sessomaru que en un momento ya esta detrás de mi madre con la mano en su hombro.

- Oh, lo siento - solloza ella alejándose.

- No pasa nada, ma - la tranquilizó con lo que yo rogaba pareciera una sonrisa.

- Lo siento, Kagome. No quería hacerte daño - se excusó el señor No Taisho, tenso - Lo que quería decir es que estoy aquí para revisarte y ver que puedo hacer por tus heridas. Necesitó tu consentimiento.

- Señor No Taisho, no se preocupe. Sólo me sorprendí. Me guata mucho ese nombre. ¿Le importaría seguir llamándome así? Es el nombre con el que nací y no lo quiero olvidar. Es sólo que hace tanto que no lo escuchaba... Que sólo... - suspire - Y si, por favor. Detestó los hospitales. Y lo irónico es que la mayor parte de mi vida he estado en ellos. Pero si fuera tan amable... - trató de aparentar tranquilidad cuando en mi mente el dolor y la racionalidad están batiéndose a duelo por la supremacía.

- Bien, esto es diferente a como es un chequeo normal ¿vale? Te ayudaré y si es necesario Kikio también.

Dicho esto, el señor No Taisho puso sus manos en mis heridas y cerro los ojos. Sentí un calor invadirme. Ese calor se tratraslado a mi cabeza y lo sentí tocar mis recuerdos. Normalmente me hubiera cerrado abruptamente pero esta vez no. Le abrí mi mente y le deje ver todo lo que jamás había visto nadie. Lo llene de mi energía y, después de cerrar los ojos, perdí el paso del tiempo.

Cuando levantó la mirada, me vio con los ojos llenos de sorpresa y apreciación. Ya nada en mi dolía. Le devolvi la mirada.

- Es un honor resivir este regalo tuyo. Serás una nuera más que fantástica. Esperó que pases por nuestra casa y hables con migo. Oh, y claro que puedo hacerte ese insignificante favor. Es lo menos que puedo hacer - dijo y se levantó para ir donde su esposa.

-¿Como te sientes? - rompió el silencio Kikio.

- Muy bien. Ya no me duele nada. A excepción de esta cosa. - hago un gesto hacia la aguja que apuñalaba mi mano izquierda.

-Ya la quitó yo.

Sessomaru se arrodilla frente a mi y coge mi mafo en las suyas. Cientos de cursis ideas pasan por mi cabeza. El ríe por lo bajo y me mira a los ojos. Dejándome ver que él también tiene ideas cirsis y absurdas.

- Lindo - consedo entre risas.

Él saca la aguja y una línea carmesí se desliza por el dorso de mi mano. Sessomaru agacha la cabeza y pasa su lengua por la línea hasta detenerse en el pinchaso. Le da la vuelta a la mano y besa en centro exacto de mi palma. Me estremesco.

-Ya esta- dice después de levantar la cabeza. Sus ojos de un intenso rojo y dorado. No me asustó ya que el señor No Taisho me dejó ver en su mente y vi que eso sucedía por varias razones : Ira, hambre, éxtasis, lujuria...

Un segundo después sus ojos volvieron al dorado que tanto conocía.

- Gracias - murmuró y me levantó. Todos tenían la vista fija en nosotros, sus miradas sorprendidas - ¿Que pasa?

- Bueno, es que tus ojos son impresionantes. Por un momento tu cabello invirtió su color. Ah, y es antipático de mi hermanito esta arrodillado frente a ti besándote la mano. CON DELICADEZA. Él no es así - se burla Inu. Kikio y Ayame de dan un golpe y lo fulminante con la mirada.

-¿Tienes idea de que significa tu nombre real? - me pregunta Yasha, lejos de estar divertido. Lo miró desconcertada.

- Yasha - lo reprende el señor No Taisho en voz baja - no es el momento.

- Hija.

Mi madre atrae mi atención haciendo un gesto con la cara que en nuestro largamente aprendido idioma corporal significaba que ocultara mi apariencia. Lo hago casi distraídamente y ahora parecía una chica común.

- Ire a ver al doctor para que te den el alta. Y mañana vallas al instituto - agrega ella.

- La acompañó - siguen a mi madre el señor No Taisho y sus esposa.

Inu y Kikio hacen un gesto de despedida y se van junto a los demás. Ayame me abraza y Koga me mira.

- Se que escuchaste lo que dije. Me retractó. Lo siento, serás más que bienvenida, hermanita.

Me coge la mano y la besa. Con una reverencia se alejan los dos cogidos de la mano.

Yasha me da una mirada que no puedo interpretar y Enju me regala una sonrisa forzada. Con una reverencia por parte de él, se van. Dejándome sola con Sessomaru.

No puedo evitar ensar que Yasha esta muy enojado con migo. ¿Por que? No tengo la menor idea.


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A bloody and dangerous loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora