UMBRELLA (Or Nah?) » Jos Canela

II

Deje mi móvil a un lado evitando aquella conversación con ese hombre. Me causo escalofríos al leer aquellas palabras, nunca antes me habían dicho algo como así. Y pensé que esto se quedaría en mi cabeza por algunos días.

Baje a la sala después de haberme quitado el uniforme y ponerme algo más cómodo para el resto del día. Mientras recorría el pasillo para comer un par de bocadillos, escuche como un auto era aparcado afuera de la casa.

Mis padres entraron por la puerta y Alonso bajo de su habitación, dejándose caer en el sofá.

—Alguien se ha fugado después de la escuela , con su amiga, Lily. ¿Cierto?

No entendía como era posible que Alonso fuese tan chismoso.
Le mire y él sonrió.

—Vera...— mi padre hablo intentando quitarse la corbata que traía en su cuello, levantó su cabeza y comenzó a hablar nuevamente—¿Sabes qué pasa cuando rompes las reglas de la casa?

—Claro—sonreí —. ¿Qué es lo que haré primero? ¿Limpiar el baño, recoger las habitaciones...?

—No— mi madre tomo mi mano y me volteo hacia ella—. Carmela lo ha hecho ya. Tengo otra cosa para ti—.  Busco entre su bolso y saco un pequeño paquete envuelto en papel azul—. Iras a la casa de los Barnes y le entregarás esto a la madre de Lily. Alonso ira contigo.

Salí de la casa y Alonso hizo lo mismo.

—¿Qué haces?—quise saber al ver como Alonso abría la puerta del auto—. La casa de los Barnes queda a una cuadra.

Volvió a cerrarla y reí fuertemente por dentro. Porque si Alonso escuchaba reírme de él, lo más probable sea que me mate.

Toque la puerta unas cuantas veces hasta que por fin alguien le quito el seguro por dentro.

Para mi mala suerte. Eliot.

—Vera, si buscas a Lily, ella salió junto con mi madre a hacer algunas compras—dijo el chico mientras que veía a Alonso detrás mío.

—De hecho buscaba a Gloria, tu madre. Pero como me has dicho que no está vendré más al rato.—sonreí.

Al girarme me di cuenta que Alonso ya había caminado más de la mitad del camino para volver a casa.

—Tu hermano es muy raro ¿sabes?- Eliot soltó una risilla—. Quizás no le caigo bien—se cruzo de brazos recargándose en el marco de la puerta—Tú eres diferente, Vera.

—Quizás, tengo que irme, ahora.

Cuando decidí en girarme el chico volvió hablar provocando que no lo hiciese y quedara en la misma posición en el que estaba hace unos segundos.

—En la noche habrá una pequeña fiesta en el parque, junto al bosque. ¿Te apetece venir? Lily vendrá.

—No lo sé, Mis padres no me permiten asistir a una fiesta sin conocer a la persona que la organiza. Ya sabes... las ideologías de mis padres.

Casi cumplía 18 y mis padres aún me cuidaban como a una niña de cinco años.

—Lily vendrá—repitió con una voz muy tentadora—. Puedo ir a ver a tus padres junto con Lily y asunto arreglado. Vamos Vera será divertido.

—Bien, entrégale esto a Gloria. Dile que se lo manda mi madre—me gire y comencé a caminar— ¡Puedes venir y hablar con mi padre durante la comida!

Salir a una fiesta por la noche y junto con personas desconocidas no era algo que aprobara mi padre. Tal vez por esa es la actitud de Alonso, ambos necesitamos desenvolvernos en un ambiente en que nos divirtamos con los chicos de nuestra edad y no en fiestas de negocios junto con mis padres y personas súper mayores que nosotros.