Capítulo 7

102 5 1
                                    

Un ruido a mitad de la noche hace que me despierte, parecía como si alguien hubieran arrastrado algo pesado sin cuidado alguno. Con mucha pereza veo la hora en mi celular; 3:18 de la madrugada.

Me levanto para ir a la cocina por un poco de agua, aprovechando que ya me desperté para así poder seguir durmiendo aún me quedan 4 horas más de sueño.

Abro la puerta  y salgo sin cuidado hacia la cocina. Antes de entrar veo que la luz está encendida, lo que significa que hay alguien dentro o que alguien a dejado encendida la luz.

Quiero regresar a la habitación pero la sed que tengo ha incrementado y eso me obliga a entrar.

La luz me ciega por unos segundos y uso mi mano como protección poniéndomela en frente de los mismos.

–¿Qué haces despierta a esta hora?– escucho la voz de Rubén. No me sorprende casi nada que esté en la cocina, es el único que está en la casa conmigo.

Lo observo unos segundos; está apoyado en el mesón y sostiene un vaso entre las manos con lo que supongo es leche.

–Me desperté sin querer...– camino hacia el mesón contrario en el que está Rubén y me paro a pensar en lo que acabo de decir– eso ha sonado muy idiota–. Me burlo de mí misma y escucho a Rubén unirse a mi risa. Sigo con mi camino hasta llegar al mesón y quedarme apoyada ahí.

– Creo que he sido yo quien te ha despertado– una risa diminuta sale de sus labios.– Lo lamento.

– No te preocupes.– lo digo prácticamente en un susurro, lo suficientemente alto como para que me escuche, y bajo la mirada.

Después de mi comentario ninguno de los 2 dice nada. El silencio comienza a extenderse cada vez más y las ganas de terminarlo, de mi parte, se anulan completamente.

Por acto reflejo, levantó la mirada para conocer a un par de ojos verdes que me miran atentos desde el mesón contrario; al notar que los descubrí mirándome se desvían, al igual que los míos.

– Lamento haberte dicho eso hoy en la tarde.– regresa su mirada a mi y la mantiene firme pero yo no puedo hacer lo mismo.

– Tranquilo, fue mi culpa. No debí entrar a tu habitación.

– ¿Cómo te puedes disculpar de algo que ni siquiera sabías?– me pregunta frunciendo el ceño.– Sólo discúlpame por haber dicho y hecho todo lo de esta tarde, ¿vale?.

<<"Vale" Qué rara palabra>>

– Tu discúlpame a mí por haberte gritado en la noche.– digo un poco avergonzada mientras miro el suelo y me sonrojo levemente al recordarlo.

– Sólo si tú me perdonas a mi.– propuso su condición, me reí parecía un niño de 5 años.

– Está bien. Te perdono.

– Y yo a ti.– sonríe con satisfacción– ¿Amigos?– se acerca un poco y extiende su mano hacia mí en signo de reconciliación.

No dudo mucho en tomar su mano, me parece algo muy tierno, infantil y gracioso de su parte.

–Amigos.– nos reímos juntos por nuestra niñería.

Regresa a donde estaba antes y me dice:

— Es la primera conversación normal...– piensa unos segundos.– bueno casi normal que hemos tenido desde que llegaste. Esto es épico.– levanto el brazo en signo de celebración.

Paper Memories (Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora