Capítulo 10

75 3 0
                                    

–¿De qué hablas? Yo... Yo no... Yo no te estaba viendo.– trato de arreglar las cosas pero lo empeoro aun más, estoy demasiado nerviosa así que me he trabado mientras trataba de responder.

Una carcajada se escapa de su garganta:

–Yo no te he dicho que me estás viendo.– se ríe.–Pero bueno como diga señorita– dice entre risas lo que provoca que mis mejillas se enciendan y mis ganas de salir corriendo y desaparecer aumenten.

Finalmente el agua se termina de calentar sin que yo me de cuenta. Retiro la jarra metálica de encima de la cocina, tomo un jarro y me sirvo un poco. Agarro el café y lo mezclo en el agua que acabo de calentar.

–¿Comerás conmigo?- le pregunto sin poder tener el valor de verle la cara.

–Claro, siéntate en la mesa que ya voy ¿vale?

–Está bien.

Salgo de la cocina con mi taza de café, me siento y doy un sorbo; hago una mueca al recordar que no le he agregado azúcar así que me levanto y regreso a la cocina.

Veo mis zapatos en el camino a la cocina pensando en qué haré mañana y de repente siento que choco con algo para pocos segundos después sentir algo frío correr por todo mi pecho.

– Lo siento, no sabes cuanto lo siento.– inmediatamente siento el aroma a cerveza provenir de mi pecho y veo que Rubén se agacha un poco, sus manos están abiertas y se mueven torpemente tratando de remediar lo que ha hecho– Que no te he visto.–comienza a reír mientras yo palpo mi camiseta y cabello ambos empapados de cerveza.

Trato de contenerme para no gritarle, lamentablemente, lo consigo y sólo digo:

  – Si... Claro...–. Tomo sus manos y las llevo hacia su pecho, tratando de hacerle entender que lo deje así, lo cual parece sorprenderle.– Mejor será que sequemos todo esto– digo mirando el suelo empapado y la gran lata de cerveza vacía.

  – Vale, voy a por el papel de cocina.

Veo a Rubén irse a la cocina y luego bajo mi mirada al charco de cerveza, resulta extraño que mi camiseta esté empapada, que el charco esté a unos centímetros de mi y que mis zapatos no se hayan mojado.

  – Vale, toma este y ayúdame de ese lado.– Me tiende una toalla de cocina, doy un paso y me estiro un poco para alcanzarlo.

Rozo la toalla con mis dedos para segundos después sentir a mi cuerpo perder el equilibrio y, por lógica, trato de recuperar lo dando un paso más. El pánico y los nervios llegan a mi cuerpo cuando recuerdo que el piso está mojado y como si el piso pudiese leer mi mente o entender que estoy nerviosa, hace que mis torpes pies pierdan la coordinación y resbalen por el suelo, dándome dirección e impulso para ir hacia adelante, ahogo un grito cuando lo único que veo es la camiseta de Rubén frente a mi y segundos después sentir el impacto mientras cierro los ojos.

Siento mis rodillas chocar el suelo al igual que mis manos a mis lados, respectivamente, pero no ocurre lo mismo con mi rostro ni mi pecho... Aun así siento que estoy recostada sobre algo; ligeramente me incorporo con la ayuda de mis manos y, a la vez, abro mis ojos para encontrar a Rubén a centímetros de mi, con una expresión de dolor, su mano derecha frotando su cabeza y lo único que tiene de apoyo es su codo izquierdo.

Sus párpados se levantan y dejan al descubierto un par de confundidos ojos verdes que me observan con cautela, haciendo que se me corte la respiración y mis mejillas adquieran color.

Yo, encima de él, en la posición más comprometedora que podía tener. Él, disfrutando de mi escote y posición. ¡Qué escena tan bonita!

– Tantas ganas me tienes que ahora me has atrapado debajo de ti–. Lo dice sin cuidado y entre risas, viéndome directamente a los ojos – A decir verdad, no me puedo quejar del panorama–. Baja su mirada a mi escote y vuelve a mis ojos– ni mucho menos de lo divertido que es verte nerviosa y sonrojada encima de mí–. Dibuja una risa burlona con los labios– y, aunque no lo creas, también siento que estás temblando. – Al acabar de decir todo esto profundiza su sonrisa y por alguna razón se acerca a mi rostro, y para empeorar la situación, yo me sonrojo aún más.

Paper Memories (Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora