Capítulo 9

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–Toma– le paso su vaso con té helado y un sándwich a la chica pelirroja.– Que lo disfrutes.– Finalmente le regalo una sonrisa fingida, aunque me aseguro de que no se notara.

–Gracias– toma ambas cosas y se va con una sonrisa.

Observo la pantalla de mi celular, 6:03 p.m. Al fin podré irme. Me retiro el delantal, me agacho para guardarlo en mi maleta y exhalo exhausta.

–¿Tan temprano te vas zorrita?– dice alguien en el mostrador enfatizando la última palabra.

Frunzo el ceño y me levanto para encontrar a un par de idiotas en frente de mi. Cabello rubio, tes blanca y apariencia de niño mimado; nada más y nada menos que David Días, acompañado de la idiota de su novia, Elisa García .

–¿Qué quieres?– digo impaciente.

–Un café doble– dice David leyendo el menú de la pizarra a mis espaldas y luego me mira– y baja ese tono, que no me gusta eh.– al acabar de decir eso escucho a su novia reír.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo a preparar lo que ordenó.

<<Espero con ansias el día de tu muerte>> pienso y luego suspiro pesadamente.

Las cosas no habían sido distintas al colegio aquí en la universidad. Al parecer tengo la peor suerte de todo este maldito planeta, pues Elisa y David son la peor combinación en este mundo, Allison con toda su pandilla son casi nada comparados a ellos...la verdad es que ambos se empeñan en hacer que mi vida sea un asco, que sea imposible.

*

Después de escuchar muchas burlas y bromas sin gracia; recogí mis cosas, me puse mis auriculares y comencé a caminar directo al departamento.

Siento la helada brisa de Madrid en diciembre la cual inmediatamente hace que mi cuerpo se estremezca. Hoy es martes 22 de diciembre, estoy a 2 días de Noche Buena y aún no siento emoción o nostalgia, simplemente no siento nada.

Tarareo la canción que se reproduce y sigo caminando por las calles de Madrid mientras observo los edificios y el cielo que ya está oscuro por la hora. Me encanta observar todo, las luces que se escapan por unas cuantas ventanas de los edificios, la gente caminar metidos en su propio mundo, el cielo oscuro que esconde un centenar de secretos y maravillas por descubrir, sentir el helado viento que acaricia mi rostro sin miedo alguno; sin importar cuanto daño me hayan hecho hace unos minutos, siento que estoy en paz o por lo menos me mantengo distraída por el panorama.  

Sin dejar de mirar hacia el frente y analizándolo todo, sigo escuchando la música que se desprende de mis auriculares y esta hace que piense en todo lo que he pasado y es ahí cuando el alto muchacho invade mis pensamientos, Rubén.

Han pasado 4 días desde que vi la película con él y no fue la última vez que hablamos. Es una persona bastante agradable, a decir verdad.

Es muy cordial y bastante infantil, pero aun así no me abro con él; los momentos en los que hablamos, la mayor parte del tiempo él habla y yo...bueno yo no digo casi nada; únicamente sonrío, suelto una que otra risita o murmuro algún comentario.

Me gusta que ahora podamos hablar.

El frío sigue aumentando junto con mis ganas de llegar a casa y acurrucarme en las cobijas de mi cama; acelero el paso y finalmente llego al edificio. Subo a el piso correspondiente, abro la puerta y entro para sentir el calor del lugar; no es un calor sofocante por el contrario, es un calor acogedor y reconfortante.

Paper Memories (Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora