2do día (Mañana)

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Una brisa fresca, arrasó contra su cabello, el cual se dejaba llevar por el viento. Amaia sonreía entre sueños, sabía que al lado suya se encontraba su primo.

Sus manos tocaron más de una vez la parte donde estaba acostado Aitor, pero, él no estaba.
Amaia se levantó extrañada, pensando en donde habría ido su primo.
En ese momento que estaba sola, aprovechó para cambiarse de ropa y lavarse la cara.
Amaia se encontraba en ropa interior, eso a ella le causaba gracia.

-Me encanta tu cuerpo -dijo Aitor asomado por la puerta.

Amaia se impactó al oír una voz masculina, pero al saber que era su primo, se tranquilizó.

-¿Dónde estabas? -preguntó ella poniéndose los pantalones.

-Estaba en el baño -dijo él sonriendo.

Parecía que Aitor se comía el cuerpo de Amaia con sus ojos. A cada momento se mordía el labio inferior, y lanzaba un suspiro.

-¿Y mi tía? ¿Y Dick? -preguntó ella, esta vez poniéndose la camisa.

-Tranquila, aún no han despertado -dijo él acercándose a ella por momentos.

Amaia lo miraba con una sonrisa cálida, Aitor parecía agitado y a la vez descontrolado. No permitió que Amaia notara esa ansiedad que llevaba dentro.

-Amaia... ¿Hoy salimos?

-¿A dónde?

-No sé... Al parque, a comer helados, a un hotel...

-¿A un hotel? Ni de coña

-¿Que hay de malo?

-Supongo que nada, ¿pero para que tenemos que ir?

-Para pasar tiempo juntos -dijo él acariciando la mano de Amaia.

Amaia sabía sus intenciones, pero ella ya le había dejado las cosas claras a Aitor.

-No Aitor... Mi tía sospecharía al igual que Dick

-¡Que importa! ¿Tanto te importa Dick? Si él te propone ir a un hotel, seguro tu aceptas porque eres una regalada con él...

Amaia terminó aquella discusión con la gran bofetada que se llevó Aitor por faltarle el respeto de tal manera tan grosera.
Amaia lo miraba con rabia. Sintió un gran dolor cuando su primo le dijo tal cosa.

-Amaia... Lo siento

-¡Cállate! No quiero que vuelva a pasar nada entre tu y yo. ¿No me ibas a demostrar tu amor? Lo único que quieres es tener sexo conmigo -dijo ella dejando a su primo totalmente destrozado.

-Amaia, eso no es cierto. Yo sé que siento algo por ti

-¿Algo por mi? ¿Llamándome regalada? Me encanta como me demuestras tu amor. Ahora has el favor de irte

-Amaia...

-¡Vete de una vez!

Aitor la miró muy frustrado por un momento, pero luego se fue con la cabeza gacha.
Amaia cerró bruscamente la puerta. Amaia no sabía porqué sentía un gran dolor en su corazón.

-Se supone que sólo es mi primo -decía ella entre dientes.

Amaia término de vestirse, y bajó para servir el desayuno mientras todos menos Aitor dormían. Aitor se encontraba en el baño, y Amaia en la cocina.
Amaia ya tenía la mesa hecha, con una cesta donde había pan con huevo y 3 vasos de leche.

Amaia esperaba a que su tía y su primo Dick despertaran. Ella no iba a desayunar sola.

De repente por la puerta, se asomó Aitor. Muy triste.
Amaia lo miró con rabia y lo ignoró. Ella se levantó y se dirigió a la habitación de su primo Dick.

-Dick -susurró Amaia.

-¡Dick! -dijo ella elevando la voz.

-¿Amaia? -dijo él entre sueños -¿No estabas enfadada conmigo?

-No. Tu lo estabas conmigo -dijo ella sonriendo.

-Al principio. Pero Aitor me dijo que tu lo estabas también conmigo

-Aitor... -dijo ella presionando los labios -Ya está el desayuno, vamos a desayunar

-Esta bien... Dame...

-¿Que te doy?

-Dame... 5 minutitos más -dijo él sin abrir los ojos -Ven, duerme conmigo

-No. Yo ya estoy cambiada y lista para desayunar

-Ven aquí. Al lado de tu primo -dijo él cogiendo el brazo de Amaia haciendo esto que se acostase al lado de él.

-¿Contento? -dijo ella sonriendo.

-Aún no... Abraza a tu primo -dijo él colocando el brazo de Amaia entre su cintura.

Amaia cerró los ojos, y a la vez sonreía. Se estaba quedando dormida...

-¡Amaia! -gritó Aitor.

Esto hizo que Amaia levantara la cabeza rápidamente.

-¡Fuera de aquí Aitor! Me estoy reconciliando con Amaia... Y como no hacerlo, durmiendo

-Sólo la llamaba porque...porque mi mamá le llama -dijo él serio.

-Ahora vuelvo Dick -dijo ella de un susurro.

Dick la dejó ir. Amaia se acomodó la camisa y salió ignorando a Aitor.
Cuando Amaia caminaba por el pasillo, Aitor la cogió del brazo bruscamente.

-¿Que haces? ¡Dejame!

-No te voy a dejar hasta que me expliques lo que acabo de ver

-Ya te lo dijo Dick. Sólo dormíamos

-Lo que dije antes era verdad...

Amaia preparaba su mano para volver a dejar la mejilla de Aitor roja. Pero él la detuvo. La cogió de las dos manos, y la apoyó contra la pared.

-¡Quieres dejarme las manos! -dijo Amaia alterada.

-Sé que me amas. Sólo querías verme celoso. Pero yo sé que eres sólo mía

-No soy un objeto para ser algo tuyo

-Sé que no eres un objeto. Los objetos no tienen ese encanto que tienes tu -dijo él rozando sus labios contra los de Amaia.

-¡Alejate de mi! Por favor...

-Tu boca habla sin pensar. Pero tus ojos me dicen otra cosa. Voy a callar a esa boquita tuya...

Aitor se acercó lentamente hacia los labios de Amaia. Y consiguió volver a besarla. Amaia quería detenerse, pero no podía, algo lo se lo impedía.
Aitor la besaba con mucha pasión. Y dejaba pequeños besos por su cuello.

-Aitor... Para -dijo Amaia intentando alejarse de él.

-Sé que no quieres que ocurra eso

Aitor se detuvo y se quedó mirándola un momento, al igual que ella a él.

-Te amo - susurró Aitor.

Amaia no decía nada. Sólo sonreía cálidamente.

De repente oyeron una puerta abriéndose por la parte posterior de donde se encontraban.
Los dos se soltaron rápidamente y se alejaron lo más rápido que pudieron.

-Amaia, ¿ya hablaste con mi madre?

-Si. Bueno, aún no. Creo que sigue durmiendo

-Como el hijo -dijo él señalándose a sí mismo.

-Si, me he dado cuenta

-Amaia... Tienes un chupetón en el cuello -dijo Dick mirándola confuso y parecía que algo enfadado.

Amaia se puso muy nerviosa. No sabía que decirle en ese momento.

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