Todo quedó en total silencio. Amaia no podía mirar el rostro de Dick. Ella se sentía demasiado avergonzada por lo que había ocurrido.
—No sólo ha sido culpa tuya —dijo Dick acabando con el silencio tan incómodo que había entre los dos.
—Yo te besé. Yo tengo la culpa —respondió Amaia retirando sus manos de su rostro.
A Amaia se la veía muy asustada. Su rostro lo decía todo. Sus gestos eran inquietos al igual que tristes. La culpabilidad se apoderaba de ella.
«Espero que Aitor no se entere de todo esto» se decía a sí misma.
Por otro lado. Los sentimientos de Dick hacia Amaia, estaban totalmente confusos.
Él no dejaba de preguntarse «¿Por qué me besó? ». Pero por el bien de los dos, tenían que acabar con eso de una vez.
—Será mejor que olvidemos lo que acaba de suceder —dijo Dick bastante apenado.
—Estoy de acuerdo contigo.
—Y ahora... ¿qué? —preguntó Dick.
Él no sabía que iba a ocurrir o como serían las cosas entre él y su prima de ahora en adelante.
—Busca una novia —respondió Amaia intentando sonreír.
—No será difícil, aunque para ti si —dijo Dick riendo.
—Yo no soy la que tiene cara de zombie.
Parecía que las cosas se estaban solucionando. Lo dejaron en que lo que ocurrió, fue pura "casualidad" al igual que un error.
—¿Aún no has desayunado?
—No. Además, no tengo hambre.
—No seas tonta. Vamos a desayunar.
Amaia afirmó con la cabeza.
Dick abrazó cariñosamente a Amaia. Las cosas entre los dos, eran intactas por ahora.Mientras bajaban las escaleras, Amaia oía los gemidos de una mujer. Dick parecía que también lo había oído, ya que se reía burlón.
—¿De dónde viene ese ruido? —preguntó Amaia frunciendo el ceño.
—¿Los gemidos? Aitor los provoca.
—¿Cómo que los provoca Aitor?
—¿Todavía no te han dado la charla sobre sexo? —preguntó Dick sin vergüenza alguna.
—Si... Pero, pensé que Aitor aún no lo había experimentado —respondió Amaia frustrada.
—Él ya tiene 19 años. Desde los 16 lo ha experimentado —dijo Dick—. Y con varias chicas.
«Él había dicho que aún no había pasado por eso. Me mintió » se decía a sí misma.
—Dick.
—Dime.
—Luego bajaré a almorzar. No quiero desayunar.
Amaia tenía unas ganas enormes de volver a llorar. Su corazón estaba hecho trizas por Aitor. Y lo estuvo mucho más al escuchar cada gemido que provocaba él. Sólo habían pasado 3 días, y Aitor no mantuvo su palabra de "Deja que te demuestre lo mucho que te amo".
En esos momentos, Amaia quería estar sola. Sin compañía de nadie y mucho menos de Aitor.
Él ya le había hecho mucho daño. Probablemente las cosas hubiesen sido diferentes si Amaia no hubiera dicho "Esta bien" a su propuesta de "Te demostraré que te amo".Su móvil sonó cuando ella pensaba por todo lo que había pasado hasta ahora.
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¡Kiss Me! ©
Romance«¿Entre primos puede existir el amor verdadero?» Todos los derechos reservados ©