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Capítulo que contiene escenas sexuales específicas, si no quieres no lo leas.

-Emm yo... pues Ash, no se desprender sostenes, pero em se prende por delante?

Sonreí traviesamente, me había puesto un sostén de esos que se prendían por delante a propósito.

-Pues si, pero está trabado y no tengo fuerzas para desprenderlo.

-Y q-quieres que lo desprenda?- dijo comenzando a frotar sus manos con nerviosismo.

-Así es.

Comenzó a subir sus manos, las cuáles temblaban demasiado.

Tomé sus manos entre las mías y las puse sobre cada uno de mis pechos, las solté y el rápidamente las bajó.

-E-em estoy algo incómodo así, podrías voltearte así em, veo mejor el broche?-dijo aún nervioso.

Hice lo que me pidió y corrió mi cabello hacia un lado, con algo más de confianza noté como colocaba sus manos en mi abdomen y las subía lentamente.

Al llegar al broche lo desprendió torpemente.

Rápidamente sentí como se pegó a mi por mi espalda y comenzó a besar mi cuello colocando sus manos en mi cintura.

Me quité completamente el sostén y subí sus manos con las mías poniendolas en mis grandes pero no falsos pechos.

Comenzó a mover sus manos en círculos mientras aún besaba mi cuello, sentí como mordió fuertemente y al rozar mis pezones gruñó.

Me volteó de frente y me arrojó a la cama dejándome totalmente sorprendida.

Se colocó sobre mí poniendo sus piernas a cada lado de mi pequeña cintura, y volvió a masajear mis pechos.

Me besó y me preguntó:

-Y ahora qué hago?

-Eres virgen Matt?- el se sonrojó y asintió con la cabeza.- pues me encantas.

Tomé su cuello y lo besé rápidamente.

Volvió a bajar sus besos por mi cuello y allí se quedó sin saber que hacer.

Con mis manos aún su cuello bajé su cabeza hacia mis pechos, el me miró algo confundido y yo le dije:

-Dejate llevar, haz lo que has visto en los típicos videos porno.

-Q-que?- ahora estaba mas rojo que un tomate.

-Vamos cariño- me levanté de la cama- todos los chicos ven porno. Hazme todo lo que hayas querido hacer alguna vez.

Al decir eso se levantó junto a mí y me alzó. Enrosqué mis piernas al rededor de su torso y mis pechos quedaron a la altura de su rostro y comenzó a besar entre medio de estos, luego los rodeó con su lengua, esto era el paraíso.

-Ahh- gemí al sentir como succionaba mis pezones.

Me miró algo asustado.

-Amor, a eso se le llama gemir, es cuando alguien te da placer, debes demostrarlo y no puedes evitar gritar.

-Ohh, eso es lo que sucedió ayer cuando te besé?

-Exacto. No puedo evitarlo, con tan solo verte mis pezones se endurecen.

-Y- y eso que significa?- dijo algo avergonzado.

-Que me exitas tanto como sé que yo te exito. Siéntelo.

Coloqué sus dedos en mis pezones y observé como sus pupilas se dilataban.

-A propósito, estás demasiado vestido.

Lo arrojé a la cama y rompí si camisa. Los botones saltaron por todos lados en la habitación y el río tan sensualmente que sentí que me mojé.

Comenzé a quitar sus pantalones y el me ayudó levantando su cintura. Se los bajé completamente y los quité junto a sus zapatos y calcetines.

Noté su erección dentro de su bóxer, y la rozé con mis dedos.

El gimió al sentir el contacto.

-Q-que haces? Se siente malditamente bien Ashley- dijo con sus ojos cerrados.

-Shhh solo disfruta.

Bajé su bóxer y comenzé a masajear su miembro, luego lo comenzé a lamer de arriba hacia abajo. Finalmente lo metí entero en mi boca y comenzé a chupar y chupar escuchando sus graves y gloriosos gemidos. Comenzó a gritar mi nombre y sentí ese líquido salado y viscoso en mi lengua, y lo tragué todo.

-Eso fue realmente fantástico- dijo al recuperar el aliento- y como puedo hacer que tu sientas eso, tambien quiero darte placer a ti Ashley.

Me recosté a su lado y le respondí.

-Por qué no lo averiguas? Hazme lo que quieras.

Metió sus dedos dentro de mis bragas y comenzó a bajarlas. Se relamió los labios y comenzó a acariciar mi centro.

-Estas realmente mojada, lista para mí.

Metió sus dedos entre mis labios vaginales y comenzó a acariciar mi punto débil, instintivamente levanté mis caderas para sentir su toque aún más fuerte y el metió su dedo, comenzó a trazar movimientos circulares y cerré los ojos gimiendo su nombre. Los abrí de golpe al sentir algo mojado en mi centro. Comenzó a penetrarme con su lengua y me corrí en su boca. Comenzó a lamerme hasta dejarme seca y exhausta.
Luego de reponerme, saque uno de esos sobrecitos plateados de mi mesita de noche.

Lo recosté boca arriba y le coloqué un condón, su erección había subido nuevamente, me subí sobre él y me dejé caer lentamente sobre su pene, llenándome por completo.

Continuamos así durante toda la tarde, hasta caer rendidos uno al lado del otro.

Ser Una Puta Tampoco Es FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora