Desperté tal como quería despertar hace mucho tiempo, abrazada al chico que me vuelve loca, Matt.
-Buenos días-le dije al ver que me observaba.
- Buenos dias, Ash- dijo con una voz ronca por la cuál morí de amor.
-Vamos a desayunar?
-Pero, y tus padres?
-Pues mamá esta de viaje con papá, y mi hermano debe estar en casa de alguna chica.
-Esta bien entonces, vamos.
Comenzamos a vestirnos, yo me puse una remera de tirantes con una falda acampanada y sandalias de piso. Al voltearme lo vi vestido de la cintura para abajo y alzando una ceja.
-Que sucede amor?- me acerqué y acaricié su torso desnudo mientras le daba un pequeño beso.
-Pues que alguien rompió mi camisa.
-Espera un segundo.
Fui a la habitación de mi hermano y tomé una de las camisetas que nunca usaba y se la llevé a mi Matt.
-Ten.
Se la puso y fuimos a Starbucks a desayunar. Luego dijo que quería llevarme a un lugar especial asi que lo dejé conducir.
Al llegar no lo podía creer, estábamos en el prado de mis sueños.
-Q-qué es esto, Matt?- dije sorprendida, estaba exactamente igual. Solo que había un arbol justo en el centro, el cual tenía una manta y una canasta colgados.
-Pues, este prado era de mamá, lo heredé cuando ella murió.
-Ohh lo siento mucho.
-No lo sientas, no la conocí, pues murió al darme a luz. Lo único que conosco de ella es por sus fotos o videos. Mi padre me culpa por su muerte, asi q me odia, y desde hace un año me compró un departamento para que viva sólo, paga mis estudios, y me dio la fortuna que heredé de mamá, pero prefiere no verme.-dijo el algo triste- fuí críado por mi hermana, la cual es 15 años mayor que yo.
-Y tu hermana donde está?
-Fué a estudiar a otro país por una beca.
-Ohh.
Intentando consolarlo, me acerqué a él apoyando mi cabeza en su pecho y acariciandolo sobre la tela de la camiseta, no se en qué momento me quedé dormida, solo sé que desperté nuevamente dentro de mi auto.
-A donde vamos Matt?
-Pues... te llevo a mi departamento.
No dije nada más.
Me estaba comenzando a gustar más de lo debido, Matt era perfecto.
Al llegar a su departamento, le dije que no me sentía bien y que volvería a casa.
Ya en mi hogar, decidí tomar una ducha, y vestirme con ropa casual para salir a dar una vuelta.
Caminé por horas y cuando necesité de un descanso entré en una heladería.
Con mi helado ya en mi mano, me perdí en mis pensamientos con la mirada perdida.
Hasta que vi una cabellera castaña que se me hacía conocida.
Matt.
Con la pequeña castaña del instituto.
Besándose.
Y la historia del corazón roto se repite, una y otra vez...
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Ser Una Puta Tampoco Es Fácil
Teen FictionMi nombre es Ashley, soy una chica normal como cualquier chica de 14 años, esta historia demuestra como unos pocos errores te pueden catalogar como puta... eternamente. Cuando uno comienza, ya no hay vuelta atrás. *** No se permiten copias. En caso...