Contenido sexual. Capítulo largo. Lee al menos las partes para mentes sanas como lechugas jeje
Se me ocurrió una idea brillante.
Tomé un desvío hacia su apartamento, y recordé observarlo al abrir su puerta, sacando la llave de una planta.
Y efectivamente la llave estaba ahí.
¿que qué significa eso?
Pues que el pequeño Matt no está en casa...
Me adentré al apartamento, quitandome los patines para poder hacer mi trabajo mas cómoda.
Comenzé a revisar los cajones hasta que vi un par de tijeras.
Comenzemos.
Empezando por las cortinas, comenzé a desgarrar y cortar todo lo que estuviera a mi alcanze, los sillones, cojines, todas y cada una de las prendas que encontré en el ropero, los libros de estudio.
Pinché las ruedas de la bicicleta.
Con mi labial rayé las paredes.
Esparcí toda la comida por el suelo y con el bastón de hierro que había usado para el auto de Dante rompí todos sus artefactos.
El televisor.
El IPhone.
En fin, todos los artefactos caros.
Al quedar satisfecha, salí del departamento y dejé las llaves en su lugar.
Tomé nuevamente mi labial y escribí en la puerta:
Lo pensarás 2 veces la proxima vez, disfruta mi pequeño regalo.
Besos. A ♡
Volví a colocarme los patines y volví a casa.
Al llegar subí a mi habitación y allí se encontraba nuevamente él. Dante.
-Vaya. No me esperaba lo del auto.- dijo sonriendo de lado.
-Pues yo no te esperaba aquí. Que quieres? Un buen polvo?
-Vengo a decirte que es mejor que no te metas conmigo- dijo y yo comenzé a reír.
-Esa no te la crees ni tu Dante- dije al terminar de reir. El se recostó sobre mi cama apoyándose sobre sus codos para así poder mirarme- tu no sabes todo lo que he aprendido desde que tú te fuiste
-Aprender?? Pff tú no matas ni a una mosca, Ashley la puta.
Ese era el apodo que me decía cuando eso me dolía.
-Crees que eso aún me duele?- reí sarcásticamente- te has quedado en el pasado, cariño. Quieres saber qué clase de puta soy ahora?
-Sigues siendo la misma santa. No, Ashi-Ashi?
Así me decía él cuando era mi mejor amigo.
-Quieres que te muestre, Dante?
Me subí a la cama y comenzé a gatear sobre él, mostrándole mi escote.
-Pues si, Ashi.
Se relamió los labios y comenzé a besarlo mientras me frotaba contra él. Mas específicamente sobre su miembro.
- Q-qué haces?- dijo separándome apenas unos centímetros. Nuestros labios aún se rozaban.
Lo callé besándolo ferozmente y puse ambas piernas a cada lado de su cadera.
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Ser Una Puta Tampoco Es Fácil
Teen FictionMi nombre es Ashley, soy una chica normal como cualquier chica de 14 años, esta historia demuestra como unos pocos errores te pueden catalogar como puta... eternamente. Cuando uno comienza, ya no hay vuelta atrás. *** No se permiten copias. En caso...