Corrí de regreso a mi auto y deje la botella en el asiento. Conduje de prisa por las calles hasta que llegue a la casa. Estaba oscura y vacía. Apreté las manos en el volante mientras intentaba controlar el suave temblor de mi cuerpo. Aun así baje del vehículo y rodee la casa, me colé por el patio y mire alrededor, nada. Como estaba tan oscuro maldije y regresé a mi auto, debía tener una linterna por allí. Solo por suerte encontré una en la parte de atrás, con pilas y todo.
Regresé a la casa e inspeccione.
Esta estaba completamente cerrada, mire por una ventana y dude un segundo pero aun así la rompí con mi codo. Esperé por si alguien venia a ver qué pasaba, pero nadie apareció. Entre en la casa por la cocina, estaba llena de polvo, y camine por el lugar hasta que llegue a la sala, ahí, en la pared había manchas oscuras. Me acerque lentamente, se veía como sangre seca, pero no estaba segura, suspire y mire alrededor. Luego subí al segundo piso, igual de vacío, me senté en la cama de la habitación y mire alrededor.
¿Por qué no encontraba nada? me pregunte frustrada. No se veía como si alguien hubiera estado allí, suspire molesta y me fui al ropero, nada. Cuando regrese a la habitación una pequeña cosa me llamo la atención. Había algo bajo de la cama, trague nerviosa y me acerque.
Lo que había eran dos cosas, una pequeña maleta y un botón a los lejos, tanto el botón como la maleta las tome con un pañuelo y los deje en la cama. El botón se veía normal, me encogí de hombros, la maleta llamo mi atención y la abrí con cuidado.
Tenía ropa, algunos vestidos y blusas, fui dejando todo a un lado. Debajo de esto había papeles, leí un poco pero no había nada que me pudiera servir, aunque ni siquiera sabia que me podía servir. Observé varios recibos de pago de la renta del lugar, ella estuvo varios meses viviendo en esta casa, suspire, no había nada más. Me quede viendo la maleta, era pequeña para su tamaño, se veía más grande, alto, más grande.
Nerviosa busque por el borde hasta que encontré una forma de tirar el doble fondo, ahí apareció lo bueno. Había un arma, una pistola pequeña y bonita, y un cargador, los moví sin tocarlos con mis dedos usando las puntas de mi chaqueta, también había una carpeta pequeña, amarrada con lazos. La tomé y observé, nada a primera vista, en una papel suelto está escrito unos números a mano, parecía un teléfono, aunque era muy largo para serlo, una cuenta de banco, quizá. En un paquete había una fotografía, la tome y mire fijamente, abrí mi boca sorprendida y me deje caer en el piso.
Era yo la de la fotografía, no Sofía, estaba yo con mi hermano hacia años, debía tener no mas 15 años, ¿por qué Sofía tenía una foto mía? la observé detenidamente. Cuando salí de mi asombro seguir hurgando en la maleta pero ya no había más.
—¿Qué es esto?—susurre y mire la fotografía.
Escuche un raro sonido y me congele. Ruido, en el piso de abajo, había alguien mas en la casa. Guarde las cosas en seguida, bien solo puse el doble fondo y la ropa en cima, metí el arma en mi cinturón con el cargador puesto, la foto la doble y guarde en mi bolsillo, cerré la maleta y devolví a su lugar, tomé el botón que estaba en el pañuelo y lo guarde en mi otro bolsillo, tome los papeles y me moví en silencio hacia la puerta, me detuve. Alguien subía las escaleras y yo estaba entrando en pánico, mire hacia la ventana y mi única salida, el balcón.
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Por un Deseo
RomanceHistoria románica y erótica "Si en verdad quieren cambiar su vida, si lo desean completamente, hagan lo que yo hice, pidan un deseo a una estrella fugaz. Pero no se quejen conmigo si terminan en un trabajo donde arriesgan su vida todos los días, con...