El guerrero de la princesa

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Corría el día 22 mes de Enero de 1705, estaba por salir el sol cuando monté mi caballo y tomando mi espada y mi arco me dirigí la montaña Thyion, con sus bosques de árboles de más de 20 metros de alto y las rocas más grandes y asimétricas de Hanyan (actualmente Seúl) era el mejor lugar para entrenar.

Pasado de las 5 pm llego a mi cabaña con la cena en mano dejando mis armas junto a la puerta.

Seungcheol ¿has llegado con bien a casa? -preguntó mi anciana madre que bordada un vestido mientras estaba sobre sus rodillas en el suelo.

He llegado con bien, madre - me incliné para saludarla y me dispuse a asar la presa que llevaba conmigo-

Mantente a salvo Seung - dijo mi madre y se levantó para encender las velas.

Me recosté mirando el cielo nocturno a través de la puerta. Mi madre no podía dormir debido a la tos que le causaban tantos años de trabajo en los textiles. Mañana era el día en que todo mejoraría para mi familia - pensé y sin darme cuenta me quedé dormido.

Despierta hyung, despierta!- mi hermano, Dokyeom me palmeaba el rostro.

¿Qué es lo que pasa?- me refregaba el rostro mientras el me miraba con una gran sonrisa en sus labios.

¡Es hoy, es hoy! No puedes llegar tarde anda vamos ya - reí y me levanté a prisa. Después de un baño con agua casi congelada me vestí y tomando mis armas mi hermano y yo cabalgamos hacia palacio. El era un mozo en el gran palacio, siempre nos mantenía informado de todo lo que se oía y rumoraba tras los muros de esa gran fortaleza.

En cuanto llegamos a la periferia muchos jinetes se nos unían al paso provenientes de todas partes de Hanyan. Las puertas del palacio se abrieron y mi hermano se despidió de mi para regresar a sus labores antes de que fuera azotado, no sin antes besar mi mejilla y desearme suerte.

El día de hoy fueron convocados los mejores guerreros de reino para probar su valentía. De ustedes saldrá el guardia real de la hermosa princesa Jeonghan - dijo el vocero real desde el balcón principal . El y la reina estaban sentados en sus tronos, vestían con las más finas y exquisitas ropas de todo Corea, el tocado de la reina lleno de piedras brillantes y su cabello amarrado en un chongo adornado con flores.

Todos los guerreros saludamos a la familia real con una reverencia. Al levantar la cara mi mirada fue atraída por la belleza incomparable de la princesa. Sentada a lado de su madre, sus cabellos de oro que llegaban hasta sus hombros, una belleza natural que no necesitaba ningún adorno ni piedras preciosas. Sus labios de un discreto carmesí y esos ojos negros y profundos como pozos. Tenía la mirada baja incluso podría decir que algo triste. Su vestido era largo, esponjado y color rosa. El vestuario típico de la realeza hecho de fibras de seda brillante.

En medio de la plaza principal había una fila de dianas atadas a troncos. La primera, sería la prueba arco donde se eliminaría a la mitad de los 80 que competíamos por el honor de arriesgar nuestra propia vida por aquel ángel, como se le conocía en todo el reino a la princesa por poseer una belleza fuera de este mundo terrenal.

Mi objetivo no era de ninguna manera el reconocimiento ni el honor, mi motivación era sacar a mi madre de aquella cueva que se caía en pedazos devorado por las termitas. Desde que mi padre nos abandonó cuando tenía 8 años y mi hermano 6, me hice responsable del cuidado de mi familia vendiendo en el mercado lo que lograba cazar durante la mañana.

A los 5 años mi padre me enseñó a usar el arco y la flecha - al menos algo bueno había hecho el muy infeliz- y a los 7 comencé a visitar el templo de los monjes quienes enseñaban escritura y artes marciales a los pobres o huérfanos; por fin pondría en práctica todo lo que había aprendido a través de esos años de duro entrenamiento, de muchas noches en vela por el dolor de mis heridas, de esos días de hambre y llanto que vivió mi familia. Era mi momento de alcanzar el nombramiento y saca a mi familia de la pobreza.

La ronda de arco la logré sin ningún problema. Colocandome entre los primeros 5 ante el asombro de todos los presentes, pues con mis 20 años nadie se imaginaría que pudiera hacerlo tan bien. Volteé a ver a la princesa e incliné la cabeza saludandole, ella desvío la mirada cubriendo parte de su rostro con el abanico.

En la penúltima ronda sólo quedábamos 6, el público y el resto de los competidores se reunieron alrededor nuestro.

La siguiente fase es la de lucha cuerpo a cuerpo en estilo libre utilizando cualquier técnica o arte marcial. Los dos últimos que queden dentro del círculo - dijo el vocero señalando el círculo blanco dibujado en el suelo, un círculo con apenas un diámetro de 4 metros- pasarán a la siguiente y última prueba.

A pelear! - la multitud gritaba extasiada esperando por los primeros movimientos de los guerreros. Me encontraba al borde el círculo con la guardia en alto; cuatro de los 5 luchadores restantes tenían una apariencia poco intimidatoria, de complexión delgada y altos. El único que le causaba estrés era un guerrero de poco más de 2 metros de estatura, cuerpo robusto y unas piernas y brazos fuertes. El rey hace tocar el gong y comienza la batalla.



3 Siglos De Amor ( Jicheol / Jeongcheol )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora