Vaya forma de pillarnos

611 28 10
                                    


Los Saiyajines estaban de rodillas y de frente, besándose frenéticamente sus manos acariciaban al contrario, ya ambos estaban víctimas de aquella testosterona artificial, sus miembros rozaban, uno un poco más abajo. Vegeta tomaba con fuerza al menor para profundizar cada beso quería más contacto, se elevó un poco abrazándolo y así moviendo las caderas a gran velocidad los gemidos empezaron a escucharse en la cámara. Luego tomó la mano derecha del de cabello alborotado y la llevó hasta su entrada. El menor palpa delicadamente aquel esfínter, sentía el calor de la cavidad y en un arrebato introdujo dos dedos, el dolor era punzante aun guardaban parte de su conciencia por lo que el mayor los retiró y los puso en su boca, estando bien mojados de saliva los puso de nuevo en su interior, esta vez se mucho mejor al entrar más resbalosos, se movían tocando las paredes de su cavidad en círculos.

Gokú podía sentir lo caliente que allí dentro estaba, ese anillo carnoso por el placer de ambos estaba totalmente dilatado, su miembro rozaba y el prepucio cubría y destapaba el glande a cada movimiento – AHHHHHH – se estaba liberando al tiempo con su amado, el semen empapó el abdomen de ambos mientras se besaban e introducían sus lenguas para entrelazarlas, fue entonces cuando el príncipe se ofreció poniéndose de espaldas para que lo penetrara.

El menor lo empujó haciéndolo quedar en cuatro y de a poco se fue adentrando, sin esperar un segundo empezó a embestirlo, se recostó sobre él y lo tomo en medio de las piernas debajo de los testículos, sin dejar de penetrarlo lo enderezó y lo levantó a su altura, ahora el príncipe tuvo que agarrarse de su cabello para no caerse. Las estocadas se hacían más fuertes y veloces, el sonido de cada penetración retumbaba, Gokú aumentaba su ki hasta convertirse en SSJ2.

El príncipe apretó sus dientes, unas cuantas lagrimas salieron, ese miembro estaba mucho más hinchado, se sujetaba con fuerza halándolo duro del cabello, su cuerpo pedía a gritos calmar su erección, para su deleite el menor le agarró el pene y empezó a masturbarlo, aún estaba untado de semen y resbalaba fácilmente. Los segundos pasaban y por cada uno de ellos se movían 20 veces. Sintió como se elevaba del piso, el menor levitó al tiempo que su cabellera crecía y su rostro era más salvaje.

El de clase baja ahora en estado SSJ3 se enterró hasta donde pudo y empezó un vaivén lento, Jadeaban ahogados de placer, el mayor más bien se quejaba pero no se retiraba, sus cuerpos sudaban si cesar, el ritmo de las estocadas aumentó tensando sus músculos, él arqueó la espalda para levantar más el trasero y así darle libertad para que lo penetrara, lo tomo del cabello y empezó a besarlo dándole mordidas. Ese miembro en su interior daba en un punto que lo enloquecía.

Cada vez que daba en el punto, la entrada del príncipe se contraía apresándolo más, tanto placer lo estaba haciendo perder la cordura, tomó al mayor con su mano izquierda del pechó y le clavo las uñas rasgándolo a medida que se movía, su otra mano apretó más el miembro y lo masturbó a gran velocidad.

-te amo Kakarotto – soltó entre susurros al llegar al clímax dándole una mordida en su labio inferior que le sacó sangre, y mientras pasaban sus orgasmos lo halo muy fuerte del cabello

El menor lo sintió antes de que se corriera y en su mano recogió la sustancia blanquecina, esa entrada lo apresó hasta el punto que lo hizo correr – AHHHHHHHHHHHH Vegeta te amo - , se separó bruscamente de sus labios y se acercó a su hombro clavándole los dientes para luego tomar sus sangre, dio un par de estocadas duraderas y salió de él.

No fue por que quisiera retirarse, fue porque el mayor se volteó y le dio un puño en la cara mandándolo al piso, lo aprisionó de sus, manos contra la pared y se convirtió en SSJ3. Gokú trataba de acercársele para besarlo pero no se dejaba, más bien lo lamia desde el cuello hasta sus mejillas, de un momento a otro lo dejó muy decepcionado; se levantó y se encaminó al lado opuesto de la cámara, el príncipe agarró un tarro y otra vez voló en su dirección.

Si juegas con fuego; te quemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora