"Despierta" Dijo una voz ronca en medio de la oscuridad de la habitación. Podía adivinar una figura esbelta y firme, aún estaba demasiado adormilado para pensar que aquel ser podía ser peligroso. Sostuvo mi mano, fue tirando de ella hasta que mi cuerpo quedó erguido "tengo algo que proponerte, antes de que otros lo hagan" Tras estas palabras, dirigió su mirada hacia la puerta de la habitación y con un gesto de mano, la puerta se abrió sola, emitiendo un ligero chirrido, después de tantas cosas, podía creerme lo que fuese.
Caminó lentamente hacia la puerta, tirándome del brazo. saliendo del cuarto, había un pasillo , a la derecha, las escaleras para bajar a la sala principal. A la izquierda, una fila interminable de puertas de caoba a las que jamás había accedido.
Me llevó, sin mediar palabra, hacia una puerta del pasillo. caminaba con paso tambaleante, como si el peso del cansancio estuviese cayendo sobre mí justo en ese momento. Llegamos a la puerta, diría que la sexta del lado derecho. Movió su mano hacia el pomo de aquella entrada, la puerta estaba cerrada, chasqueó lengua contra paladar y, acto seguido, golpeó con su pie la puerta, esta se abrió de golpe, aunque el puntapié no hubiese ido con fuerza. En aquella sala, había un ventanal enorme, tras él, se podía ver una luna de color carmesí que teñía el negro cielo de la noche de un color rojizo. En aquel momento, estaba conmovido, paralizado por el panorama, casas y bosques bañados en aquel color de muerte y destrucción, de alguna u otra manera, tenía una extraña sensación, era como si volviese a estar despierto, lleno de adrenalina. El personaje se acercó al gran ventanal y armó su brazo hacia atrás, golpeó el cristal, que se hizo añicos en milésimas de segundo. Me hizo un gesto de seguimiento y se dejó caer desde la ventana, corrí inquieto, curioso por saber que había ocurrido con él.
Esperaba, dándome la espalda. A pesar de haber caído varios metros hacia el suelo, estaba a punto de volver a mi cuarto, pensar que todo aquello había sido un sueño, una ilusión, que en realidad iba a sonar el despertador y me iba a despertar, desayunar, ducharme e ir al instituto. Mientras encaminaba mis pasos hacia la salida para volver al ala, la puerta dejaba ver un resplandor que venía desde la derecha de pasillo, acompañado por una sombra que venía a paso acelerado hacia mi posición. consumido por la adrenalina y el pánico a muerte, decidí saltar por la ventana, tal vez pensaba que si él podía hacerlo, yo también, pero en medio de la caída, todo se paralizó.
Estaba todo en completa parálisis, las nubes no se movían, yo no caía, y el fuego de las antorchas usadas para iluminar la ciudad no bailaba, como suelen hacer las llamas cuando la brisa nocturna las mueve con suavidad.
Ahí estaba, suspendido en el cielo, paralizado, entonces el tiempo comenzó a moverse de nuevo, reanudando la caída. Al llegar al suelo, no noté ningún dolor, como si el parar del tiempo, hubiese afectado a las leyes de la gravedad. Cuando comencé a correr hacia el extraño que me había hecho saltar desde una altura de cuatro metros, el hombre estaba encapuchado, una antorcha colgada de la esquina de una pequeña casa, iluminaba el lugar en un color anaranjado tirando a rojo por acción de la luna. Chasqueó los dedos, volviendo a silenciar el paso del tiempo, dejando que el sonido del chasqueo resonase con eco entre las paredes del tiempo paralizado.
Parecía poder moverse entre aquella cuarta dimensión. Hurgó entre los bolsillos de su abrigo negro durante unos instantes hasta coger de él unas pinzas de hierro y una pieza del mismo material. Al ver la pieza a contraluz, pude apreciar la figura que formaba, un reloj de arena. Se acercó a mi y me dijo con su grave voz "Tú me vas a ayudar con un trabajillo.".Movió su cuerpo hacia la antorcha que estaba al lado de la casa. Sosteniendo la pieza entre las pinzas, hundió esta en el fuego que recobró el sentido del tiempo. La figura cobró un color amarillento, estaba hirviendo. Volvió a acercarse a mí, con sendas pieza y pinzas escondidas en la espalda. Colocó una mano en su cara, de ella extrajo un aparato metálico. Cuando llegó a mí, volvió a mostrarme las pinzas, y enterró la pieza en el dorso de mi mano, quería gritar,llorar, pero el tiempo me lo impedía, miré hacia el. La luz que emitía el hierro caliente sobre mis carnes, me dejó ver su cara con claridad, esbozaba una sonrisa, mirando aténtamente el dorso de mi mano, sus ojos estaban a juego con la luna que cubría el cielo con aquella tela enrojezida. un mechón de su pelo caía como una catarata de sangre por su mejilla y la luz enhebraba entre su cabello. Era un rostro femenino, ella había parado el tiempo, ella había saltado desde cuatro metros y ella había marcado mi mano con el dibujo de un reloj de arena que ahora estaba cobrando un tono negro en mi piel.
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Detrás De Los Bosques
Fantasy(Behind The Woods) Esta es la historia de un joven llamado Marcos el cual queda atrapado en un mundo alternativo al cruzar su umbral en un bosque. Su objetivo principal es escapar de Eiroul, este nuevo mundo, a toda costa.