Detrás De Los Bosques

Enfermedad

La bala atravesó el brazo con el que sujetaba el arma, esta cayó al suelo mientras él se llevaba el brazo al pecho del dolor. Rápidamente me acerqué a recoger el arma. Algo tambaleante e incrédulo, sostuve el arma apuntándole directamente, los niños en las celdas gritaban, tal vez por la violenta situación.

La cara del hombre cambió lentamente en ése instante, fue de una expresión violenta a una cada vez más suelta e inexpresiva. Lentamente una inspiración profunda le fue robando su vida.

Le dejé sin más ahí, muerto en el suelo, la sangre no paraba de salir de la herida, de hecho, valoré la posibilidad de que el borracho tuviese hemofilia. 

Los chicos gritaban, aunque no parecían horrorizados, en absoluto. Más bien, parecían disfrutarlo, como si fuese alguna clase de macabro espectáculo.

Fui avanzando hacia la puerta, decidido a salir de aquel lugar, esta estaba cerrada, apunté a la cerradura con la pistola, al disparar a bocajarro la puerta se abrió con un chirrido. Una sala prácticamente vacía, el único mobiliario de esta, era una mesa llena de libros. Me acerqué a curiosear puesto que en Eiroul los libros eran extremadamente caros por lo que me había contado el mismísimo rey de Pedraria.

Eran todos ejemplares de El Lazarillo De Tormes. Sobre una de las montañas de libros yacía una carta sin dirección o destinatario, el sobre estaba abierto, así que decidí leerla.

"Buen amigo Santiago:

Gracias por traer la mercancía, sigo en busca de una cura para la enfermedad. La verdad es que mis esfuerzos empiezan a resultar, he hecho varias pruebas, sobretodo con el sujeto quince. Fue el único que nos llevamos de Nartheng . Su estado es preocupante, cuando le dí una hoja para hacer la prueba de test,  se cortó el brazo izquierdo, por imposible que parezca, y antes de que pudiese ponerme las medidas de protección, se sacó un ojo, por no decir que casi muere ahogado por comerse el papel ensangrentado.

De veras, es el único sujeto más preocupante de todos, parece que el proyecto de la medicina le deja atontado y le causa dolores de cabeza agudos, pero logra contener sus ansias de hacerse daño. 

A día de hoy, estoy desarrollando una nueva versión del medicamento y espero que funcione, porque la última vez que la probé con nuevos cambios, el sujeto siete, que casi no tenía síntomas de la enfermedad, aceleró el desarrollo de esta y su piel se comenzó a poner azul, en fin, el sujeto acabó tan mal a tantos niveles que mandé a mi hija llevarlo sigilosamente bajo la sombra de la higuera para sanarlo."

Tras leer la carta entendí que aquel hombre sólo quería sanar algún tipo de grave y sangrienta enfermedad, investigué algo más entre los cajones de aquel escritorio y no encontré absolutamente nada en un principio, pero antes de que encaminase mis pasos hacia una puerta que aguardaba al final de aquella extraña oficina, un rumor atrajo mis sentidos desde el vacío escritorio, al acercarme lentamente, los susurros se hicieron más sonoros, por lo que pude escuchar lo que era una voz que aclamaba mi presencia y pedía ser rescatada, busqué la proveniencia de la voz, en la mesa, nada, nada hasta que al abrir el último de los cajones de la mesa, la voz se hizo aún más presente, así que, decidido, tiré con fuerza del cajón hasta que este se desencajó de la mesa y salió en un estruendo. Fue entonces cuando al volver la vista al escritorio vi un objeto envuelto en cuero, al sacarlo de su envoltorio y verlo, era un cuchillo, bastante largo, su mango era de muy cómodo al sujetarse, y su final era como el de una pequeña espada, su hoja era lisa e incluso tenía miedo de tocarla, la punta de este era tan puntiaguda que estaba seguro de que podía clavarse en cualquier cosa. Cuanto más lo observaba más detalles veía en él, y más me interesaba, cuando estaba viendo su dorso, que tenía forma aserrada, una voz llegó a mis oídos súbitamente. "Sácame de aquí" un escalofrío recorrió mi espalda en ése mismo instante, y pregunté "¿quién está ahí?" y de nuevo, la voz masculina me respondió "Soy yo, amigo, el hombre afilado de aquí en frente" Asombrado, vi el cuchillo "¿Qué pasa? ¿acaso lo dudabas?" Miré a los alrededores por si era algún bromista o me había vuelto loco. "No,loco , soy realmente un cuchillo parlante, llámame Hacha" dijo entre risas.

En ése mismo instante barajé la idea de dejar el instrumento de nuevo en su sitio, pero todo eso cambió cuando dijo lo siguiente: "Uf, colega, estar metido en un cajón tanto tiempo cansa un huevo, y todo por colarme en aquella habitación del portal de los libros, menudos panolis los guardias, de verdad, que dicen que puedes entrar y no te dicen cuánto tiempo. Bastardos" ansiado, pregunté por cómo llegar hasta allí, y me dije que no sabía cómo ir si no sabíamos dónde estábamos. Así que lo tomé como arma y guía y continué por la puerta, al otro lado, había una sola celda, una estancia pequeña, de las paredes mohosas crecían ya enredaderas, pero su celda estaba impoluta.

"Y aquí tenemos el final de la visita, el pequeño, el activo, sangriento NIÑOTUERTOCUYAPIERNANOVEOPORNINGUNAPARTEDEESTANOLIMPIACELDA"

Lo soltó todo a una velocidad casi incomprensible, en un halo, un sólo golpe que transcurrió en menos de un segundo. Pero en efecto, dentro de la celda había un chico al cual le faltaba una pierna, un ojo y tenía la piel hecha jirones, iba a volver sobre mis pases en busca de otra salida, pero Hacha me paró en seco "eh, chico ¿a dónde ibas? esto es perfecto" entonces le pregunté qué es lo que pasaba, y me respondió "Mira, compañero, lo único que tienes que hacer para salir de este sitio es LI-TE-RAL-MEN-TE matarlos a todos conmigo, si haces eso, te juro que te saco de aquí, a demás les ayudas, mírales, pobres, intentando vivir en esta enfermedad, les haces un favor, chaval" pregunté si eso no era muy macabro e inhumano, me dijo que no, que era lo correcto, la verdad, quería salir de allí, y parecía que tenía en parte razón, así que le mostré más de cerca el cuchillo al pequeño y cuando se acercó a tomarlo lo hundí en su cráneo, sin ningún tipo de esfuerzo, como si su cráneo estuviese hecho de agua. "Si, chico, ya noto el poder, sigue matando más y te saco de esta, te lo juro compañero rescata-filos"

Hice esto con todos los niños y niñas en las celdas, al final Hacha se hizo tan vivaracho en aquel momento que no sería capaz de callarse ni muerto. "Bueno, compañero, vecino, amigo, colega. Ahora YO, EL GRAN HACHA tengo poder para romper ESA pared de PIEDRA, vamos muchacho"

Acerqué a Hacha a la pared, cuanto más le acercaba al muro más le notaba temblar. Hasta que en una suave estocada clavé el cuchillo en la pared, fue entonces cuando súbitamente dejó de traquetear y, en un grito de emoción, comenzó a ponerse la pared de un color azulado y a caer convertida en cenizas sobre mis rodillas y zapatos, el resplandor del cielo cubría mi cara una vez más,y mis ojos, acostumbrados a la penumbra, se cerraban rechazando esa luz que poco a poco se hacía más amena. Lo sabía, tenía en la mano, lo que posiblemente se convertiría en mi llave para escapar de Eiroul