Las vidas de los chicos del grupo E darán un giro inesperado con lo que les espera.
El juego no terminó...
El Juego apenas comienza.
La Battalla Real comienza
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Me confundo, no sé exactamente cómo poder asimilar todo esto.
Éramos 41, ahora somos cinco
Eramos 41, ahora somos solamente cinco Pienso una y otra vez, al recordar los cuerpos de mis amigos, tumbados por todas partes, ensangrentados y mutilados por ellos mismos.
Nade volverá a ser lo mismo ni ahora, ni nunca... Tardaré años en poder vivir con esas imágenes en mi mente, las de mis amigas: Aylín, Sofi, Fernanda y Dianely
Hemos caminado por una hora, para llegar a la supuesta base o refugio para nosotros.
Aquél está en medio de un bosque, no sé por qué, pero sigo sintiendo que en cualquier momento, alguien me clavará un puñal en la espalda, no sé por qué el bosque, que es completamente diferente a cualquier arbol o lugar de la Arena o Isla, me sigue recordando a todo lo que veía en ese lugar, a todo lo que viví en ese infierno.
El hermano de Ricardo llegó antes de que pudiésemos salir de la arena, no sabemos cómo ni por qué llegó junto con todos esos soldados en el momento, pero fue como si siempre estuviesen ahí, esperando el momento en el que debamos abrir la puerta de los aerodeslizadores, para salir casualmente de la arena
No sabemos con exactitud, todo lo que pueda venir, pero al momento de liberarnos de los collares, fue como si nos hubiésen quitado algo más que lo que nos mantenía en movimiento... Fue como si nos hubiésen quitado nuestras vidas.
Fue doloroso que nos quiten el collar, puesto que dejó una pequeña pero profunda abertura en la parte trasera del cuello, que nos limpiaron y curaron durante el viaje hasta el camino de entrada a la zona segura que nos prometieron, en donde poremos ponernos en contacto con nuestras familias, en dond epodremos avisarles que todo acabó, que necesitamos su apoyo moral, que necesitamos de sus abrazos, y de su despedida, porque mientras estemos vivos, no estamos seguros.
Probablemente somos fugitivos, no probablemente... lo somos
Somos criminales contra las leyes de la educación, que pagamos los errores de hace una generación que se reveló contra aquellos que nos consideraron peligrosos.
Es completamente estúpido e irónico, que la generación que se reveló, es ahora la generación que nos obliga a matarnos los unos a los otros.
Todo lo que vi en la arena me da miedo, me da furia, me da tristeza.
Miedo por la capacidad de los adultos detrás de aquello, furia por lo que nos han hecho, y tristeza por lo que podrían hacer con toda esa tecnología, pero no lo hacen para el bien.
Quizás es lo mismo que todos sentimos al estar caminando en un camino camuflado por ramas falsas de pinos y otros árboles en general, hasta parece que en cualquier momento nos llevarán a una fosa, en la que nos matarán, pero es el Hermano de Ricardo, si el confía en él, como buena novia, debería hacer lo mismo.
Pero simplemente no puedo hacer lo mismo, porque el actua como si no confiase en mí, desde el segundo día en la arena, nada es lo mismo... es como si todo se hubiese acabado en un sólo momento... como si el "no podría vivir sin tí" que me aseguró, no hubiese sido en verdad
comienzo a sentirme cansada, Nos detenemos, solo para que el hermano de Ricardo avance y enseguida desaparesca en una cortina de ondas transparentes como el cristal... es la entrada al lugar seguro.
Todos tocan sus cuellos, como si aún tuviesen los collares en sus gargantas... todos atravesamos aquello, se siente como el vapor, pero helado e instantáneo.
Hay gente rondando por todas partes, gente que nos observa al entrar tan asquerosos en un lugar como aquél... es nuestro refugio, nuestro lugar seguro