Orgullo.

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***
Ahí estaba el, parado afuera de la casa.

Con su cabello peinado de lado con un flequillo. Su rubor que llevaba siempre en las mejillas, sus ojos cafés con el brillo especial que lo distinguía. Su cuerpo formado y sus labios en curva que dejaba a la vista dentadura blanca, sólo que ahora no tenía esos brackets.

-Dian -dijo él con su sonrisa- ¡Feliz Cumpleaños!

Tenía tantas emociones mezcladas.

Felicidad, tristeza y furia.

¿Por que de tantos años, meses, días.. Tenía que venir hoy?
¿Por que justo en mi cumpleaños?

Me abrazó, pero no hice nada. Solo me quedé como estaba. Quería abrazarlo, pero no sabía si era lo correcto. Mi cuerpo no me respondía.

Mi orgullo me gritaba que no le correspondiera. Pero mis sentimientos me decían que lo abrazara como nunca. De igual manera, mi cuerpo no me respondía. No haría nada, así que se podría decir que mi orgullo ganó.

-¿Como éstas? -preguntó separándose de mi- ¿Todo bien? ¡Haz crecido estos años! ¡Te extrañe tanto!

-¿Que haces aquí? -le dije seca.

Su sonrisa se desvaneció poco a poco, la curva de sus labios ahora era una línea recta fina. Y su mirada demostraba; decepción, tristeza y arrepentimiento.

-Yo.. Lo-lo siento.. -dijo con tristeza- Perdón..

Intentó sonreír y se marchó, poco a poco su silueta se desvaneció. Y entre en razón, lo había dejado ir. Lo había perdido ya dos veces. Y todo por mi maldito orgullo.

***

-Oye Dian.. -susurraron. - Despierta.. Es hora de la tarta

-¿Mm? - intenté abrir los ojos.

-¡Que te despiertes! -gritaron los clones.

-Ah, ya voy ya voy.

Todo había sido un sueño, solo un simple sueño.

Después de bajar las escaleras, cantamos la canción típica y partimos la tarta. Mi familia se fue, incluyendo a Danielle, yo subí a mi habitación con todo y ropa me quedé dormida.

Al siguiente día me desperté, me bañe y me vestí. Un jean color negro con una blusa gris y unos zapatos bajos grises. Repetí la rutina de todos los días y entré a la escuela. Danielle se había resfriado y no había podido ir a la escuela así que estaría yo sola.
Al terminar la primera clase todas las chicas estaban muy raras, había un grupito en la cafetería. Melanie, una de las porristas que me agradaba, iba pasando por ahí.

-¡Melanie! -la llamé, ella inmediatamente giró y me vio con su sonrisa y dientes perfectamente blancos.

-¡Oh Dian! -exclamó- ¿Que pasa linda?

Sonreí -¿Me puedes explicar que está pasando? ¿Por favor?

Melanie abrió sus ojos completamente y formó una perfecta "O" con su boca.

-¿No te enteraste? -yo negué- Un chico nuevo. Perfectamente guapo de intercambio está aquí. -agitó un par de veces sus pestañas.- ¡Viene de México! - dicho esto se fue.

Chico nuevo, ¿eh? Negué con la cabeza y abrí mi casillero, la campana había sonado ya. Todos se marcharon a sus clases. Exceptuandome. Me iba a saltar francés e irme a la biblioteca.

-¡Disculpa! -dijo un chico. No lo veía estaba de espaldas.

Me gire y me encontré con esos ojos cafés que había visto en mi sueño. Fruncí el ceño y el hizo lo mismo. Agitó la mano indicando que lo olvidará.

Me di cuenta que mi orgullo no había ganado. Había ganado el de ambos.

 A Thousand YearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora