La segunda oportunidad de Snape

5. Los tiempos felices (parte I)

Sentí el dolor.

"Crucio"

Mi mente como forma de protegerse se marchó a otro lugar, a un recuerdo agradable.

Ya era navidad, el tiempo voló entre castigos, quitar puntos a las demás casas, frialdad y martirio.

Llegaron las vacaciones y decidí ir a casa. Me extrañó que Dumbledore no pusiera ninguna objeción.

El 31 de diciembre salí a pasear por el barrio. Llevaba mi capa más gruesa, mi bufanda de Slytherin y unos guantes; el frío te calaba los huesos. Caminé sin rumbo hasta que me topé con una escena que me estremeció: un chico estaba siendo arrastrado por el pelo a la calle. Supuse que era su padre. Cuando el señor cerró la puerta tras de sí metiéndose en su casa, me dirigí al niño, que estaba tirado en el suelo.

Ante mi fría mirada el chico levantó la cabeza; era Blake Snyder. Sin pensarlo dos veces lo aupé y lo llevé hasta mi casa. El pobre chico estaba temblando de frío y se agazapaba a mí con mucha fuerza; no paraba de llorar, con tanta ansiedad...

Cuando llegamos lo tumbé en el sofá, lo tapé con mi capa y encendí el fuego rápidamente con mi varita. Sentado en una silla frente a él le pregunté qué era lo que había pasado.

-Siempre es así, dice que no quiere empezar el año viéndole la cara al ser que destrozó su vida. Antes simplemente me encerraba en la cocina y debía preparar la cena para él y sus invitados, como un elfo doméstico, pero hace unos años la comida se me quemó, aquella vez pensé que iba a morir... y lo último que recuerdo es la fría nieve que rozaba mi mejilla. Desde aquel año esto es siempre así, antes de la cena me da una paliza y me arrastra a la calle

-Sabes que la magia no puede hacer que desaparezcan las marcas, lo que sí puedo hacer es darte una poción para que desaparezca el dolor. Añadí yo.

El chico asintió levemente y yo me marché un instante. A los pocos segundos aparecí con una botella de cristal con la poción que le aliviaría el dolor.

Lo ayudé a incorporarse y le di de beber la poción.

-Mi casa no es muy grande, como puedes comprobar, solo hay una habitación, no suelo tener visitas. Por lo tanto, dormirás en mi habitación.

-¿Por qué todo es negro?

- El negro no es más que la ausencia de luz, por ello el mejor color para retratar la ausencia y la falta de esperanza.

¿Te sientes mejor?

-Sí, algo mejor.

-Bien, te ayudaré a subir a la habitación.

Lo volví a aupar y noté como se intentaba proteger entre mis brazos. Subí la escalera como pude, ya que yo no tengo especial fuerza y nunca la he tenido, y entré con él en mi habitación.

Era una habitación lúgubre, pero al menos era la más calentita de la casa.

Dejé que el niño se pusiera de pie en el suelo mientras yo deshacía la cama. El chico se llevó la mano rápidamente al estómago y se replegó sobre sí mismo.

Abrí la cama y miré de nuevo al chico: tenía la ropa completamente mojada. Abrí el armario y saqué un pijama de niño nuevo.

-¿De quién es?

- Era para mi ahijado, pero nunca me atreví a regalárselo. Es algo que a mí siempre me hubiese gustado tener, pero que para un niño de esta época es una bobada de regalo.

- ¿No tenía pijama?

-No había mucho dinero y mi padre se lo gastaba todo en alcohol, mi pijama lo remendamos tanto como se pudo... Venga, ponte el pijama, espero fuera mientras te lo pones.

Salí rápidamente de la habitación y en unos poco minutos el chico comenzó a llamarme.

Entré en la habitación y lo ayudé a meterse en la cama. Cuando iba a marcharme comenzó a hablar.

-No te marches, por favor. Tengo miedo, puede aparecer en cualquier momento y no me perdonará que me haya ido de la puerta de casa.

- Esta casa está sumamente protegida, no tienes de qué preocuparte.

-Por favor... Suplicó el niño.

Entendía su miedo, así que finalmente cedí.

No recuerdo en qué momento me quedé dormido, pero al despertar el chico estaba abrazado a mí, como aferrándose a lo único que le daba seguridad.

Lo tomé como una señal del destino, el momento de cumplir la promesa que le hice a Lily de protegerlo, el momento de mostrarme tal cual era.

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Siento mucho la tardanza. Estoy de exámenes hasta arriba. Es muy posible que mañana publique la siguiente parte del capítulo. Espero que os guste.