Capítulo Treinta y uno.

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– Yoongi, tengo que ir a trabajar – repliqué.

– No vayas.

– Amor, yo qué más quisiera que quedarme aquí contigo, pero en verdad no puedo, estoy llevando casi la mitad de las cuentas de la agencia y hay mucho que hacer – dije colocándome encima de él.

– Repórtate enferma, por favor – suplicó acariciando mis brazos.

– En serio que no puedo, además, recuerda que Xiumin nos vio ayer juntos, seguro no lo creería – respondí enmarañando aún más su cabello.

– Tn, no debe preocuparte el quedarte sin trabajo, yo tengo muchos contactos, podría recomendarte en la mejor agencia de Nueva York.

– Te lo agradezco Yoongi, pero prefiero ganarme las cosas por mí misma, no quiero que digan que si tengo trabajo es por ti y no por mi talento.

Me sonrió, deslizando su dedo pulgar por mis labios y luego me besó en tanto su mano bajaba aún más allá de la cintura haciendo que mi pulso se elevara mientras sentía como su cuerpo reaccionaba debajo del mío.

– Yoongi, por favor, tengo que meterme a bañar – objeté en un susurro.

– Sólo otro beso, ¿sí? – respondió dando la vuelta para quedar sobre mí.

– No quiero llegar tarde – dije mientras sentía como frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.

– Te prometo que será rápido – musitó en mi oído y luego lo lamió.

– Aún nos queda la noche de hoy – exclamé acariciando su espalda.

– Faltan muchas horas – dijo entrando en mí nuevamente.

– Dijiste que... ah... sólo un beso... – señalé con la voz entre cortada moviéndome a su ritmo constante.

– No puedo evitarlo... tengo hambre de ti... – agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.

– En serio... ¿no te tomas nada? – pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.

– No corazón... tú eres mi única droga.

Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.

– Buenos días, corazón – exclamó mirándome y sonriendo.

– Buenos días, cariño, ¿ya puedo ir a bañarme?

– ¿Es necesario?

– Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.

– Está bien – se acostó a un lado y me levanté de la cama – ¿quieres que te lave la espalda? – añadió en tono sensual.

– Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible – respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.

Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loca que me dijera corazón y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo demostrara, Yoongi me quería tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.

Salí del baño envuelta en una toalla y lo vi acostado en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el closet para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.

Ardiente Tentación  ●adaptada•SUGA●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora