Dame,
ese minuto de tu vida que nadie te reclama,
lo quiero para mí
y es bastante.
Dame,
esa sonrisa forjadora de acobardados ideales,
la necesito para mí
porque es bastante.
Dame también
el arcoíris que dibujas con la expresión de tu semblante
y el horizonte que se pierde
entre tus huellas, tan distantes
de mi sendero peligroso
o mi cautiva sed de amante.
Dame,
todo ese fuego reprimido
que a veces huye de tu carne.
Porque,
tanto deseo y tanto hechizo
para mí es bastante.
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Prohibido olvidarte
PoésieSiempre hay alguien que cruza por nuestra vida, la llena de magia y entusiasmo y luego desaparece. Así, sin más... sin dar explicaciones. Amores, que por ser tan profundos, no se olvidan... ¿Les sucedió alguna vez? Este libro fue escrito entre lág...