¿Pecado?

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La rueda de la vida parecía

darnos su tiempo, al menos por un rato.

Yo te tomé las manos sin apuro

y sumergí mi angustia entre tus labios.


Tanto temor nos fue volviendo locos

y acrecentó el pecado fuertes lazos

cuando juraste hallar el justo medio

entre el amor y el miedo de un fracaso.


No olvidaré tu lágrima rojiza

que abrió ese surco como de un hachazo

al saber que quizás no volvería,

porque no comprendieron nuestro llanto.


Es la amargura la que armó este juego,

un laberinto para dos payasos

que al no encontrar el circo, se perdieron,

como otros tantos...


Y hoy que estamos cansados de derrotas

nos cambiamos las cruces, por si acaso

un haz de la infinita luz divina

nos aliviase el peso que cargamos.


Sin romper el silencio, por las noches

nos atrevemos a querernos tanto

que hasta envidia la luna tus gemidos

o el delicado gesto de mis brazos.


Tal vez nunca ha existido algún camino

y hay que encontrar en el perdido Arcano

la respuesta que dio el Tarot a aquello

que quise y fue negado.


Tal vez aún encontremos el camino,

o un interlocutor para este mazo

de sueños que se frustran porque saben

que nos queremos tanto...



Prohibido olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora