59-Testimonios.

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"Las personas buenas sufren hasta volverse malas"-M.

Hoy era la primera sesión con el juez.

Nos encontrábamos todos en el jurado (incluyendo al padre de Madeleine) con nuestros abogados.

Nosotros estábamos en una mesa, el padre de Madeleine en otra al otro extremo d ella habitación y Madeleine en una silla al lado de un guardia.

-Buenos días, hoy 31 de Enero de 2015 damos inicio a la primera sesión para decidir la custodia de la menor Madeleine Lemonié-Dijo un hombre de traje frente a nosotros-El juez Henderson atenderá este caso. Les pido respeto y silencio por favor-Se saco lo lentes que llevaba puestos y continuó-No pueden hablar sin que el Juez les seda la palabra o alterarse de cualquier forma de lo contrario, serán expulsados de la sala-.

El Juez se puso de pie.

-Pongan su mano derecha sobre el lado izquierdo de su pecho porfavor-Indicó-¿Juran decir la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad?-Preguntó.

Nosotros repetimos y luego tomamos asientos.

-Comenzamos escuchando a Andrew Lemonié, y su palabra sobre la situación en general-Indicó el Juez, dándole la palabra al padre de Madeleine.

-Gracias-Dijo Andrew, levantándose de la silla y acomodando su caro traje-Yo siempre tuve problemas con la madre de Madeleine, así que a sus 10 años de edad obtuve el divorcio y me fui por un tiempo de Francia, siempre envié la pensión asignada para Madeleine. Después de un año, me puse en contacto con ella de nuevo y frecuentamos más, yo me quede a vivir en Francia de manera definitiva. Madeleine después de suplicarme por mucho tiempo comenzó su carrera como cantante solista a sus 12 años,obteniendo éxito inmediato. A los 13 comenzó con problemas de salud, y yo siempre traté de ayudarla en todo lo que estuvo a mi alcance; la llevé los mejores médicos y hospitales y mejoró, así que la envié a validar la beca que tenía en Juilliard aquí a New York, pero aparentemente enfermó de nuevo. Perdí la comunicación con ella ya que no sabia donde estaba o con quien, yo estaba tan  consternado por ella-Dijo suspirando,ganándose una mirada sino a de mi parte-Y cuando vine a buscarla,¡me encontré con que la tenía un grupo de chicos de 20 años! Es inaudito-Termino su "Testimonio" fingiendo lagrimear, lo cual me hizo apretar mis puños hasta que mis nudillos se tornaron blancos.

Maldito mentiroso de mierda.

-Bien. Señor Luke Hemmings, ¿tengo entendido que usted dará el testimonio?-Preguntó, a lo que yo asentí- Entonces puede comenzar-Dijo dándome la palabra.

Me puse en pie y aclaré mi garganta.

Miré hacia Madeleine, ella me dio un asentimiento y luego hizo una mueca en forma de sonrisa.

Después mire a su padre, quien me sonreía socarrón. Y eso me dio el valor para comenzar.

-Bueno, er...-Comencé con nerviosismo, viendo como todo mundo me miraba en silencio. Tragué saliva-Yo...Llevo un tiempo tratando con Madeleine, y puedo asegurar que ella ha estado sola y en malas condiciones la mitad de su vida. Cuando la conocí ella estaba más que enferma, y abandonada en una clínica del gobierno porque la escuela Juilliard la dejo allí al ver que no había señales de sus padres. No había nadie responsable de ella, estaba... Completamente sola-Dije mientras miraba a Madeleine, quien tenía una sonrisa triste en su rostro.

Esto estaba reviviendo todo lo que ella esta luchando por dejar atrás, pero ella sabe que las cosas no puede acabarse del todo hasta poner el punto final.

Y este era su punto final.

Vencer el último obstáculo que le quedaba, su padre, para si poder ser libre de sus fantasmas.

Y lo mas curioso es que ella carga con los fantasmas de su padre. Porque el es el tipo de persona atormentada que no ha sabido cómo aprender de los errores en su vida, y ha tarado de arreglarlos por medio de su hija inocente de 16 años. Lo se por la manera prepotente y cobarde con la que me mira mientras hablo.

Esta asustado de perder.

-Tome su lugar porfavor-Me pidió el juez, a lo que obedecí y me senté sobre la silla detrás de mi.

Miró a Madeleine y le indicó ponerse en pie.

-¿Podrías darnos tu versión de la historia, linda?-Preguntó con la voz más suave y sonriendo cuidadosamente, hablándole a Madeleine como si fuera un bebé. Lo cual me hizo querer reír.

Solo tenía que esperar a ella abriera la boca para darse cuenta de que hablarle así es casi una blasfemia.

-Por su puesto-Respondió Madeleine, colocándose en pie y sonriéndole de vuelta-Nosotros éramos una familia normal viviendo en Francia, yo iba a la escuela, mi padre trabajaba en una prestigiosa empresa y mi madre se quedaba en casa pintando cuadros, que después solía vender. A mis 6 años, noté que ellos comenzaban a discutir de manera constante, y mi padre se iba en algún punto de la pelea para regresar horas después con olor a alcohol. Yo siempre me mantuve encerrada en mi habitación cuando eso pasaba, y lo hice cada día de mi vida hasta que cumplí 10 años, y mi padre se fue de casa. En el año y medio en el  que el desapareció de nuestras vidas, aveces enviaba dinero, aveces no; lo cual nos obligaba a mi madre y a mi a sobrevivir como podíamos día con día. Yo dejé la escuela, porque no podíamos pagarla, y comencé a buscar por mi cuenta algo que yo pudiera hacer para aportar dinero a casa. Yo siempre amé la música, todos lo sabían. Y yo le había comentado a mi padre un par de veces lo mucho que me gustaría ser una cantante profesional algún día, el nunca me escuchó-Rio con amargura,enviándole una rápida mirada a su padre-Decidí que podía cantar en las plazas del pueblo para conseguir algunas monedas, y así lo hice. Desde el primer día comencé a llevar dinero a casa, a la gente parecía gustarle mi voz, así que yo seguía cantando. Las escuelas se habían fijado en mi y me había ofrecido becas en varias ocaciones, yo siempre las rechacé, pensando en que mi madre necesitaba el dinero que yo ganaba.Pero un día, mi padre se encontraba por la plaza en donde yo cantaba, y me vio. Y después de casi dos años, yo lo vi a el-Dijo mirando ahora a su padre de manera fija, quien le sostenía la mirada con soberbia-El se dio cuenta del la cantidad de personas que me observaban y la cantidad de dinero que yo recolectaba, así que se acercó y hablo conmigo. Me dijo que él podría cumplir mi sueño de hacerme cantante profesional y que ganaría mucho dienro para mi madre, y con lo último me convenció, así que acepte. El dijo que había hablado con mi madre y ella había aceptado también. Nunca la vi otra vez-Dijo con pesadez, con su voz casi quebrándosele, pero continuo hablando- Mi padre me llevó con un productor que había visto mi trabajo, el se llamaba Aarón. Desde entonces, ellos me explotaron, me manipularon e hicieron mi vida un infierno. Todo era abuso mental, y aveces llegaba a ser físico o también, y yo nunca pude hacer nada porque nunca estaba por mi cuenta, siempre era dar un concierto, presentación o cualquier otra cosa, y me encerraban el el autobús que usábamos para viajar. Mi padre siempre había sabido como manipularme y hacerme sentir como la perro escoria en la tierra, y a pesar de ser su hija, a el le encantaba saber que tenía poder sobre mi, y me lo demostraba de las peores maneras. Yo comencé a enfermarme, al punto de no saber de mi misma. Y mi padre al ver que estaba casi muriendo, prácticamente me envió a morir aquí, a validar la beca en Juilliard, como dice el. Allí estuve por un período de tiempo junto con mi amiga Tanya, que era hija de el mejor amigo de mi padre, y cantaba también.
Ella era la única que sabia de mi situación. Es mi mejor amiga.
En Juilliard, mi padre me enviaba cartas de vez en cuando y mi madre también, era lo único que sabía de ella, pero estas simplemente dejaron dejaron de llegar. Allí fue cuando yo terminé de enfermarme, al punto que deje de no rendir en la escuela, y ellos, al ver que yo estaba al borde del colapso y también de haber perdido todo tipo de contacto con mis padres, me catalogaron como posible huérfana y me enviaron a una clínica gubernamental, deshaciéndose de mi y toda responsabilidad que podía conllevar. Como todos los demás. Tiempo después conocí a Luke y después a Michael, Calum y Ashton, y allí comencé de nuevo-Terminó de hablar, con una sonrisa autosuficiente en el rostro mientras tomaba su lugar de nuevo.

Todo había quedado en silencio.

El juez la miraba estupefacto, al igual que su padre.

Yo la miré y le guiñé un ojo.

Después de todo, las cosas tiene oportunidad de salir bien.

That Something. (EN EDICIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora