Cada paso que daba era imitado por la docena de fotógrafos que caminaban alrededor nuestro, gritándonos cosas, pidiendo que saludemos, haciendo preguntas. Realmente no entendía la gracia de acosar de tal manera a una persona, ¿tanto valía una fotografía?, ¿tan importante e interesante era ver como caminaban dos personas hacia un vehículo estacionado?
Al parecer, en el mundo real lo era. Tal vez yo era la única que jamás se había detenido a observar con precisión que hace una celebridad en su tiempo libre, o la clase de malteada que lleva en la mano, o el modelo automóvil que conduce.
Simplemente observaba las revistas para ver lo que usaban, el estilo personal de cada persona que significaba algo para cientos y miles de personas, pero nada más. Después de todo, son personas normales y no alienígenas. Hacen las mismas cosas que cualquier ser humano. Me parecía estúpido el acoso de la prensa. Me aterraba estar viviéndolo en carne propia.
- ¡Harry, aquí! – gritó un hombre oculto detrás de su cámara
- Harry ¿es tu nueva chica? ¿cómo se llama?
- ¿Qué número sería de conquistas en esta semana? ¿Es la número veinte?
Harry se detuvo en seco, provocando que casi chocara con su fornida espalda, ya que iba siguiéndole los pasos hacia la camioneta rentada.
- ¿Pueden conseguirse una vida y dejar la mía en paz? – soltó realmente irritado, pude ver la ira en su ceño fruncido y su mirada frívola
No emitió otra palabra hasta subirse al vehículo, alrededor nuestro el revuelo se acrecentó tras las declaraciones del muchacho. Todos comenzaron a disparar tomas más de prisa, capturando cada uno de nuestros movimientos.
Subí en el asiento de acompañante al mismo tiempo que Harry, y oculté mi rostro con el pelo que caía hacia adelante y una de mis manos.
- ¿Por qué lo has hecho? – solté una vez que nos deshicimos de la persecución fotográfica
- ¿Hacer qué? – dijo manteniendo su mirada fija en la carretera, y sus brazos tensos sobre el volante
- Reaccionar así, salir corriendo, responder así… ¿qué te sucede? –estaba comenzando a molestarme con él
- Si no quieres esto entonces no puedes ser parte de mi vida, ni de esta gira, ni de nada que te relacione con la banda – espetó con duras palabras
- Lo siento, ¡lamento no ser como el resto de las chicas con las que te relacionas! – elevé mi voz
- ¿De qué hablas? – se dignó a mirarme
- No quiero aparecer en las revistas como tu nueva conquista, como tu nuevo juguete, eso es lo que todo el mundo supone. Nadie sabe quién soy, y no creerán que no estoy interesada en ti
- ¿No lo estás? – volvió a dirigirme una mirada fugaz - ¿entonces por qué te preocupa tanto lo que los demás piensen? – me observó fijamente a los ojos, dejándome completamente sin palabras
Por un momento creí quedarme sin argumentos para discutir. Me había pillado por sorpresa con su nuevo interrogatorio. ¿No lo estaba? Mi mente excavó en cada rincón para intentar congeniar una respuesta, al menos una para aventarle al muchacho que iba conduciendo a mi lado. No estaba preparada para responderme a mí misma.