El concierto llevaba más de media hora sin haberse detenido. El público estaba eufórico, las niñas de las primeras filas no dejaban de festejar cada gesto que los muchachos hacían delante de ellas y sus rostros reflejaban una emoción constante cada vez que alguno se acercaba a cantarles más de cerca. Observaba el espectáculo desde un lugar privilegiado, detrás de un telón oscuro que ocultaba las escaleras laterales por donde se subía o descendía del escenario. Era como estar allí mismo, sin ser acaparada por los reflectores, espiando cada detalle del lugar, disfrutando del espectáculo que brindaban ahora, los chicos que tanto adoraba.
¿Quién diría que terminaría sabiéndome de memoria las canciones de One Direction y asistiendo a sus espectáculos? Jamás lo hubiese imaginado.
Los integrantes del grupo se tomaron unos minutos para beber agua y refrescarse un poco mientras se acomodaban, sentándose sobre unos escalones del escenario. Los alaridos de las admiradoras habían descendido lo suficiente para decir que se encontraban en calma.
Unos acordes desconocidos comenzaron a sonar y el público volvió a gritar enloquecido. Seguramente era una canción que esperaban.
- Esta noche cantaremos una canción especial, para un público especial – soltó Harry frente a su micrófono de mano, sentado sobre un escalón y al terminar de hablar me dirigió una cálida mirada acompañada de una bella sonrisa, de ésas que lograba sacudir mi suelo como un terremoto.
Sabía que no solo hablaba del público que se encontraba frente al escenario. Ahora comprendía por qué me había insistido con que fuera a presenciar el show.
La canción se llamaba Irresistible. La conocía. La habían tocado en uno de los tantos largos viajes que padecíamos entre escala y escala.
Los chicos se encontraban echados sobre los sillones del bus, Niall y Harry practicando con sus guitarras, Louis con una pequeña caja de madera que tocaba rítmicamente, y todos cantando en una armonía perfecta. Sus voces sonaban maravillosas en aquella versión acústica de una canción nueva para mis oídos.
Yo los observaba desde un sofá libre, ya que me habían cautivado por completo con aquella melodía, quitándome de mi lectura sobre moda.
Ahora era cantada frente a miles de admiradoras, y pude leer en los ojos color esmeralda del muchacho que aquella canción significaba algo para ambos.
La letra era maravillosa.
I found your lips
So kisseable
And your kiss
unmeassable
Your finger tips
So it's searchable
And your eyes
Irresistible
Irresistible. Esa era la definición perfecta de Harry Styles. Era irresistible en todo su esplendor. Una fuerza de atracción de la que no podía escapar. Algo que me cautivaba por completo, desde el principio de los tiempos y que no podía renunciar a ello.
Aquella canción reflejaba nuestros sentimientos, eran mutuos. Era una conexión imposible de ocultar. Por más que lo intentásemos no podíamos mantenernos alejados.
Harry se había convertido en una persona a la cual no podía tener lejos. Incluso cuanto más lo había intentado, resultó ser cuanto más intenso había sido aquel sentimiento de pertenecer a su lado.
Había desestabilizado todo mi interior, había revolucionado mi vida y me había enfrentado a mí misma a una guerra entre mente y alma, y aún la batalla estaba igualada.
