Hola ¿cómo va? Yo muy contenta por la reacción al capítulo anterior ¡me alegra que lean y comenten! Y se los agradezco muchísimo, porque es la única manera que tengo de saber si leen y si les gusta lo que escribo.
En lo personal, este capítulo está dentro de mis favoritos. En cuanto a la historia es clave, espero que les guste y comenten.
Ah, otra cosita, en este capítulo van a poder ver el punto de vista de Harry :).
Besos, Maca.
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Arreglé el cabello de Zayn y acomodé el cuello de su chaqueta mientras intentaba controlar mis ganas de llorar. Le sonreí débilmente y asentí, sugiriendo que ya estaba listo.
Zayn era el último con el que debí trabajar. El resto de los chicos estaban ya con sus atuendos, listos para salir a brindar un espectáculo.
Los gritos de los fans podían oírse como cada noche. La música de apertura sonaba y la cuenta regresiva se acercaba.
- ¡Dos minutos! – gritó Kimberly desde la puerta
Todos comenzaron a caminar hacia la salida. No sin antes recibir mi saludo, como todas las noches. Primero Liam, luego Niall, detrás Louis quien me dedicó una mueca de lado y le sonreí forzadamente mientras mi corazón latía con fuerzas e intentaba evitar que me viera llorar, Zayn también besó mi mejilla y lo apretujé levemente y por último Harry, quien siempre tardaba un poco más en despedirme.
- ¿Te encuentras bien? – inquirió preocupado y asentí, sonriendo falsamente
- Buena suerte – me animé a soltar sin fuerza en la voz
Harry presionó mis labios y luego mi frente. Observé por última vez sus perfectos ojos color esmeralda, brillosos como siempre los recordaría y esperé a que se perdiera por el corredor para poder romper en llanto.
El momento había llegado.
La decisión más difícil que debí tomar en mucho tiempo se estaba cumpliendo.
Junté rápidamente mis objetos de trabajo, los tiré dentro de un gran bolso y caminé hacia la salida con la visión borrosa a causa de las lágrimas que no dejaban de caer por mi rostro.
Kimberly me abrazó con fuerza y yo también lo hice, llorando en su rostro.
- Lo siento mucho – dije con la voz rota – perdón por fallarles
- No has fallado. Eres una persona increíble – dijo la mujer rubia sujetándome los hombros con sus brazos extendidos – Fue un placer tenerte en el equipo y lamento que debas irte pero respeto tu decisión
- Gracias – solté – los echaré de menos – confesé volviendo a romper en llanto
- Y nosotros a ti
Salí del camerino y corrí por los pasillos hasta la salida trasera donde me esperaba un taxi que me llevara al aeropuerto para tomar el vuelo a Londres.
Estaba huyendo. Sin despedirme de nadie más que mi jefa. Sin avisarle a Harry, sin consultárselo. Huía porque era la única forma que tenía de marcharme. Porque no podía seguir siendo parte de esa locura. Porque sabía que si me quedaba lastimaría a la persona que más me importaba, y yo también saldría herida. Huía porque sabía que Harry no me dejaría ir si se lo contaba, o sería cien veces más doloroso que lo supiera y me dejara marcharme. Huía porque no podría permanecer allí, cruzándome cada instante con la persona que más feliz me había hecho y tener que evitarlo constantemente. Simplemente no podría hacer otra cosa más que huir e intentar que todo sea menos doloroso de lo que ya era.