Capítulo 4

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-At, despierta At- me estaban sacudiendo, abrí los ojos de golpe sintiendo que mi corazón iba a salirse de lugar- Casi me matas del susto- era Chris que me miraba preocupado, estaba sudada y casi que me costaba respirar.

-Estoy bien, creo que fue una pesadilla- conteste no muy segura- se sentía tan real.

-Lo sé, pero estoy aquí y nada va a pasarte- me abrazo incómodamente, aun seguíamos en el auto y mi espalda comenzaba a doler- deberíamos entrar, en unas horas tengo que ir a la Universidad.

Salimos sin decirnos nada, me encerré en mi habitación y volví a dormirme; de seguro Chris se iría luego. Me levante y vi el reloj de mi celular, 10:30 a.m. era temprano y no tenía nada para hacer, por lo que opte por ponerme mi ropa deportiva y salir a correr, y luego pasarme por el gimnasio y empezar nuevamente con el boxeo; no quería perderle el ritmo.

Corrí por casi media hora y llegue al pequeño centro de testosterona; Antonio estaba en la recepción junto con una señora que aparentaba su edad y por la manera que la miraba supuse que era su esposa. Me acerque a saludarlo.

-Hola niña, pensé que no volverías- soltó una risa amarga- veo que estas empeñada a boxear.

-Claro que si, además no tengo otra cosa que hacer- la señora me miro espantada, como si fuera algo raro. Ya no me sorprendía.

-Athena, ella es mi esposa María- le sonreí y entre al vestuario que irónicamente solo era de hombres; sabía que allí no podría bañarme luego a menos que quisiera volver violada.

Me saque la campera de lycra que llevaba y coloque mis audífonos, vendé mi mano y comencé a golpear el saco de 45 kilos, que era apenas 5 kilos menos de mi peso; dos hombres me observaban detenidamente, me sentía cohibida pero no iba a permitir que me intimidaran.

Un chico joven que estaba de espaldas a mí, golpeaba un saco de manera brutal como si planeara destrozarlo, daba miedo. Me concentre en lo mío y en los golpes que daba; hasta que alguien me interrumpió.

-¿At?- voltee a ver y me sorprendí al ver a un Matt todo sudoroso enfrente mío- ¿Qué demonios haces en un lugar como este?

-Boxear, entrenar, lo que uno hace en un lugar como este- me reí- ibas a destrozar ese saco Matt.

-¿Hace cuánto boxeas?- su cara era de sorpresa y no se molestó en contradecir lo del saco.

-Hace 3 años, luego de que mi ex...-cerré la boca, no tenía suficiente confianza con Matt como para contarle mi vida, y menos que pensara que era una idiota.

-¿Tu ex qué?-

-Nada, olvídalo. No tenía idea que tú también boxearas- desvié el tema, no me agradaba hablar de Aless.

-Casi nadie lo sabe, y espero que así siga- me guiño el ojo- es mi mayor secreto At, y no creo que a Chris le haga gracia que tú también hagas esto- intentaba chantajearme, aunque realmente me importaba muy poco lo que hacía o dejaba de hacer.

-No diré nada por el simple hecho de que es tu vida y no me interesa meterme- suspire- después de todo, todos tenemos secretos-

-Golpeas bien, por ser tan...

-¿Mujer? No me digas que sos uno de esos machistas- enarque una ceja.

-No, simplemente no me esperaba de alguien tan simple y frágil que en realidad hasta fuera más fuerte que yo- lanzó una carcajada.

-Soy una caja de sorpresas Matt- me reí con él.

-Ni que lo digas muñeca- me guiñó el ojo y siguió con lo suyo.

Me pase prácticamente todo el día entrenando, descubrí a Matt viéndome un par de veces, pero no parecía querer disimularlo. Eran alrededor de las 6 de la tarde y estaba realmente sudada, por lo que entre a un pequeño vestuario y me bañé rápidamente; Matt me esperaba en la puerta y sin decir nada, me siguió el paso.

-Voy a tu casa, ya sabes, noche de chicos- me sonrió de lado- Chris esta algo deprimido.

-Sí, lo sé, intenté hablar con él, pero es un caso perdido- suspiré- el realmente quería a esa chica.

-Estaba loca, no era la primera vez que le armaba semejante escena, esta chiflada- se rio

Ninguno de los dos dijo más nada, caminamos en silencio hasta llegar al departamento, al entrar Chris estaba en el sofá con un pote de helado de chocolate viendo una película de esas romanticonas que te hacen llenar de mocos. Cualquiera que lo vería pensaría que es una niña marica.

Matt se sentó al lado de Chris mientras comía helado con la mano, asqueroso. A los pocos minutos Tim y Nick se unían a ellos, y yo por mi parte decidí dejarlos solos; después de todo, era noche de chicos.


Nota de la Autora:

Hola hola hola! Perdón por lo corto :'( pero últimamente mi inspiración es un asco.

En fin, espero que hayan disfrutado el capitulo y no olviden dejar su comentario y su voto (:

Gracias!!! Besooos


At & Matt~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora