Capítulo 2

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Desperté a la mañana siguiente sintiéndome diferente, como si fuera otra persona; quizá por fin podría empezar a ser yo misma. Mire el reloj de mi celular y marcaban las 7 a.m., decidí vestirme con unos pantalones deportivos y una remera del mismo estilo ceñida al cuerpo, pensaba salir a recorrer la zona.

Hoy era un largo día, esperaba poder conseguir algún empleo rápido en algún Café y luego hablar con Chris sobre ir a la Universidad o algo de eso; una de las pocas ventajas de tener un ex con mucho dinero, es que gran parte quedo para mí. Su padre me había regalado joyería y dinero que podían mantenerme por un tiempo.

Salí hacia la cocina a desayunar, Chris aún no había despertado pero visualice en el sillón de la sala a 3 cuerpos durmiendo desordenadamente, me tuve que contener para no reír. Nick estaba casi aplastando a Tim, mientras que Matt estaba con su brazo sobre la cara de los otros dos. Seguí mi camino hacia la cocina y trate de buscar las cosas que necesitaba para preparar un desayuno decente.

15 minutos después, tenía el desayuno listo; jugo de naranja exprimido con café y había preparado mis panqueques mágicos (Chris solía llamarlos así) con mermelada. Matt fue el primero en entrar, tenía los ojos entrecerrados y la luz le molestaba.

-Es la primera vez que entro a esta cocina y hay olor a comida- me miró y luego se rio. Fruncí el ceño sin entender el porqué de su reacción- Tienes harina en la cara- soltó una sonora carcajada.

-Que gracioso- dije en tono sarcástico y me limpie rápidamente, fue en ese momento que me percaté que Matt solo llevaba unos bóxer color gris- ¿No tienes nada para ponerte?

-Como si no te gustara lo que ves muñeca- me guiñó el ojo y yo solo hice una rara mueca.

A los pocos minutos Nick y Tim estaban en la cocina devorando todo a su paso, y adivinen que... solo llevaban bóxer. Tienen un ego y autoestima bastante alto. Me pareció raro no ver a Chris, de niños siempre era el primero en levantarse de los dos y se encargaba de molestarme de manera tal que me levantaba a prepararle el desayuno; si, yo tenía 8 años y le preparaba el desayuno.

-¿Chris aun no despierta?- pregunte con una tostada en mi boca.

No dio tiempo a responder que un Chris adormilado y claro está, con únicamente un bóxer puesto se asomaba. Tenía que comprarles pijamas a estos chicos.

-Dime por favor que son los panqueques mágicos- su mirada estaba iluminada y se acercó a tomar unos cuantos.

-Claro que sí, se cuánto te gustaban y supuse que aún no había perdido el toque.

-Están buenísimos- dijo con 3 panqueques en la boca, no pude evitar reír.- No tienes idea como extrañaba esto pequeña- se acercó y beso mi frente.

-Ya quítate mugroso- lo aparté riendo.

Luego de ese desayuno algo particular, los chicos se fueron a sus casas y Chris salió a no sé dónde con Ana, sé que no tengo que ser de esas hermanas súper celosas pero esa chica me caía realmente mal; dudo de mi hermano a primera y aunque Chris aparenta ser de la clase mujeriega, estoy segura que ese no es su estilo.

Eran las 10 a.m. y salí a caminar por las calles de Milán, recorrí unas cuantas calles. Paraba en cada local de ropa deportiva o libros. Me detuve en una librería enorme en una esquina. Una de las cosas que más me gustaban hacer era leer, pero cuando el imbécil de Alessander comenzó a embriagarse no había momento de descanso para que pudiera hacer algo por mí. Definitivamente ese chico terminaría mal, no lo decía porque fuera mi ex, aunque realmente jamás sentí algo por él.

Al entrar un aroma a libro nuevo inundo mis fosas nasales, definitivamente estaba en el paraíso. Me propuse a buscar algo que llamara mi atención, después de recorrer la librería de punta a punta me decidí por comprar "Ciudades de Papel" de John Green, había oído que era un buen libro y simplemente lo tome; pague y me dedique a caminar por unos veinte minutos más.

At & Matt~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora