Capítulo 3: Enanos y sirenas

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La primera noche en el barco de Goriom fue muy tranquila, me di cuenta que lo único que había comido en días había sido un chocolate que tenía en mi pantalón el cual Mira destrozo en el bosque así que mi pobre estómago gritaba de dolor, por ende bajamos hacía lo que parecía ser el área común donde todos en el barco se habían reunido y comían.

En ese preciso momento fue en el que recordé que aquí no había ramen de microondas o nuestros avanzados métodos de cocina pero como todo en este lugar, la magia ante todo.

La comida llego volando sola a la mesa -más magia- donde estábamos sentados Mira y yo, junto a la tripulación y en los extremos Goriom y Garian.

Me di cuenta en ese momento que Mira era la única cosa femenina sentada en la mesa, los hombres de la tripulación eran enanos fortachones llenos de esteroides, vestían pieles muy similares a las de Garian y Goriom, debían venir del mismo lugar me atreví a pensar.

Mientras devoraba mi trozo de carne de algún animal, Goriom se levantó de su silla con gesto severo.

-Enanos, otro viaje por los mares negros hacia Valaha- decía Goriom, uno de la tripulación lo interrumpió

- ¡Va! Ahí vas con la misma historia viejo- Goriom lo penetró con la mirada y dijo furioso

- ¡Muchacho! No juegues con el mar, es feroz y las sirenas son muy peligrosas siempre recuérdalo-

Goriom suspiro y prosiguió -Los mares negros son el hogar de las sirenas, en sus profundidades se encuentran sus reinos y todos aquí saben lo peligrosas que son, más cuando ven un barco pasar por sus territorios.

Son capaces de matarnos a todos, anden con cuidado y con los ojos bien abiertos. Hoy llevamos a una mujer a bordo y ya saben lo que dicen de llevar mujeres a bordo que no sean esclavas- Mira se rio y dijo -¿Qué con eso?-

-Traen mala suerte- dijo Garian mirando a Mira desde su silla al otro lado de la mesa -Exacto- afirmó Goriom, Garian se puso de pie -Aunque no debería ser problema, al fin y al cabo tenemos un hada de viento con nosotros ¿no pequeña?- --presumido-.

De repente una fuerte ventisca soplo abofeteando a Garian y moviendo sus cabellos con fuerza.

-Si pequeño, no te preocupes sé muy bien de que son capaces las sirenas no pienso ser un estorbo-

-Claro- dijo el enano con mucho sarcasmo

Me recline un poco en mi asiento -Son solo peces, ¿qué tanto mal pueden hacer?- me atreví a decir, todos se voltearon hacía mi como si hubiera dicho algo tan grave como insultar a su madre.

Goriom me miró y dijo -Dragón, el canto de las sirenas es mortífero pueden atrapar a quien sea con él y luego ahogarlo en las profundidades solo por puro placer, parece que no has vivido en este mundo.- pues claro que no pero ya veo, eso es -¿Matan personas sin razón?- que cruel.

-Las sirenas disfrutan matando, son crueles y feroces. Tienen hechizos muy poderosos que no revelan a nadie, son todo un secreto para los que vivimos aquí arriba...-

se levantó un poco una de las pieles de su brazo dejando ver una cicatriz -esto me lo hizo una sirena hace muchos años atrás, nunca olvidare su rostro y te juro que si la vuelvo a ver le cortaré la cabeza- Así el viejo enano se levantó y se fue a su propio cubículo.

-Eres muy atrevido dragón, cruzar el mar en un barco y no volando ¿acaso no sabéis volar?- dijo el engreído de Garian.

-Si sabe enano, solo que es más divertido venir con los que no tienen alas- refuto Mira riendo como una creída ante Garian quien se mostró algo ofendido -Gracias Mira pero no necesito una niñera- pensé.

-Pues vaya que tanto les gusta ahora a los alados andar por aquí, luego también veremos elfos en nuestros barcos- Exclamo Garian.

-Eso sería un milagro, dudo que les guste ensuciar sus lindos pies en un barco enano- decía Mira mientras tomaba un líquido azul de una jarra y batia sus alas.

Garian me ofreció una jarra de aquella cosa azul, la acepte a lo mejor no ha de estar tan mal. Era bien parecida a la cerveza solo que mil veces más fuerte, parecía alcohol puro con cebada y todos la bebían como si nada -excepto yo quien aún seguía topado de mi primer trago- ¿Qué clase de hombre dragón soy?

-Entonces Garian ¿Cómo cuánto llevan navegando tu padre y tú?- me anime a preguntar.

-Eh querido, antes que nacieras ya estábamos en estas aguas- dijo riéndose -Llevamos más de dos ciclos navegando, empezamos justo después de que nos expulsaran de nuestro reino por una que otra cosilla-

-¿Cosilla? Para que los expulsen de un reino debieron haber hecho algo muy malo- dijo Mira entrometiéndose en la conversación.

-Sí, pues le pedí matrimonio a la hija del rey y luego la deje el día de nuestra boda ¿Hay algo peor?-

-¡Serás cabrón!- Grito Mira y todo reímos como si no hubiera sido nada pero en el fondo me dio algo de pena por la pobre infeliz que se fuera a casar con Garian -ya me cae bien-. Uno de los tripulantes se levantó con su jarra en mano -borrachín- y miro a Mira.

-Hadita, yo a ti no te dejaría plantada-

-Lo siento no me gustan enanos- se mofo Mira.

-¡Si claro! Todos dicen eso hasta que conocen a nuestro amiguito- dijo borrachín sosteniendo su ya saben que.

Garian que lo miraba atentamente se levantó de la mesa y tiro unos cuchillos hacia el chico los cuales lo clavaron directamente a la mesa ¿De dónde salieron los cuchillos?

-A ver Toplin, con las chicas no se juegan así mejor guarda a ese chiquitín un rato- Dijo el enano mientras Toplin se quitaba el cuchillo de la manga y refunfuñaba.

-Déjalo divertirse- solté hacia Garian, este subió una ceja y me miro con su cara de creído.

-No querrás buscarte problemas con un enano dragón, soy mucho más que pequeño- soltó hacia mí, Mira me miró algo preocupada ya que los sesos del enano ya empezaban a volar, quizás por el alcohol. El hada se acercó un poco a mi oído y susurro -No es bueno que pelees, tus llamas son muy preciadas como ya sabrás -Mira tenía razón, Guideon nada de sarcasmos en la mesa de los enanos-.

-Ya bájale, sigan divirtiéndose- dije y me levanté con la mirada de Garian sobre mí y me fui hacia mi cubículo.

Desde que llegue a este mundo mis pesadillas habían desaparecido, aquel mundo que veía en mis sueños era en el que ahora vivía. El pequeño cubículo tenía una ventana y desde mi cama me levante un poco para mirar por esta, recordé mis pinturas ¿Qué estará pasando en la galería? Ya habían pasado varios días y no había extrañado el mundo humano pero ahora que pensaba en el, se sentía tan lejano.

Todo aquí era tan diferente. Las olas revoloteaban con la marea, en ese momento divise en el cielo la luna y algo más, era la luna que me había sonreído en mis pesadillas la luna roja.

-¿Que tanto miras?-

Di media vuelta y ahí estaba mira con sus alas hacia abajo mirando hacia mí, su gran sonrisa era lo único que en ese momento me subía un poco los ánimos.

-Solo veía la luna, ¿Por qué hay dos y porque la segunda es roja?-

-Es luna llena, en luna llena la luna crea una reflexión de sí misma se dice que es para recordarnos los días oscuros de este mundo y para recordarnos que debemos estar en paz entre nosotros a pesar de nuestras diferencias. La leyenda dice que si la luna roja desaparece con ella desparecerá la luna blanca porque ira en busca de su verdadero amor y en ese momento todo el mundo desaparecerá lentamente y el sufrimiento surgirá nuevamente-

Que profundas palabras Mira, casi lloro - Las lunas no desaparecen como si nada, nada que preocuparme- Mira se recostó en la cama que estaba al lado de la mía, dándome la espalda. Me quede un rato despierto contemplando la luna roja, algo en ella me hacía sentir feliz e imaginaba que esta me sonreía igual que en mis pesadillas las cuales ahora parecían más un sueño que otra cosa.









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