Capítulo 7: Sirena al rescate

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Las horas pasaban, mi cabeza no dejaba de vueltas. No podía dejar de pensar en todas las cosas que habían pasado. Perdí a Mira, Goriom estaba muerto y había hablado con mi padre muerto en una visión exageradamente extraña en la cual ni siquiera pudo responder ninguna de mis preguntas.

No podía creer todo lo que estaba pasando, ni siquiera podía hacerme una idea clara de absolutamente nada.

Garian debía sentirse peor, llevaba horas tirado en una esquina de su celda. Quizás no me lo diga aún pero se que lo de su padre lo afecto mucho, al final una sirena le arrancó la cabeza no puedo esperar que este feliz por ello.

De alguna manera empecé a sentirme solo y estúpido, quizás mi "padre" tenía razón -tenía que aclarar mi mente- pero ¿Cómo? Sin Mira me sentía totalmente perdido.

Quizás porque ella hacia ver las cosas mucho más fácil de lo que en verdad eran, nunca en el tiempo que llevaba en Plentus me había puesto a pensar en lo que estaba haciendo.

Las palabras de mi padre chocaban en cada rincón de mi cabeza, tenia razón en tantas cosas que simplemente no podía dejarlo pasar por alto.

-necesitan un líder-

Pero, en realidad estaba listo para liderar a un pueblo que ni siquiera conozco ¿Y que si también me atacan los demás igual que las sirenas? ¿Qué si no soy digno de ser su rey?

Me sentía tan presionado, todos esperaban que me convirtiese en el rey y que mi milagrosamente salve al mundo, pero a ¡¿acaso nadie se pone a pensar en lo difícil que eso eso!? No es como si me fuese a sentar en un trono y todo el mundo me va a querer de la nada, absolutamente nadie me conoce ni siquiera yo mismo me conozco.

Necesitaba a Mira, necesitaba que escucharla riéndose de mi y esas cosas. No podía emprender esta tarea solo... terminaría consumiendo me como lo está haciendo ahora -que mierda-.

-Guideon, viene alguien- susurro Garian hacía mí.

-¿Cómo lo sabes?-

-puedo escucharlo- trate de escuchar algo pero no pasaba nada.

-no escucho nada-

-quizás se deba a tu problema con las transformaciones- ¿tenía que recordarlo a cada rato?

Luego de unos segundos empecé a escuchar algunos pasos que se dirigían hacia nosotros -este es el final- pensé de inmediato.

Era una chica, más bien una mujer. Llevaba una armadura plateada con tonos azules brillantes casi cristalinos, llevaba el pelo rojizo en una cola alta y tenia unos ojos ámbar gigantesco.

Se detuvo en mi celda y me miró a los ojos, ¿que quería?

-Déjame ver tus llamas dragón- dijo con fiereza.

-¡Guideon, es una sirena!- gritó Garian

Está fulmino al enano con la mirada, Garian en su posición no hizo más que mirarla de la misma manera.

-vamos dragón no tengo tiempo que perder- dijo alegando ver mis llamas nuevamente.

-no- le respondí sin pensarlo.

-a que te crees muy rudo- de la nada unas pequeñas luces azules -magia- empezaron a brotar desde el suelo y apareció un imponente tridente de tres púas, todo su mango estaba decorado con piedras de ámbar muy preciosas, casi me ciega con su estúpido brillo.

Apuntando su tridente hacia mi, me dio una pequeña descarga eléctrica haciendo que de mi boca exhalara fuego -mierda-.

Al ver el color de mis llamas la sirena quedó anonadada, me iba a matar de eso estaba seguro.

Exheberus: Un Mundo Sin FínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora