Capítulo 17

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-Al fin solos pequeña borde.- me miraba con una pequeña sonrisa y con sus ojos brillantes.

Recoge el mechón rebelde de mi cabello y me lo pone detrás de mi oreja acercándose lentamente a mi. Sentía como sus labios rozaban con los míos pero antes de besarme me dice.

-A la tercera va la vencida.

Y con esas palabras, me besa. Es un beso suave, sin prisas hasta que abrimos la boca para que nuestras lenguas se junten y sea un beso esperado, el más esperado que había tenido en mi vida, apasionado y por el cual reflejaba nuestros sentimientos. Sonrió haciendo que el lo haga también y nos separemos.

-Emm.. Ha estado ¿bien?- digo con miedo, no sabía si después de todo esto el sería igual o se comportaría como un idiota como siempre.

- ha estado genial Alice, no sabes cuanto tiempo he estado esperando este beso. Y las veces que he soñado con tus labios.

-Richard que cursi.- le digo mirándole y el me sonríe.

-Y se hacer más cosas que ser cursi.- tiene una cara de pervertido pero cuando pienso mejor y entiendo lo que dice le pego en el hombro.

-Idiota.

Pero aún así tenia esa sonrisa que me volvía loca, a mi y a casi todas las tías del instituto.

Mis ojos pesaban cada vez más y me duermo.

Estaba en un pasillo sin puertas a los laterales, andaba hacia delante buscando algún lugar para poder salir del pasillo. Pero parecía interminable.

Oía pasos detrás mía. Me paro pero cuando lo hago estas se detienen. Esto parece una película de miedo, y como todas las películas de miedo que he visto es no girarme si no quiero estar muerta.

Voy un poco más rápido pero sigo oyendolas detrás de mi, y corro. Corro tan rápido como mis piernas me dejan y cuando estoy a punto de alcanzar la salida notó como alguien me coje del pelo y me tira hacia atrás.

-Te libraste de mi una vez, pero no habrá una segunda hermanita.

Esa voz era de mi hermano. Cuando termina la frase le doy en sus partes íntimas haciendo que el me soltara pero sin darme la oportunidad de huir ya que me vuelve a coger del cabello haciendo que me agache.

-eres una puta.

Y dicho eso me clava un puñal en la barriga haciendo que grite de dolor.

Me despierto gritando. Estaba sudada e imperventilando. Mi cara estaba empapada de mis lágrimas y estaba fuertemente agarrada de las sábanas del hospital.

Alguien me toca el pelo lo cual hace que me sobresalte.

-shh tranquila.- me dicen en el oído.

Cuando se quien es me giro y veo a Richard con cara de preocupación pero aún asi me sonríe. Una sonrisa agradable, bonita que me ayuda a sentirme mejor. Sin pensarlo dos veces le abrazo con todas mis fuerzas haciendo que el se sorprenda por mi reacción pero me abraza de vuelta.

Se sienta en la cama para poder abrazarme mejor y le hago sitio para que pueda tumbarse conmigo. Cuando ya esta totalmente acostado apoyo mi cabeza en el hueco de su cuello y le doy un beso haciendo que se le erice la piel y le susurró un gracias. Le abrazo el abdomen mientras que el me sujeta de la cintura atrayendome a él.

Y cierro los ojos. Me duermo y ya no tengo ninguna pesadilla, ni mi hermano atormentandome cuando era pequeña. Sólo habían imágenes del chico que me tiene cautivada, encarcelada en sus redes en sus encantos. En la curva de su sonrisa que la veo poco pero es la más bonita. El chico del cual me estoy enamorando y lo que más miedo tengo es de perderle o de hacernos daño.

Cuando me despierto ya no le veo a mi lado pero es normal, son las 10 a.m y el tiene que estar en el instituto a las 7 a.m.

Mi madre entra con una pequeña mochila y una bolsa en sus manos.

-Hola cariño. ¿cómo te encuentras? .- dice dejando la mochila y la bolsa en el sillón y dándome un sonoro beso en la frente.

-Bien mamá. ¿Y papá?

-trabajando a la noche vendrá a por nosotras.

-¿nosotras?.- Estaba confundida no la entendía. Era muy temprano para pensar.

- Pequeña te dijeron que hoy te daban la alta, te harán las últimas pruebas y si nada sale mal volverás en tres días al Instituto.

Como se me puede olvidar eso. Tengo la cabeza en otro lado.

Me levanto de la cama y voy al baño para poder asi hacer mis necesidades. Cuando llegó a la habitación la doctora me espera para hacer las pruebas que me quedan.

Ya eran las 9 p.m y la ultima prueba. Terminan y me dicen que estoy estupenda y que ya me puedo ir a casa. Me cambio poniéndome lo que mi madre me había traído en la mochila y los zapatos de la bolsa. Era mi ropa pero aquí cabían dos yo. Me he dado cuenta ahora de que estoy demasiado flaca.

Llegamos a casa y voy a mi cuarto. Me deshago el moño que tenía y me quitó la ropa y voy hacia el baño... Pero que raro ¿Porque esta encendida la luz? Bueno me la habré dejado el día que me secuestraron.

Pero cuando abro la puerta al tope lo único que se me ocurre es gritar y taparme mis partes íntimas para que no vea más de lo que el puede ver.

RichardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora