IV

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Capítulo IV: ¡Mi lechita!

– Los mujeriegos – suspira Jenn mientras apoya su cara sobre las palmas de sus manos contemplandolos.

– Cuidado que se te cae la baba – se burla Cloeh.

Jennifer estaba tan hipnotizada por el grupito de músculos sin cerebro, que solo prefirió pasar del comentario de la pelirroja.

Entraron prepotentes como si fueran dueños del lugar. Habían unas pocas personas más en la cafeteria y cuando pasaban al lado de una mujer le coqueteaban, les guiñaban un ojo o les pasaban su número, ustedes ya saben, lo típico de los mujeriegos.

«Imbéciles»

Completamente de acuerdo.

Le doy un sorbo a mi leche de chocolate en caja. El grupo pasa al lado de nosotras y me di cuenta que James formaba para de el. Escupí todo el líquido que se encontraba dentro de mi boca, no le llego a ninguna de las chicas, pero donde la suerte casi nunca está de mi lado, le llego a uno de los mujeriegos.

– ¿¡Qué mier...!? – fue interrumpido.

– ¡¡Peque!! – grita James. Cierro mis ojos esperando un regaño de su parte, pero para mi sorpresa, a cambio resivo un fuerte abrazo de parte de el.

Se queda unos largos minutos abrazado a mi como una lapa.

– Aquí estabas – me suelta para observarme.

Su grupo de amigos nos quedan mirando extrañados.

– ¿Qué mierda? – susurra extrañado mientras retira los lentes negros de sus ojos.

Las chicas solo seguían con lo que estaban haciendo antes de que llegarán, Emma evitaba mirar a mi hermano, Cloeh por alguna razón miraba a la nada sin reaccionar y Jennifer no les quitaba el ojo de encima a ninguno. Pensándolo bien, hacían cosas totalmente diferentes.

El guapo chico...el chico de ojos verdes al cual le derrame mi leche sobre su polera blanca, tose de una forma forzada para que todos le prestaramos atención a el.

– ¿Me pueden explicar qué pasa aquí? – se cruza de brazos, al parecer enojado.

– ¡Oh! Si claro – me aparta para observarlos –Ella es mi hermana,  Ashley.

– ¡¡Tengo hambre!! – ruge uno de los integrantes del grupo.

– ¡Callate Ryan! – le regaña el de los lentes completamente negros mientras se agarra la cabeza con sus dos manos – ¿Qué parte de tengo resaca no entiendes? – pregunta entre dientes.

¿Bryan? Bueno, no sé, el punto es que solo rueda los ojos.

– Pensaba que era tu novia – ríe un poco el de los ojos verdes – ¿Me la prestas? – James se tensa por completo.

– ¿Qué has dicho? ¿Qué te preste a MI hermanita?

– Tranquilo, yo solo bromeaba – levanta sus brazos en forma de rendición.

– Nos vemos peque – besa mi mejilla sin apartar la mirada de su amigo, vigilandolo.

– Nos vemos – respondo un tanto extrañada por toda la situación, mi primer día y ya me estaban coqueteando.

Las chicas se quedan mirando como desaparecen mientras se hacen cada vez más pequeños. ¿Soy yo o cada una esta hipnotizada por un miembro de los mujeriegos?

Me aclaro la garganta y salen de su trance.

– Nos vamos a la habitación – informo y asienten de acuerdo.

¿Enamorada?¿Yo?Pfff, nunca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora