Capítulo 5

11.1K 475 40
                                    

La miré y le dije.

—Perdona, ¿tú vas a economía de primero, verdad? —Dije seriamente.

—Sí —Respondió muy seca.

Di por sentado que no quería hablar conmigo, así que no insistí, tampoco quería ser más que un amigo o un amigo para ella, era una friki, no muy guapa y tenía pintas de ser una santita, por lo cual no me interesaba.

—Disculpe, ¿me podría dar el horario de los estudiantes de primer año de economía? —Me dirigí a la señora que había detrás de la secretaría, no me contestaba y no sabía el porqué así que volví a llamar su atención —Perdone, ¿me oye? —Elevé el tono de voz.

Estaba pasando de mí y ya me cabreaba parecía que lo hiciese aposta. Iba a volver a llamarla y ahora más fuerte pero...

—No vayas a gritar, es sordomuda y no te ve ya que esta de espaldas así que hasta que no acabe con mis fotocopias no te va a poder atender niño engreído.

—Uy... ¿qué haces hablándome? Creía que solo hablabas monosílabos —Dije sonriendo.

—No suelo mantener una conversación con niños de 18 que tienen una mentalidad de 3 años.

—Yo no tengo 3 años de mentalidad, tengo 2 añitos, uno más que tu parece ser —Dije ya un poco molesto.

—Ja ja ja aparte de ser un egocéntrico, un crió, eres tonto eh —Dijo ella con cierto repudio.

—Wow si te ríes y todo, creía que eras inexpresiva aparte de borde.

—No merece la pena hablar con una persona como tú así que por favor callate y haz un favor al mundo —Dijo sin mirarme.

—¿Una persona como yo? Emm... ¿como soy yo aparte de un egocéntrico, crío, tonto y engreído? —Dije mirándola.

—No voy a gastar mi saliva en explicarte algo que ni a tí ni a mí nos importa, así que adiós —Dijo recogiéndo sus fotocopias, las cuales se las entregó la señora, y guardándose las en la mochila.

La cogí de la mano impulsivamente, la miré a los ojos, esos ojos me miraban y me intimidaban, pero aguante la vista.

—No juzgues un libro por su portada —Dije apunto de desmayarme, esos ojos me estaban hipnotizando de nuevo y no sabía el porqué.

Aparté rápido la mirada y solté su mano, notaba que estaba nerviosa no sabía por qué la cogí de la mano, yo tampoco lo sabía, pero decidí no mirarle más a los ojos, y ella lo único que hizo fue irse un poco confusa por la extraña situación.

La secretaría, me dió el horario y me dirigía para casa cuando vi a...

Quédate, puede que te quiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora