~Capitulo 1~ El chico borde.

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Martes, 9:30 de la mañana, otro día más con mi querida rutina. Me levanto de la cama, me ducho y me visto con un vestido básico color beige y unas botas marrones, no me siento muy bien con vestidos ni con faldas, como ya sabéis soy bastante insegura, pero tengo que quitarme ya esa barrera y esas inseguridades que tengo, me lo dicen siempre mis amigas y eso voy a hacer. Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina y ahí están todas haciendo el desayuno.
- Buenos días chicas.
Les digo a mis queridas amigas madrugadores. A lo que me contestan todas:
A- Buenos días mi niña.
N- Buenísimos días amiga.
M- Buenos días gordi.
Las miro con una sonrisa y pregunto:
- ¿Alguien sería tan amable de hacerme un café?
Y rápidamente Anabel me responde:
- Marchando ese café querida.
Me río y le digo:
- Muchas gracias camarera.
Nos sentamos todas a desayunar mientras estamos charlando y de repente María dice:
- ¡Oye tengo una idea!
Naiara le responde:
- Suelta por esa boquita.
M- Este viernes podríamos hacer una fiesta aquí en casa, ayer conocí a unos amigos de Carla, mi hermana y son muy majos los podemos invitar, y a las amigas de mi hermana que las conocéis y a quien queráis.
Yo soy la primera en contestar, súper decidida digo:
- Por supuesto que sí, sin pensarlo chicas, me apetece muchísimo.
Y Anabel también dice:
- Me parece buena idea, yo sé lo digo a unos amigos míos y de Cristian que seguro que querrán venir.
Y por último Naiara, que también acepta dice:
- Claro chicas perfecto yo aviso también a mi prima Andrea que la conocéis y a unas cuantas amigas.
Estamos todas encantadas y felices de que vamos a pasarnoslo bien porque hace tiempo que no montamos una fiesta en casa, algunos findes salimos a tomar algo y a bailar pero no es lo mismo que montar tu propia fiesta, con la gente que quieras y hacer lo que te apetezca. Pasa toda la mañana volando, he tenido nada más una hora de clase virtual, he hecho 2 trabajos y ya es la hora de comer. Hoy me toca cocinar a mí, otra cosa que no os conté es qué me encanta cocinar y se me da bastante bien. Voy a hacer pechugas con salsa de roquefort, que nos encanta a todas. Comemos muy agusto y cada una se va a su habitación a descansar o a dormir la siesta, a mí no me gusta nada dormir siesta porque después cuando me levanto de la siesta tengo mal humor, así que yo me quedo en el salón hablando con mi madre por teléfono que me ha llamado para ver cómo estaba y preguntarme cuando voy a verla, no vivimos muy lejos estamos a 2 h en coche pero cómo aún no tengo coche, jajaja pero lo tendré dentro de poco, por cierto ahora que tengo un ratito hasta que me vaya a trabajar voy a ponerme a hacer tests y a estudiar. Término de hablar con mi madre, quedamos en que el jueves vamos las chicas y yo a comer, y me pongo a estudiar para sacarme el carnet de conducir. Pasa un buen rato y se hace la hora de irme al trabajo. Cuando llegó al trabajo ya están mis 2 compañeras Paula y Jessica, me saludan no muy contentas y les pregunto:
- ¿Que os pasa porque tenéis esa cara?
Me contesta Jessi:
- Nada tía, que hoy hay tres cumpleaños de golpe, a la misma hora y va a haber aquí un jaleo.
A lo que yo le digo:
- Madre mía pues sí que va a haber jaleo sí, bueno pero nosotras podemos ya lo sabéis.
Y Paula que es muy positiva dice:
- Eso es verdad nosotras podemos, vamos allá que estarán a punto de venir.
Nos ponemos las tres juntas a organizarlo todo y a los 15 minutos empiezan a aparecer niños y familias, poco a poco se va llenando todo, y aunque el sitio es grande se llena porque hay mucha gente, a mi me toca la mesa del fondo, el cumpleaños de Pablo que cumple 3 añitos. Me dirijo hacia la mesa y tomo nota de lo que quieren todos los adultos y me llama la atención uno de ellos,uno de los más jóvenes, que no tiene pinta de ser el padre de ningún niño, está sentado en la esquina con el móvil, tiene los brazos todos tatuados, es moreno, alto, con barba y bastante guapo la verdad. No se da cuenta de que estoy al lado suya para preguntarle qué va a tomar hasta que hablo:
- Hola disculpa, ¿Qué va a beber?
Me mira con cara de asombro, no se esperaba verme ahí de repente, y me contesta muy seco:
- Una cerveza.
Y le respondo:
- Estupendo, enseguida te la traigo.
Me voy pitando de ahí porque me he puesto un poco nerviosa y me voy pensando en lo seco y cortante que ha sido, bueno es normal no se va a fijar en mí ni de coña. Así que voy a por las bebidas y las voy llevando a la mesa, y cuando le llevo la cerveza al chico borde, se la dejo y le digo:
- Aquí tienes.
Y no recibo respuesta de su parte, ni gracias ni nada. Me voy a dejar la bandeja y a cuidar a los niños porque no me puedo creer que haya gente tan maleducada y antipática en el mundo, mejor me voy con los nenes que ellos son lo más simpático que hay en el mundo. Estoy jugando con los niños, ya han merendado, les he pintado la cara y es la hora de la tarta. Vienen todos los adultos a la mesa a cantarle cumpleaños feliz a Pablo que es un niño encantador, me he llevado genial con él, y entra el chico borde con una cara de pocos amigos, ni lo miro, estoy mirando como sopla las velas Pablo y noto su mirada fija en mi, no sé cuánto tiempo llevará mirándome pero no quita la mirada hasta que no me muevo para llevarme la tarta y pregunto a los peques:
- ¿Quién quiere tarta?
Y todos me responden chillando ¡Yo¡ ¡Yo! Les pongo un trozo de tarta a cada uno y lo que sobra les pregunto a los mayores si quieren. Algunos me dicen que no y otros que sí, y para mi sorpresa el chico borde me dice:
- Yo sí quiero.
Y le doy un trozo de tarta a él y a los demás que me han dicho que sí, pero tampoco recibo un gracias como respuesta. Pasa un rato y es la hora de dar los regalos, voy corriendo a por la caja con los regalos de Pablo y me para mi compañera Jessi a preguntarme qué tal voy y le digo:
- Bien tía, voy a que le den los regalos ya. Bueno y luego te cuento que madre mía algunos como son.
Refiriéndome al chico borde por supuesto, y me giro para ir a llevar la caja y me chocó con alguien, ¿A que no adivináis con quién?, Pues sí justo tenía que ser con él. Me mira con su cara de póker y le digo:
- Ay perdón no te he visto.
y me responde:
- Pues mira por donde vas.
Y se va hacia el baño, mira de verdad yo flipo con lo que estoy viendo hoy. Bueno llevo los regalos y se sientan todos en el suelo menos Pablo que se sienta en la silla grande y yo al lado de el de pie para ir dando los regalos. Voy diciendo los nombres que ponen en los regalos y se lo van dando y llego a uno que no pone nombre pone *De tu tío favorito*, lo leo y digo:
- ¡Aver tío favorito de Pablo te toca!
Y no me esperaba que fuera el chico borde la verdad. Viene y le doy el regalo para que se lo dé a su sobrino, y lo que menos me esperaba es que con Pablo es súper simpático y cariñoso se lo da, le da un abrazo y un beso le dice que lo quiere mucho y que se alegra de que le guste el coche teledirigido que le ha regalado. Y yo flipando al lado de ellos jajaja, ya no quedan más regalos asi que les voy dando las chuches y se van yendo todos. Lo mismo con los otros dos cumpleaños que habían y cuando ya no queda nadie nos juntamos Paula, Jessi y yo en una mesa a sentarnos por un momento y me dice Jessi:
- Oye Laura cuéntame lo que me has dicho antes de que flipas con la gente o no sé qué.
Y les cuento:
- Pues nada que, no sé si habréis visto a un chico joven así con los brazos tatuados y tal.
Paula me corta y dice:
- Ay sí tía, era guapísimo yo también me he fijado.
Le respondo:
- Sí, sí guapísimo, pero antipático, borde y maleducado también.
Paula me pregunta:
- ¿Qué dices y porqué, que te ha pasado con él?
Le digo:
- Me ha hablado súper borde desde el principio que me ha pedido una cerveza, cuando se la he dado no me ha dicho ni gracias, después cantando el cumpleaños de ha quedado mirándome fijamente por no sé cuánto tiempo, no sé porqué la verdad, también le he dado tarta y no me ha dado las gracias tampoco y para colmo, voy y me chocó con él, le pido perdón y me dice que mire por donde voy. Uf es que no puedo con la gente tan maleducada de verdad.
Ya estaba enfadada así que me dice Jessi:
-Madre mía tía ese es un flipado, no hagas caso si no lo vas a volver a ver en tu vida, anda no te enfades.
Y Paula dice:
- Joder, alomejor tenía un mal día el chaval.
Y le digo:
- Pero por un mal día yo no soy maleducada con la gente, digo gracias y acepto las disculpas de otra persona, porque los demás no tenemos culpa de que tenga un mal día. Bueno me voy a ir a casa chicas que estoy cansada, por cierto el viernes hay fiesta en mi casa ¿Vendréis verdad?
Me responden las dos que por supuesto que vienen, nos despedimos y me voy a casa. Llego, ceno algo con las chicas y me acuesto. Mañana será otro día y ojalá que más tranquilo que hoy.

Mi Peor Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora