Final.

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Las definiciones de familia se podían encontrar en cualquier lugar, e incluso en internet había una enorme cantidad, pero Louis sabía que nada se podía comparar con ese sentimiento que ni siquiera se podía describir con palabras, de eso estaba seguro.


Todo era perfecto desde el momento en que había tenido esa cena para conocer bien a la madre y hermana del rizado, de hecho, ellas tenían un enorme cariño hacia Lux, quien adoraba pasar mucho tiempo con Gemma, pues ella siempre le enseñaba cosas nuevas y peinados que la pequeña fracasaba en hacer la mayoría de las veces.


Gemma se había ofrecido a ir por la pequeña después de la escuela todos los días, lo que le había dado oportunidad de tener más momentos a solas a lado de Harry después del trabajo. Eso había ayudado a que se conocieran mucho mejor y, por supuesto, que tuvieran intimidad en más de una ocasión.


Para él, el estar con Harry había sido maravilloso ya que aún podía sentir en su piel el toque delicado de sus manos que le hacían perder la cabeza, y no, jamás se imaginó que con ese chico llegaría a estar tan dentro de su mente y de su vida... así que tal vez se estaba empezando a entrar en el campo minado que era el amor; caminaba con dulce cautela y seguridad al mismo tiempo ya que a pesar de todo, sabía que el menor jamás le haría daño, ya que si fuera de esa manera se hubiera alejado desde el momento en que había visto a Lux.


Niall, después de un par de días había llegado con la adorable cajera que había conocido en una de esas tantas veces en las que había ido a comprar cervezas y ella sin duda era una persona agradable, por lo que podía decir que su mejor amigo había elegido demasiado bien, estaba feliz por eso a pesar de que desde eso el rubio ya no contaba con el tiempo suficiente para cuidar de su hija y sí, agradecía haber conocido a la familia de Harry por eso.


Aquella mañana no había movimiento en la oficina ya que el siguiente evento se celebraría en Francia, por lo que Harry se preparaba para poder salir del país para encontrarse con su padre después de los largos seis meses que el hombre había pasado fuera para poder lograr todo lo que había levantado en ese país.


Louis personalmente se había encargado de la compra de los billetes de avión y sí, tenía una extraña sensación en el pecho al saber que el rizado estaría tres días fuera, tres días en los que no se verían y no podría sentir sus labios y el tacto de sus manos dulces que cuidaban de él hasta con un roce superficial.


Se encontraba solo en la oficina ya que Harry se había retirado temprano, excusándose por tener que ir a preparar sus maletas, pero aseguró antes de salir que volvería por él cuando la hora de su trabajo terminara.


El teléfono sonó logrando que se escapara de su aburrido mundo ya que de repente los minutos en el reloj que tenía sobre su escritorio empezaban a pasar más lento de lo que comúnmente lo hacían.


Tomó el aparato más para hacerlo callar que por ganas de atenderlo ya que la pereza se empezaba a apoderarse de su cuerpo era demasiado fuerte, tanto que podía dormir sobre su escritorio sin problema alguno.


- Oficina del señor Styles, buenos días – contestó mecánicamente.

- Necesito hablar con mi hijo, ¿sigue en la oficina?

Stay |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora