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Capitulo VII.

{Jorge}

-¿Saldrás?-preguntó Martina mientras tomaba con su mano un puñado de palomitas de maíz.
-Sí, no me esperes despierto mi amor-bromeé mientras me colocaba mi gorro.
-Que gracioso.-dijo sin dejar de mirar la pantalla.
-Tini, ¿no quieres venir conmigo? Ser una adolescente normal que sale a fiestas un viernes por la noche.-dije cuando me senté en el sofá, a su lado.
-Si ser una "adolescente normal" significa tener sexo todos los viernes por la noche con chicos que probablemente ni siquiera recuerden su propio nombre, pues no. No quiero.

Me reí para después depositar un beso en su mejilla. Su inocencia era una de las cosas que tanto amaba de ella. Su cabello oscuro se encontraba despeinado, atado a una simple cola de caballo. Y solo traía puesto unos pantalones de casa, con una camiseta que dejaba ver un poco de piel. Mientras otras chicas se arreglaban cada vez que me veían, ella era diferente.

Tal vez sea porque nos conocemos de toda la vida, pero si fuera así, Martina haría eso con los otros chicos, pero ella no lo hacia.

La mayoría de chicos de la preparatoria se quedaban mirándola cuando ella caminaba por los pasillos de la escuela, miradas de las cuales ella no se percataba. Recuerdo el primer día que se le ocurrió la idea de ir con falda a la escuela, ese día me dedique a asesinar a miles de idiotas y resistirme de no partirle la cara a los que se quedaban viendo sus piernas, desnudándola con sus ojos.

-¿Qué me miras?-preguntó lanzándome una almohada en la cara.
-Nada-respondí tomando mis llaves.
-No manejes ebrio, no chicas aquí Jorge, por favor recuérdalo.
-Tratare.
-Hablo enserio-gritó apagando el televisor.
-Tranquila Tini, hasta mañana. Que descanses.-dije saliendo del departamento.

Baje hasta la primera planta, el estacionamiento del departamento había pocos autos. Hoy no iría en auto, llegue hasta me moto y puse la llave en el contacto para encenderla. El hermoso rugido del motor sonó. Acelere a todo para salir por las calles de la ciudad de Nueva York.

{...}

{Martina}

El sonido de la puerta me obligo a dejar el libro en mí la encimera de la cocina, corrí hasta llegar a la puerta principal del departamento. Abrí la puerta y para encontrarme con Jack.

-Hola Jack, Jorge no esta aquí. Ha salido-dije sonriendo.
-Sí suponía eso, por eso este era el mejor momento para venir aquí. Ayer olvide mi teléfono móvil aquí y mi gorra aquí. ¿Las has visto?-preguntó.
-No, pero podemos buscarlas-dije abriendo la puerta más aun para permitirle la entrada.

Jack entro al departamento, mientras yo cerraba la puerta de entrada. No recuerdo haber visto ningún teléfono hoy en la mañana, no tenia la menor idea de donde se podría encontrar el de Jack.

-Aquí esta mi gorra-dijo tomando una gorra roja que se encontraba enterrada por el sofá de la sala.
-Ahora solo falta el teléfono-dije moviendo los cojines de los sofás, esperando encontrarme con su teléfono.

El celular blanco estaba enterrado entre los cojines gigantes del sofá, saque el teléfono y la pantalla se encendió automáticamente. Una foto mía con Jack cuando éramos niños apareció en la pantalla. Un rubor apareció en mis mejillas.

-Ouh, lo encontraste-dijo Jack quitándomelo de las manos, si yo estaba roja, el color de sus mejillas estaba ardiendo.
-Nunca había visto esa foto-comente mientras me recostaba en el sofá.
-Mamá la tenía guardada, la escanee y la guarde en mi memoria. Sabes que mi Mamá te quiere como si fueras su hija, por eso esta tan contenta de que estés con Jorge, ella piensa que de alguna manera lo vas a ayudar.
-¿Sigues enojado con el?
-Se descargo conmigo sin ninguna razón, claro que estoy cabreado con él.
-Supongo que es cosa de hermanos.
-¿Enserio no recuerdas cuando nos tomamos esta foto?-preguntó curioso.
-No.-respondí sinceramente.

La Mamá de Jorge, amaba las fotos siempre paraba tomando fotos de cualquier momento que pasaba. Esa era la razón por la que tenia miles fotos de Jorge y yo de niños.

-Jorge se molesto contigo cuando se entero que te tomaste una foto conmigo. Dijo que lo estabas cambiando por mí, tú lo tratabas de convencer que no era verdad. Digamos que Jorge era muy posesivo cuando se trataba de ti.
-Creo que ya lo recuerdo.
-Es mas, el no dejaba que Jake y yo juguemos contigo, nos decía que tu eras su mejor amiga no la de ellos. Bueno eso fue hasta los 10 años que nos dejo dirigirte la palabra sin que se enojara con nosotros.

Me reí al recordar al Jorge pequeño, el no dejaba que hablara con sus hermanos, nunca dejo que Jack Y Jake se acercaran mucho a mi.

-Eres una chica increíble Martina, siempre tratando de ayudar a los demás con una sonrisa en el rostro. Eres hermosa a tu manera, porque no necesitas capas de maquillaje, solo eres tu misma. Una de las razones por las que me enoje con Jorge fue porque dijo algo que era verdad. Tú me gustabas, desde que éramos niños, siempre creía que tú nunca me veías y que solo tenías ojos para mi hermano.

Mi corazón se encogió, cuando era niña siempre pensaba que Jack solo me veía como una hermana más. Estaba a punto de confesarle que había sentido lo mismo por él, pero dos cosas me detuvieron. La primera, era una cobarde. La segunda, yo estaba "saliendo" con Jorge, no le podía decir que a mi me gustaba si estaba "saliendo" con su hermano.

-Hablando de Jorge, ¿A dónde salió?-pregunto curiosamente.
-A una fiesta, creo.
-¿Y tu? Simplemente te deja aquí.
-No, el me pregunto si quería ir y yo no soy realmente fanática de las fiestas.
-Su relación es muy rara, ¿Se los han dicho?
-Siempre-dije dando un largo suspiro.

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