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Capitulo VIII.

{Jorge}

Abrí la puerta cuidadosamente evitando hacer ruido alguno, a diferencia de la pelirroja que entro al departamento riéndose escandalosamente. La jale de la cintura atrapando sus labios, haciendo que se silenciaria, cerré la puerta con el pie. Empuje a la pelirroja hacia el sofá, haciendo que los dos cayéramos en él. Sus manos bajaron por mi abdomen, mientras yo me encargaba de hacer mi trabajo. Retire su top, tirándolo al suelo mientras me sumergía en su pecho.

-¿Seguro que no lo esperaras? No tarde en venir-escuche la voz de Martina.
-No, es muy tarde. Ya hablare con el mañana, fue lindo compartir este rato contigo. Podemos salir mañana, ¿verdad? Si tú quieres, claro.

¿Ese era Jack? ¿Qué hacia mi hermano a estas horas en nuestro departamento?

La puerta de la habitación de Martina se abrió, la expresión del rostro de Jack era increíble. Mierda. Me levante del sofá, a pesar de los gemidos de la pelirroja. Recogí su top del suelo y se lo avente.

-Es hora de que te vayas-dije enojado.

La pelirroja se apresuro poniéndose el top, y en menos de un minuto salió por la puerta del departamento.

-¿Qué demonios haces aquí?-pregunté enojado.
-¿Qué hacias tu con una chica aquí Jorge? ¿Cómo puedes... Martina vive contigo, la estabas engañando en su cara.

Oh demonios. Había olvidado la mentira que le había dicho a toda mi familia, estaba completamente jodido. Martina no dijo nada, se me quedo viendo fijamente esperando que respondiera. Pasaron varios minutos en los cuales ninguno de los tres hablo.

-Mmm...¿Jake? Es hora de que te vayas a casa-dijo Martina hablando finalmente.
-Esta bien-respondió dándose vuelta para mirarla a los ojos.-Llámame si necesitas algo, si necesitas donde quedarte, o lo que quieras.
-Ella no necesita donde quedarse, Jack. Mueve tu jodido culo de aquí-dije fulminándolo con la mirada.

Jack tomo su gorra del sofá, y abrió la puerta para después retirarse. Martina se fue a la cocina, la seguí hasta allá, ella saco un vaso del estante de madera para servirse un vaso de agua. La tomo toda en menos de 10 segundos, enjuago el vaso, y me miro fijamente.

-Nose que me molesta mas, que no me hayas escuchado sobre lo de "No chicas aquí", o que haya quedado como "La cornuda" enfrente de tu hermano.
-Lo siento, Tini. Yo...
-No inventes ninguna excusa, podemos decirle a tu familia que... yo decidimos quedar como amigos y fin de la mentira.
-Mi madre seguiría molestando, diciéndome de porque deje irte, que eras una chica buena que...
-Esto no se trata solo de ti Jorge, desde que me metiste a esa mentira, yo también estoy enrollada en eso. Estoy cansada, me iré a dormir. Espero que te hayas divertido esta noche.
-Parece que tu si te divertiste, ¿Qué hacia Jack aquí?-pregunté enojado-
-Su teléfono se le quedo aquí ayer, vino a buscarlo.-dijo entrando a su habitación.
-¿Tini?
-¿Qué quieres Jorge?
-Sé que esto no ayuda en nada, pero mi Mamá nos invito a tomar desayuno mañana.

Martina cerró la puerta de su habitación de un fuerte portazo.

{Martina}

-Tini, se que estas muy enojada conmigo, y que probablemente no quieras ni verme, pero te necesito para esto. Abre por favor, podemos hablar y arreglar esto como siempre lo hacemos. Por favor.

Me cubrí la cara con la almohada blanca que había caído al suelo, no quería escucharlo. Sabia que si lo hacia, me rendiría y terminaría perdonándolo, como siempre lo hacia. Pero no esta vez, tendría que ser fuerte y fría si quería ganar. Estar enojada con Jorge, seria lo más difícil que tendría que hacer.

-Vamos Tono, sé que me estas escuchando. Ambos sabemos que al final me vas a perdonar y fin de la historia.

A pesar de el estaba del otro lado de la puerta, pude saber que estaba sonriendo. Maldito idiota. Así que el pensaba que el siempre iba a ganar, pues estaba cantando victoria muy temprano. Iría a ver a Pattie, la mamá de Jorge, pero no pensaba cruzar palabra con Jorge.

Salí de la cama, y me metí al baño de mi habitación. Me di una ducha rápida, para después colocarme unos jeans, con una camisa sin mangas de color azul. Use los tacones que Carrie me había prestado para la última fiesta a la que habíamos ido. Cepille mi cabello despacio, preparándome mentalmente para enfrentarme a Jorge allí afuera.

Cuando estuve lista, abrí la puerta, Jorge que estaba recostado en ella cayo al suelo, se levanto mientras se reía. El ya estaba listo para salir, raro de el porque siempre que salía de fiesta al día siguiente se despertaba tarde. Jorge se levanto del suelo, y me sonrió con la sonrisa que acostumbraba a darle a todo su "club de fans de primer año".

-¿Nos vamos?-preguntó.
-Con permiso-dije apartándolo de mi camino para llegar a la cocina, tome un vaso de la encimera y me serví un vaso con agua.
-¿Estas molesta aun?-preguntó extrañado.

No le respondí. Por supuesto, Martina siempre tenia que perdonar cada vez que Jorge se lo pidiese, pero no esta vez a Jorge le costaría más que un sacrificio de ver una película romántica para que lo perdone.

-Tini, deja lo enojada vamos. Sé que me quieres perdonar-dijo empujando levemente del hombro.
-No me toques, Jorge.-me queje apartándome aun mas de él.-Iré a ver a Pattie, no pienses que es porque te ayudare a ti. Solo quiero ver a Pattie y visitar a los gemelos, nada más que eso.

Tome las llaves de la encimera, y baje las escaleras del departamento tan rápido como me permitían estos tacones. Sí, tal vez fueron una muy mala idea. Llegue hasta el estacionamientodel edificio cinco segundos antes que Jorge. Ambos estábamos enfrente de Holly.

-¿Puedo conducir?-pregunté secamente, me moría por escuchar la respuesta de Jorge.

El nunca me dejaba conducir su auto, al menos que sea un asunto de vida o muerte como la cena con sus hermanos. Jorge amaba a su auto, un BMW deportivo de último modelo.

-Claro-respondió con una mueca.

Tal vez podría sacarle provecho a esta situación.

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