41

366 18 0
                                    

Capítulo XL.

{Jorge}

No necesitaba palabras para expresar como me sentía en este momento, yo sabía que ella entendía todo lo que estaba pasando dentro de mí en este mismo instante. Bajamos de mi auto cuando llegamos al departamento en el que mi Madre y mis hermanos se estaban quedando. Ella y yo bajamos del auto al mismo tiempo que un Mercedes Benz negro con las ventanas polarizadas se estacionaba atrás de nosotros. Reconocía ese auto donde quiera que vaya. Mi padre bajo del auto y cerro despacio la puerta del conductor. Y se quedo ahí. Esperando que yo digiera algo. Que explotara...como siempre lo hacía.

-Haz algo por favor, evita que me lancé encima de él y lo comience a golpear. Por favor, Tini. No creo que me pueda controlar un minuto más. -susurré en su oído, apenas audible para ella.

Ella tomo mi mano y la apretó fuertemente, paso su mano por mi cintura atrayéndome a ella. Su mirada se elevó para mirarme a los ojos.

-No vas a ir a ningún lado, no sin mí. -me respondió mientras daba un apretón en mi mano.

Ella avanzó y llegó hasta la puerta de la casa de mi mamá, tocó el timbre y la puerta se abrió rápidamente. Tini tiró de mi mano y me obligo a entrar para después cerrar la puerta.

-Gracias. -dije ahora en voz alta.
-Estoy sorprendida...nunca controlas tus ataques de ira.
-No siempre te tengo de mi mano cuando estoy apunto de golpear a alguien.
-Están aquí, gracias a Dios. Me asustaste, Jorge, realmente lo hiciste. -Jake me abrazó apenas me vio.
- ¿Dónde esta mi mamá y Jack?-pregunté.
-Jack está encerrado en su habitación, sabes como idolatra a papá, y todo lo que está pasando, lo está matando. No quiere hablar con nadie, ni siquiera con su gemelo. Esta casa está hecha un desastre, Jorge. Mamá no a dejado de llorar toda la noche.

No sabía por donde comenzar, si por mi hermano o por mi madre. Ambos necesitaban a alguien en este momento. Sentí que no iba a poder con lo de ser el hombre de la casa.

-Ve con tu madre, hablaré con Jack. Te juro que si es necesario derrumbar la puerta, lo haré. Tu mamá te necesita más.

Martina liberó mi mano y me sentía indefenso. El miedo me recorrió.

-Estoy contigo, no tienes que asustarte. Siempre he estado contigo, y siempre lo estaré. Volveré contigo en cuanto solucionemos esto.

Tini sonrió, y a pesar de ser una simple sonrisa de oreja a oreja, fue suficientemente para darme toda la valentía y fuerza que necesitaba en este momento. Me sentí capaz de consolar a mi madre. Si había una tercera guerra mundial, Tini podía ser capaz de solucionar a los países con una de sus sonrisas, porque solo una sonrisa había bastado para solucionar la guerra que había dentro de mí.

{Martina}

Toqué la puerta dos veces, sin obtener respuestas algunas. Jake estaba a mi costado, el quería escuchar la voz de su hermano, saber que seguía vivo. No lo había visto desde anoche.

-Vamos Jack, sé que estas ahí. Soy yo, Martina. Quiero hablar contigo, quiero ayudarte. Si me abres la puerta puedes hablar conmigo, por favor.

No obtuve respuesta alguna. Pero no me rendiría, entraría a esa habitación cueste lo que cueste. Aunque derribar la puerta era algo muy pesado, una idea se me vino a la mente.

- ¿La ventana de atrás conecta son su habitación verdad?
- ¿Te vas a subir hasta la ventana de su habitación?-preguntó Jake en un susurro.
-Sí.
-Tenemos una escalera atrás, no se como no lo pensé antes.

Jake y yo bajamos las escaleras corriendo hasta llegar al jardín de la parte de atrás de la casa. Jake sacó la escalera del fondo y la empino contra la pared.
-Por favor ten cuidado, si algo te pasa, no me lo perdonaría.
-Estaré bien, Jake. ¿Cómo estas tu?
-Solo quiero que Jack y mamá estén bien. Si ellos están bien yo voy a poder estar bien.

Lo abracé, por que sentí que eso era lo que el necesitaba en este momento. Toda la alegría que el siempre sentía, esa alegría que irradiaba a los demás cuando llegaba a un lugar, había sido remplazada por tristeza. Trepé en la escalera y subí cuidadosamente escalón por escalón. Cuando llegué a la ventana la abrí lentamente y entré.

Jack se había cubierto el rostro con una enorme almohada. Supe que estaba despierto por el ritmo de sus respiraciones. Me acerqué a el lentamente.

-Jack...
-Sé que quieres ayudar, Martina. Pero ahora no quiero hablar con nadie. Vete. Por favor.
-No te voy a dejar. Jack, tu hermano está tan preocupado por ti. ¿No crees que el necesita a alguien también? Sabes lo mucho que te ama Jake, tal vez es una conexión de gemelos, pero sea lo que sea. No puedes encerrarte y alejarte de los que te aman. Porque los demás te necesitan. Yo siempre he pensado en ti y en Jake como mis hermanos. Necesitas dejar que te ayuden...
-No lo entiendes Martina. No entiendes que es que el que tu creías que era tu héroe, de repente se vuelva una mierda. -dijo quitándose la almohada de la cara y permitiéndome ver sus ojos llorosos.
-Te equivocas, Jack. Créeme que lo he sentido.
-Yo...yo no quise ser tan desconsiderado.
-Amaba a mi padre, como cualquier niña amaba al suyo, verlo como un rey, como un superhéroe, el era todo sonrisas. Lo amaba...hasta que lo vi pegarle a mi mamá. Después de eso lo único que sentía por el era miedo. A veces las personas se casan...y el amor simplemente se gasta.
-Es más que eso Martina. Papá engaño a Mamá con otra mujer, Martina. El nos engaño a todos. El no se fue a ningún congreso en Europa, el estaba con la otra.

Red De Mentiras →JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora