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Capítulo XXXVI

Estaba tan asustada, el sudor comenzaba a correr por mi frente, ¿o eran mis lágrimas? No tenía la menor idea, pero si sabía algo. No quería salir nunca de este armario. Los llantos de mamá se escucharon por toda la casa.

Un silencio inundó la habitación, lo único que podía escuchar eran los latidos de mi corazón, que latía rápidamente. La puerta de mi habitación se abrió.

Un latido, dos latidos, tres latidos, cuatro latidos.

La puerta del armario fue abierta, me sujetaron fuertemente del brazo y me empujaron contra la pared fuertemente. Mami no estaba aquí para defenderme.

-Así que ese era tu escondite, pequeña perra.
-No me hagas daño, por favor papá. -dije llorando.
-Eres igual de puta que tu madre. Tu futuro va a ser el mismo que ella. Ella se busco esta mierda y la consiguió. Ahora es tu turno, pequeña perra.

Un latido, y el primer golpe me azotó.

Mi corazón latía rápidamente, mi corazón estaba acelerado, cada latido cada vez se hacía más rápido. Otra pesadilla. Pero había una diferencia en esta. Me levanté de la cama y salí de mi habitación, el departamento estaba completamente oscuro. Abrí con cuidado la puerta de la habitación de Jorge.

El estaba conversando por teléfono, mientras miraba el techo de su habitación. El no se había dado cuenta que había entrado. Cerré la puerta de la misma forma.

"-Sabes que estaré ahí para ti - ¿Aunque te despierte a medianoche? -Aunque me despiertes a medianoche"

En ese momento me di cuenta, que las palabras eran simplemente palabras. Y que la promesas se hacían polvo cada vez más rápido.

{...}

-Una semana y media, Loxy. ¿Estas lista?-preguntó
Tyler mientras Natalia estaba sobre sus piernas.

Ellos estaban saliendo, o algo por el estilo. Natalia comenzó a pasar mucho tiempo conmigo y con Kendall, aunque al principio no le agradaba mucho debido a los rumores entre Tyler y yo que habían estado corriendo.

-Supongo que sí.
- ¿Una semana para qué?-preguntaron Diego y Natalia al mismo tiempo.
-Loxy y yo nos vamos a ir de viaje. -respondió Tyler mientras abrazaba a su novia.
- ¿Debería preocuparme de ti McLock?-preguntó Diego con una sonrisa torcida.
-Para nada, Dominguez. Yo solo tengo ojos para una chica.

Tyler y Natalia se besaron. Enfrente de nosotros. Kendall suele molestarlo con eso todo el tiempo, mientras se besan les avienta comida haciendo que Tyler se moleste.

-Estoy comiendo, chicos. -dije entre risas.
-Y podrías estar besándote conmigo-Diego me dio un leve codazo.
-Prefiero seguir comiendo, pero gracias por la oferta.
-Esa no era una oferta.

Diego se levanto de la mesa y tomó mi mano obligándome a levantarme. Salimos del comedor y comenzamos a caminar por los pasillos que estaban totalmente desiertos.

- ¿Qué estamos haciendo aquí?-pregunté. - ¿No me vas a violar no?
- ¿Qué persona normal le pregunta a otra si la va a violar? Además no es violación cuando uno quiere. -dijo acercándose más a mi.
- ¿Quién te dijo que quiero acostarme contigo?

Diego se hacer se acercó lentamente a mi oído.

- ¿Qué me hiciste?-susurró en mi oído. -Te conozco de semanas, y estoy completamente enamorado de ti, Martina.
- ¿Qué paso con lo de ir despacio?-pregunté cuando sus manos se posaron en mi cintura.
-Al diablo con lo despacio.

Sus labios capturaron los míos en un beso.

{Jorge}

"Son demasiado lindos juntos, no sé quien es demasiado para quien. Ambos son perfectos para el otro. He oído que el ha comprado una departamento con el dinero que le han estado mandando sus padres. Él quiere vivir con ella, ¿eso no es lo suficientemente tierno? Si yo fuera Martina Stoessel, me casaría con ese hombre"

Sentía ganas de golpear algo solo recordar lo que había escuchado hablar Holly con su amiga en la clase de español. Tenía ganas de pelearme con la primera persona que se cruzase por mi camino.

Mi Tini, ¿hace cuanto no hablaba con ella? ¿Una semana? Ella llegaba a casa y se iba lo más rápido posible, evitaba cruzar camino conmigo y cuando lo hacía solo intercambiaba conmigo la más falsa de las sonrisas.

- ¿Jorge me estas escuchando?-había olvidado que estaba conversando por teléfono con Stephie.
-Seguro.
- ¿Qué te he dicho?

Mierda.

-Algo...sobre...
-Te estaba diciendo si puedo ir a tu departamento. Te extraño tanto en este momento.
-Tengo...muchos deberes que hacer, Steph.
-Como quieras. Tú te lo pierdes.

Stephie corto la comunicación. Ella estaba cabreada, muy cabreada. No tenía idea de porque seguía saliendo con ella. No sentía absolutamente nada por ella.

La puerta del departamento se abrió, Martina entro con una enorme sonrisa en sus labios. Sonrisa que se borro cuando me vio.

Red De Mentiras →JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora