Cuando caí inconsciente trate de contactar con mis amigos en enlace telepático pero algo no me lo permitía, sentía como cargaban y movían mi cuerpo pero no podía escuchar lo que decían.
Me sentía tan ligera, sentía que flotaba, estaba muy tranquila, como si esto no estuviera pasando, no pensaba, ni me preocupaba lo que me pasara, hasta que finalmente había caído en cuenta de lo que pasaba y poco a poco recupere mi conciencia y desperté...
Todo estaba oscuro, trate de llevar mis manos a mi cara pero algo lo impidió, mis manos estaban esposadas, pero no podía mover mis manos como si estas estuvieran cubiertas por un gran trozo de metal. Trate de moverme otra vez pero al parecer estas esposas estaban encadenadas al suelo, trate de contactar otra vez por enlace telepático pero una fuerte descarga eléctrica recorrió mi columna vertebral.
-¡ah!- grite del dolor
-¡Elizabeth!- escuche a Carlos gritarme.
-¿que paso? ¿Porque no puedo ver?-pregunte jalando las esposas.
-tienes algo en el rostro, como un antifaz pero cubre tus ojos y tu cabeza - escuche a Ilori - estamos todos aquí Lizzie, algunos están privados de ciertos sentidos, tu estas bloqueada del tacto y la vista, yo del tacto y del oído en gran parte. Apenas puedo escucharlos-
Trate de calmarme, si entraba en pánico todo seria peor. Todos seguíamos hablando, al parecer todo estaba diseñado para bloquear nuestros poderes y habilidades.
Al pasar los días la desesperación se hacía presente en los menores, batallando por liberarse y recibiendo un electroshock en castigo. Más ese día algo cambio, entraron al cuarto unas personas que desconozco, Primero se llevaron a Haruka y a Yui, podía escuchar los gritos de esta última.
Hablamos sobre un plan de escape más era muy difícil coordinarnos, pues cada cierto tiempo entraban a llevarse a alguien más... Hasta que solo quedamos yo, Tyson e Ilori.
Una tarde, más guardias entraron y desataron nuestras cadenas, nós jalaron a través de túneles y pasillos hasta llegar a una gran habitación donde nós sentaron y ataron nuestros pies y manos, hasta que finalmente retiraron el bloque de mi vista. No había nada en ese cuarto más que nosotros y muchos guardias de seguridad con máscaras y armas.
-tranquilos chicos, saldremos de esto-nos dijo Tyson
Por la puerta entro un hombre de 30 o 40 años, vestido de traje de etiqueta y cabello negro y ojos azules.
-son loa últimos - dijo un soldado.
-bien - dijo el hombre- hola, pequeños soldados - dijo acercándose a nosotros.
-no somos soldados- respondí tratando de liberarme.
-es inútil Elizabeth, están diseñadas para evitar que escapes tu o alguien con poderes -
El hombre se acercó a la ves que se quitaba unos anteojos que hasta ahora notamos.
-supongo que Lizzie ya sabe quien soy, y en cuanto a ustedes, mi nombre es Kohaku-
Tomo el mentón de Ilori y lo obligo a verlo por unos segundos, al cabo de un rato el chico pelirrojo agacho su cabeza como si estuviera en trance.
-ire al grano, ustedes seran soldados a partir de ahora-
-y que te hace creer que así será? - pregunto Tyson.
-simple, hipnosis, yo les ordenare hacer algo y ustedes van a obedecerme sin mas-
Tyson y yo jalamos más fuerte de nuestra prisión, no quiero ser una soldado bajo el control mental de un lunático.
Rápidamente tomo a Tyson del mentón al igual que Ilori. El chico del parche batallo tanto como pudo.-¡Elizabeth no lo veas a los ojos!- me grito antes de desmayarse.
Cada segundo se volvió una agonía, el se acercaba más y más y no me podía liberar, finalmente se puso frente a mi y se agachó de un modo tan lento que creí volverme loca.
Tomo mis mejillas y me hizo verlo, más yo cerré mis ojos.
-tarde o temprano tendrás que abrir los ojos linda, no me importa esperar todo el día-
Chicos auxilio! Grite mentalmente todo el equipo esta bajo una hipnosis del director de la División! Salvenos por favor!
Supe que me escucharon, sentía el corazón de Edgar acelerarse.
Tranquila Elizabeth, déjate controlar, te prometo, te juro por mi vida que te vamos a salvar! Grito Andrew.
Finalmente abrí mis ojos, encontrándome con una mirada completamente negra, y una voz empezó a resonar en mi cabeza.
Ahora eres una soldada, harás lo que yo te diga. Asesinaras sin piedad, iras donde yo diga y no te opondrás, ahora, cuando cuente tres, toda tu memoria de borrara a excepción de lo que te dije, obedeceras a la División, la División es tu hogar ahora, y darás tu vida para que esta sea permanente, uno... Dos... Tres.
Todo se comenzó a volver negro, y caí en un sueño profundo.
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Superdotados
Novela Juvenilsomos cuatro huérfanos que no recuerdan nada antes de una total oscuridad. somos cuatro huérfanos que nadie extrañaría si desaparecieran o tal vez si no somos cuatro huérfanos normales somos superdotados