#2. ¡¿Sonrojada?!

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Después del largo viaje en autopista, por fin habíamos llegado al edificio donde vive Guillermo, mientras yo bajaba del auto fui directo a tomar las maletas pero Guillermo las tomó antes de que me diera cuenta.

—¡Déjame llevar las maletas yo puedo, no estoy inválida!— Se lo dije molesta, no llevo ni un sólo día con Guillermo  y ya estaba discutiendo con él.

—No, no, no si te las llevas quedaras más pequeña de lo que ya estás — dijo Guillermo burlándose .

—Le golpee el brazo, con todas mis fuerzas— él empezó a reír hasta que sus ojos empezaron a salir leves lágrimas.

—¡¿Que es tan gracioso?!—Se lo dije un tanto cabreada.

—Él limpio sus lagrimas y me sonrió, jamás me había fijado que Guillermo tenía una sonrisa tierna y sus hoyuelos lo hacía lucir atractivo, ¡por dios que estaba pensando! tenía que dejar de pensar en su estúpida sonrisa — Lo gracioso aquí es que eres muy débil por tu complexión eres como una pequeña rátita tratando de golpearme. 

—Lo miré enfadada, y a la vez algo divertida, le arrebate las llaves de sus manos—¿Y cuándo me vas a mostrar tú departamento?.

—En un momento_______, no es tan grande como la casa de nuestros padres, pero verás que te agradará— dijo mientras me quitaba las llaves — vamos.

Nos adentramos al elevador, el presionó el botón con el número seis.

—¿Guillermo, por que decidiste independizarte tan joven? — dije algo nerviosa, desde pequeña siempre quise saber eso ahora quería saber más sobre su vida, quería recuperar el tiempo perdido.

—_______ no deseo hablar de eso, no es el momento indicado— dijo algo molesto, pude notar que apretaba su mandíbula su expresión reflejaba impotencia.

—Lo siento Guillermo, si te molesta no volveré a preguntar— murmure, no entendía que le molestaba, se veía molesto juraría si seguía insistiendo me acabaría echando de su departamento.

—Sólo no vuelvas a preguntar_____— suspiró Guillermo más tranquilo.

Llegamos a su departamento casi al instante vi como la puerta se empezó abrir lentamente, voltee a ver a Guillermo confundida el solo se empezó acercar a la puerta, Guillermo saludo a un hombre alto como de 1.85, test blanca, ojos color marrón con una pequeña barba que parecía como de unos 25 años, me quedé petrificada, acaso ese hombre iba a vivir con nosotros, cuando pensaba decírmelo.

—______ quiero que conozcas a mi amigo Samuel— dijo Guillermo señalando aquél hombre que nos había abierto la puerta.

—Es un gusto Samuel—dije extiendo mi mano un tanto sonrojada.

Guillermo se adentro a su departamento junto con su amigo.

—¡_____ entra, siente te como en tu casa! —grito Guillermo desde adentro, yo acentí.

Me adentre al departamento tímida, me imagine que todo iba a estar desordenado típico de un hombre, pero me lleve una sorpresa fue todo lo contrario, era una pequeña sala de estar algunos libros en la mesa de centro, me senté a la orilla del sillón.

—¿Así que tú eres la hermana de Guillermo? — dijo Samuel sonriendo.

Cuando estaba apunto de contestarle, Guillermo agarro de mi mentón haciendo que lo mirara directamente a los ojos.

—Guillermo me dijo un tanto preocupado— ¡¿Porque estás tan roja?!, ¿estás bien, no te sientes mal?— . Empezó a cuestionarme y agarrar con su mano mis mejillas y me frente.

—Yo le quite sus grande manos de mi cara y contesté molesta— Si estoy bien Guillermo.

—¿Si están bien, por qué pareces un tomate? —.

—Tranquilo Guille, creó que lo que tiene tú hermana es que está sonrojada o, ¿estoy equivocado ______? —dijo Samuel mirándome directamente a los ojos junto con Guillermo.

—Te equivocas, me duele un poco la cabeza— dije nerviosa mientas agarraba mi frente.

—¿Estas segura______ hace unos instantes acabas de decirme que estás bien, quieres ir al médico? — dijo Guillermo alterado.

—No quiero ir al médico, sólo quiero ir a desempecar mis maletas— dije mientras me levantaba del sillón.

—Si _____ necesitas descansar un poco e igual yo el viaje ha sido algo agotador— dijo Guillermo mientras me llevaba a mi alcoba.

(...)

Estaba en la alcoba que Guillermo me había dicho era grande pero porque tenía que pintarla de color verde odio ese color.

Me senté sobre la cama me sentía agotada, mí vida estaba cambiando tan rápido sólo deseaba estar con mi tía no en este departamento con dos hombres desconocidos, mi tía al morir mis padres me dijo todo pasa por algo, que ahorita estoy en una tormenta y que tarde o temprano sale el sol.

La hermana de WillyRexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora