La hermana de WillyRex

#6. Marcha atrás

No sabía que decir ante esto me encontraba acorralada entre la espada y la pared, Guillermo sólo se quedó petrificado ante lo que había visto yo me le empecé a acercar, mi cuerpo estaba amedrentado, apreté mis puños, necesitaba valor, aclare mi garganta.

—Guillermo, te puedo explicar todo esto, te aseguro que no es lo que te imaginas— murmuré empecé a buscar su mirada, pareciera qué todo lo que le había dicho no lo comprendía, sólo negaba con su cabeza.

—¿____ por qué me haces esto? ¿Pensé que nosotros? sólo olvídalo — murmuró, alzó su mirada cristalizada, me miro unos instantes a los ojos para luego bajarla.

—Te juro que no fue mi intención ocasionar todo esto no volverá a suceder, Guillermo, por favor solo mírame—dije quebrada, reteniendo las lágrimas en mis ojos, no quería desmoronarme ahora, fingía al hacerme la fuerte pero estaba fracasando terriblemente.

—Ya no importa____, ya no te impediré ver a Rubén, tú misma lo dijiste ya estas grande para tomar tus propias decisiones y aprender de tus errores, no toda la vida estaré detrás de ti— al escuchar sus palabras frías hizo que me quebrara, empezaron a brotar las lágrimas, por un momento me imagine que diría "un nosotros" pero Guillermo ahora era ese hombre frío qué no sabía lo que podían ocasionar sus duras palabras.

—¡Por qué siempre eres duro conmigo, qué te hice Guillermo para que pienses y me trates de lo de peor! acaso ya olvidaste lo que hemos pasado, por un instante pensé que contigo podía tener todo y ahora me doy cuenta que no tengo ni lo más mínimo de ti— estaba cansada de fingir que todo marchaba bien entre nosotros.

—Solo olvídalo ______ ¿quieres? sólo fue un beso— dijo mientras se marchaba a la entrada del restaurante aún podía escuchar el leve quiebre de su voz.

—Antes de que se alejara más, le detuve del antebrazo— ¿Por qué finges que no te importa todo esto?, ¡Estoy harta de esta situación!— dije, mi respiración se atascó cuando lo miro a los ojos.

—¡Si estas tan harta de esto y de mí porque no te vas, la puerta está más que ancha, puedes irte cuando quieras!, no te estoy pidiendo que te quedes— dijo Guillermo furioso sin dirigirme la mirada, mientras se zafaba de mi agarre haciéndome saber que no quería que lo tocará.

—No podía creer lo que me había dicho, que le estaba pasando al Guillermo que conocía esté era muy distinto— Si quieres que me vaya de tu departamento lo haré jamás te volverá a molestar— dije secando las lágrimas que aún derramaba.

—¿¡Es lo único que quieres decir!? — dijo Guillermo poniéndose frente a mí, apretaba su mandíbula juraría que si lo seguía haciendo esta se quebraría en dos, sus ojos estaban fríos, furiosos, desesperados y angustiados.

—¡Lárgate Guillermo, solo déjame de nuevo sola! — Chille, golpeando su pecho, a él no le pareció importarle ni lo más mínimo, se fue de allí, dejándome de nuevo sola como lo hizo cuando era pequeña.

(....)

Estaba en el suelo de rodillas mientras brotaban lágrimas de mis ojos parecía que no iba a parar nunca, sentí como una mano se apoyaba en mi hombro, sus dedos se apoyan sobre mi barbilla obligándome a alzar la cabeza.

—Sé que me veo ridícula llorando afuera de un restaurante, déjame Rubén no quiero que pienses que soy una idiota sentimental— dije un nudo comienza a formarse en mi garganta mientras limpiaba las lágrimas de mis ojos, Rubén quito mis manos de mis ojos y con un pequeño pañuelo empezó a limpiarlas.

—______ jamás vuelvas a decir que eres una idiota sentimental, eres más de lo que tú te imaginas, ¿quieres que te diga todo lo que eres? y sé que no acabaré es una enorme lista, Guillermo es él idiota él jamás te ha valorado como lo mereces— dice Rubén poniéndose de cuclillas para quedar a mi altura.

—Me harás llorar de nuevo, sólo dime que no escuchaste todo lo que dije hace un momento—.

—La mayoría, _____ no te preocupes veraz que todo se solucionara dentro de muy poco, Guillermo es esa clase persona explosiva que tarde o temprano se arrepiente, ya no llores más que te vez más fea de lo que ya estas—.

—Sus palabras hizo que me quebrara nuevamente, las lágrimas se acumulan en mis ojos. Doy un paso hacia atrás y siento sus dedos envolviéndose en mi cintura, hundo mi cabeza en el hueco de su cuello—Rubén, no sé qué hacer, tú eras la única persona que aún está a mi lado no me abandones, te lo suplico.

—Si quieres puedes venir a mí casa conmigo y Mangel, ____ nunca se te ocurra que sea capaz de abandonarte—me murmura al oído aferrándose en mi cuerpo.

—Solté a Rubén— ¿Hablas en serio sobre quedarme unos días en tu casa? No será mucho tiempo mientras hablo con mi tía y regreso con ella — dije con una leve sonrisa.

—¿____ té iras? — dice afligido mientras retoma mis manos.

—Ya no tengo nada que hacer aquí, no quiero ver a Guillermo después de todo lo que me dijo necesito a mi tía es la única persona que me comprende—.

—No te vayas ____, acabas de decirme que no me alejara de tu lado, si te vas romperás nuestra promesa— hizo un puchero.

—Entiéndeme Rubén, con la única persona que pensaba que contaba me abandono, no puedo estar toda la vida viviendo en tu departamento, debo aceptar que no le intereso ni lo más mínimo a Guillermo y que ya no puedo permanecer más tiempo aquí— dije cabizbaja.

—A mí no importa que estemos viviendo bajo el mismo techo, al contrario me encantaría, quédate ____— dice Rubén suplicando.

—Esto no es un juego Rubén, esto es más difícil para mí que para ti, solo estas encaprichado con migo, puedo asegurar que dentro de poco tiempo todas esas dulces palabras que me dijiste se las llevara el viento, te olvidaras de mi cuando encuentres alguien mucho más hermosa que yo—.

—No puedes afirmar todo eso, aún no me conoces si no me lo permites—dice Rubén tomando de me mentón— ¿Quieres que vayamos por tus cosas al departamento de Guillermo?.

Asentí, Rubén me dijo que lo esperara afuera que no era conveniente que nos topáramos con Guillermo y que de nueva cuenta discutiéramos, mientras Rubén iba por su amigo Mangel, al poco tiempo vi que salieron, pude notar que venían discutiendo tal vez porque Mangel no quería tener problemas con Guillermo, pero a Rubén parecía no le importaba provocar a Guillermo.

—¿___ lista? — dice Rubén sarcástico.

—Eso creo— me sentía inestable con esta decisión, pero ya no podía dar marcha atrás.