Capítulo XV

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El Sol comienza a molestarme en la cara, por lo que me obliga a levantarme, me siento muy cansada, y como si mi trasero estuviera encojido o aplastado y molesta por lo que decido sacudirlo y masajearlo con mis manos, me encontraba aturdida, observe a mi alrededor y pensé <<vaya que lindo hotel>> ¿Isabella? Busco a la bebé con la mirada, no recuerdo dónde la he dejado, busco en la habitación a mi pequeña y me asusto al no encontrarla , salgo rápidamente en su busqueda y al estar despierta ttotalmente, imagenes de la noche anterior llegan a mi mente como bofetadas, el pánico me invade aún más, esto no es un jodido hotel, no recuerdo cuando me he puesto esta ropa y solo recuerdo a un malhumorado, y recordarlo solo hace que me aborde más el pánico, el enorme departamento me desespera ya que no se a donde voy <<santa mierda ya me quitaron a mi pequeña>> mis ojos pican pero no quiero llorar, y sigo corriendo por todo el lugar en su búsqueda, una puerta al final del pasillo llama mi atención, entro lentamente y me sorprendo al ver a mi pequeña profundamente dormida sobre el pecho desnudo de un hombre, adornando con tatuajes llamativos y es cuando lo identifico y no se si ir a golpearlo por tremendo susto que me causó, por haberme desvestido sin mi consentimiento, por traerme a su departamento, y dormir de esa manera tan......tan.... Ajjjs!

<<piensa también lo que hizo por ti>>

¿y qué hizo por mí?

<<te ayudó cuando nadie más lo hizo, te ayudó a cuidar a Isabella, te llevó a un lugar y no te abandonó por cabezota y te prendió la calefacción>>

Bueno si son muchas cosas pero eso no le quita que pueda ser peligroso.

<<¿qué clase de persona ppeligrosa hace esto?>>

¡¡UN LOCO PSICÓPATA!!

<<No hagas una tontería, si quisiera lastimarlas ya lo hubiera hecho>>

Ajjss! Bien, los dejaré descansar e iré a ver la cocina. Busqué por todas partes en busca de algo para preparar el desayuno pero este tipo no tiene más que papas fritas refrescos y galletas y lo que más odio.... Alcohol.

Tomo el pizarrón que se encuentra pegado en la nevera y escribo:

No tienes nada de comida iré a alguna tienda cerca para comprar y preparar el desayuno.

Busco mi ropa para conseguir un cambio de ropa pero para mi mala suerte las maletas están vacias ¿qué demonios hizo con toda mi ropa? Mierda con que clase de maniático me he venido a topar. Pero me tranquilizo al notar que tampoco está la de Isabella al menos de que de verdad sea un PSICÓPATA.

Me encuentro en una clase de armario gigante parecía una tienda de ropa por la gran mayoría de trajes de todo tipo y calzado, en el centro está una mochila que reconozco inmediatamente y no dudo en tomarla y revisar detro,  se que él ha visto detro y agrego a la lista de razones por las cuales golpearlo por haber revisado mis cosas pero si hubiera pensado mal respecto a todo el dinero dentro de la mochila jamás me hubiera permitido entrar a su lujoso departamento por pensar que le robaria algo. Tomo la mochila y saco uno de los billetes arrugados que hay dentro y pienso que lo mejor es tomar más para preparar algo mas a su ¿nivel? Pero que babosada acabo de pensar pero se lo debía sin él mi pequeña hubiera enfermado terriblemente.

Pienso en la ropa, no puedo salir de esta manera a la calle al pensarlo mejor sobre lo que llevo puesto mi cara se torna roja de la furia y el coraje al notar que no llevo puesto mi sostén  que idiota mas grande de la tierra. Tomo una de sus playeras a pesar de que me queda enorme y dudo sobre los pantalones, todos me quedaban demaciado enormes y no podría dar un paso con ellos sin que se me cayeran, tome unos pantaloncillos cortos con los que supongo que hace ejercicio y me quedan gracias al resorte que lleva en la parte superior pero aún asi me llegan abajo de las rodillas, tomo unos zapatos deportivos y ¿adivinen que? Me quedan extremadamente enormes, me observo en el espejo y suelto una enorme risotada por lo ridícula que me veo pero no tenía opción. 

Los Golpes de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora