Capítulo XVII

33 3 1
                                    

-¿Qué demonios haces aquí?-

-vengo por ti-

-¿Qué?- la verdad no sabía si asustarme o burlarme de él «¿Quien demonios se cree éste pendejo» -quiero que te vayas ahora-

-no voy a irme si no es contigo-

-entonces esperarás afuera- cerré la puerta en su cara y no sabía que hacer después, ese tipo realmente me esta dando escalofríos. Ahora me encontraba caminando de un lado a otro pensando en que hacer, escucho a Isabella llorar y rápidamente me dirijo hacia ella para tranquilizarla algo que me cuesta demasiado trabajo. Me detengo frente al espejo y me observo detenidamente con Isabella en brazos ella era tan pequeña y adorable mientras yo parecía un zombie andante, parecía que tenia mas edad pues Isabella muy apenas me ha dejado dormir estos últimos días pero valía la pena.

Después de un rato logré dormir a la bebé y la acomode en la cama «necesita una cuna» la compraría mañana temprano todo el dinero que le robé a Frank lo usaría para ella y yo usaré lo que gane cuando consiga un trabajo. El cielo nublado me decía que lloverá, lo que odie cuando en seguida comenzaron los truenos horribles y ¿por qué? Porque despertaron a la bebé y apenas logré que durmiera «estúpidos truenos» ya no sé que es más fuerte si los gritos de Isabella o el cielo y sus truenos, me encontraba en la cocina meciendola en mis brazos e intentando meter el biberón en su boca pero todo era inútil no estaba sucio su pañal, no quería comer, no la calmaba mi canto, al contrario lloró mas y prometí no volver a catarle, y ahí estaba yo a punto de llorar junto con Isabella pues se me agotaba la paciencia al ver que lloraba a a morir y parecía no querer detenerse «tranquila Shay solo un par de años más y ya no limpiaras pañales» y ahí comencé a llorar, al darme la vuelta no evite saltar del susto al ver una figura en mi ventana una que reconocí de inmediato «¿Sigue aquí?» lo había olvidado por completo,creí que se había ido en cuanto le cerré la puerta en la cara y ahí estaba el tipo, mojandose mientras nos miraba fijamente «no lo hagas» grita mi conciencia pero ya es tarde yo ya estaba abriéndole la puerta e indicándole que entrara.

-de verdad creí que me dejarías aquí afuera-

-ganas no me faltan pero no lo haría después de lo que has hecho por mí, y ahora ya estamos a mano-

-eso parece-

-buscaré una manta- cuando regresé con la manta él estaba desnudo, bueno solo en boxer pero era casi lo mismo -¿QUE HACES?-

-mi ropa está empapada no dormiré así- eso tenía logica, esperen...

-¿Dormir? Estas demente si cres que dormirás aquí-

-te dije que no me iría sin ti y como no vas a quedarte en mi departamento yo me quedaré en el tuyo- ¿qué demonios se ssuponía que debía responder a eso?

-no puedes hacer eso- digo en un tono molesto.

-¿A no?- acomodó su cuerpo en el sofá de la pequeña sala, se cubrió con la manta para después mirarme -necesitaré otra de éstas- dijo refiriéndose a la manta y yo tan sólo lo fulmine con la mirada y maldiciendo este momento de todas las maneras posibles, fui a mi habitación a ver a Isabella no me había dado cuenta cuando había parado de llorar pero lo agradecia, estaba preparándome para dormir y ya bajo las cobijas me quedé observando el mueble de a lado en donde unas mantas se encontraban perfectamente dobladas, Judith me las había dado para que no pasara frío por la noche, me levanté enojada conmigo y tomé las mantas del mueble y me dirigí a la sala, me detuve frente al hombre que descansaba en mi sofá y parece que no se ha dado cuenta que estoy frente a él, le lance con fuerza las mantas en su cara y me fui de ahí tan pronto reaccionó, no dijo nada y tampoco esperé a que lo hiciera, entré a mi habitación y cerré la puerta de un portazo y me arrepentí cuando escuché que Isabella comenzaba a llorar «puta vida».

~~~~~~~~~~

Me levanto de golpe en medio de la noche y mi respiración suena agitada, estoy bañada en mi sudor algo que me parece asqueroso, mi pecho sube y baja rápidamente por lo que me cuesta respirar, había tenido la misma pesadilla de siempre pero no lo entendía digo ya escapé,ya soy libre «¿de verdad lo eres?» no respondo y de inmediato me levanto para tomar una ducha.

Las luces del sol iluminaron la casa hace unas horas, yo no pude dormir después de lo de anoche por lo que me puse a pensar en todo lo que había pasado y ahora me encontraba llorando en el baño, sentada sobre el excusado «que patética, no llores por algo que ya no existe» y tenía razón pero me dolía demasiado en tan solo pensarlo, gracias a Isabella no me permitía pensar en otras cosas pues siempre estaba puesta toda mi atención hacia ella y lo que necesitara.

No podía creer que haya hecho esto toda la noche, bueno parte de ella , me levanté enojada conmigo y me lave el rostro -prometo no llorar nunca mas- me dije frente al espejo y salí para preparar el desayuno. Empuje la puerta y no abrió, lo intente de nuevo y sucedió lo mismo pero solo abría unos cinco centímetros y me acerque para ver lo que obstaculiza que yo pueda abrir la puerta y lo que veo es un cuerpo recargado en mi puerta -mierda se murió- «está respirando tonta» bien solo está dormido

-hey. Tonto, levantate!- no despierta por lo que tengo una mejor idea de cómo despertarlo, tomo un vaso que se encontraba ahí y lo lleno con agua fría me dirijo a la puerta y apunto.

Aaaaaah grita él en cuanto sintió el agua acariciar su piel y yo trato de aguantar la risa que amenaza con salir de mi boca, se levanta rápidamente en posición de ataque muy alerta lo que me permite salir del baño y dirigirme a la cocina.

-¿Estás loca?- no respondo y sigo mi camino, no escucho otra respuesta por lo que sonrió sin mirarlo y ahora me encontraba preparando el desayuno.

Ya hace unos minutos que habíamos terminado de comer y ahora el tipo no dejaba de seguirme a todos lado «parece como si te estuviera oliendo el pedo»

-listo me harté. ¿qué quieres?-

-ya te lo dije, solo quiero que te quedes conmigo-

-¿Estás drogado? Crees que me iré contigo porque tu me lo dices así nada más-

-lo harás. Hoy-

-quiero que te vayas ahora-

-bien, te espero en mi departamento si no vas esta tarde mandaré a alguien por ti y no te gustará cómo lo harán, tienes hasta las ocho- sin mas tomó su chaqueta y se fue. Un escalofrío recorrió mi piel y estuve a punto de golpearlo si no se hubiera ido tan rápido. Bien ahora tenía dos personas de quién esconderme.




Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 04, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Golpes de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora