Draco, ¿y ahora Harry?

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Era sábado. Ese día no tenía clases, obviamente, así que pase el día en la biblioteca, leyendo, sola. Draco dijo que no quería formar sospechas, así que no lo vería hasta esa noche, para armar el plan.
Esa mañana, Tonks me había mandado un nuevo libro muggle. Este se titulaba "Los Juegos Del Hambre". Al principio, como siempre en los libros, no le presté mucha atención, ya que casi nunca me interesaban los libros muggles, pero ese era verdaderamente bueno, y me atrapo tanto, que esa misma tarde lo termine.
Me dirigí a la torre de las lechuzas y le mande una carta a Tonks pidiéndole que inmediatamente me mandara la próxima parte. Y cuando estaba bajando las escaleras, me encontré con la persona a la que no quería volver a ver en mi vida: Harry Potter.
- Hola, Key- me dijo.
- Hola, Potter- le conteste un poco fría.
- ¿Potter? Pensé que ya habíamos superado eso. - me dijo divertido.
No le conteste.
- Bueno... Te estaba buscando.- comenzó.
- ¿A mí? ¿A la chica que más pena da en Hogwarts? ¿Y para que me necesitas ahora, Potter? ¿Para causarte más vergüenza?- le dije enfurecida.
- ¡Te buscaba porque hoy tenemos clases! ¿Recuerdas?
- Pensé que ya habíamos terminado con ellas.
- Solo llevamos una semana. Y hoy tengo algo diferente para la clase.
- ¿Y a mí qué diablos me importa?- le pregunte, decidida a volver a la biblioteca. Pero luego recordé lo que me dijo Draco. Tenía que hacer que Potter confiara en mi. Volver a ser su amiga. Acercarlo al señor Tenebroso. Y traicionarlo. Traicionar a la única persona que decidió ayudarme. Pero tenía que hacerlo. Él se había reído de mí, de mi soledad.
- Esta bien. Vamos al árbol.- le dije por fin.
El parecía aliviado de que halla aceptado, y nos encaminamos en silencio al árbol junto al lago negro.
- Bueno, nosotros siempre hablamos y practicamos sobre ser mejores personas, tratar bien a los hijos de muggles, bla bla. Siempre hablamos de los demás. Pero anoche me di cuanta de que no sabía absolutamente nada de tu vida, o de tu familia. Tú sabes de la mía, porque, bueno, ¿quién no?. Pero hoy quiero que me cuentes de la tuya.
Entonces comencé a relatar:
- Mis padres son Rodolfus y Bellatrix Lestrange. Son mortífagos. Viví con ellos hasta que cumplí 5 años. Ahí es cuando los aurors los atraparon y los encerraron en Azkaban. Nunca salieron- 'hasta ahora' pensé yo. Pero seguí- mis tíos son Lucius y Narcissa Malfoy. Narcissa es la hermana de mi madre.
- ¿cómo es ella?- me preguntó Potter.
- Hace ya mucho que no la veo. Pero era dulce. O al menos conmigo era así. - me interrumpí un rato, y luego prosegui- mi primo es Draco. Éramos mejores amigos hasta que el sombrero me mando a Gryffindor. Pensó que yo sé lo había pedido, y que lo había traicionado. Y mis tíos pensaron lo mismo. Yo vivía con ellos. Pero entonces me echaron. Y fui a vivir con mi otra prima, Nyphandora Tonks. Ella es la hija de mi tía, Andromeda, hermana también de mi madre. Nunca la había visto ni a ella ni a Dora hasta entonces, porque mi madre y mis tíos la odiaban.
- ¿Porque odiaban a tu tía?- preguntó mi querido 'psicologo'
- Porque ella si los había traicionado. Estaba en Slytherin. Pero se enamoro de un sangre sucia, Ted Tonks, de Hufflepuff. Y tuvieron a Dora. Pero traicionó a su familia. Así que rompieron los lazos con ella.
- ¿y a ti qué te pareció lo que hizo Andromeda?
- Bueno... No sé si estuvo muy bien- de repente había olvidado para que estaba allí, olvide que debía traicionar a Harry, y simplemente hable con él como antes- es decir, ella sabía que su familia lo tomaría a mal. Que les haría daño, a su madre y hermanas. Pero no le importo. Eso es algo muy egoísta.
- ¿pero qué si Andromeda estaba realmente enamorada de Ted Tonks, tanto que había olvidado su sangre?
- Eso... No se. Porque no sé qué tan fuerte puede llegar a ser el amor. No sé qué cosas puedes llegar a hacer por esa persona. Que cosas podrías estar dispuesto a abandonar, a olvidar. Ni que tan ciego podrías estar.
Ahora Harry me miraba fijamente.
- ¿nunca estuviste enamorada?- me preguntó de improvisto.
- No- le dije honestamente- quizá alguna vez me gusto alguien, pero nunca llegue a enamorarme. Porque cada vez que llegaba a gustarme demasiado, empezaba a notar sus defectos. Empezaba a recordar su familia. Su procedencia. Sus amigos. Su sangre.
- Yo sí me enamore, pero solo una vez. Y sigo enamorado de esa misma persona- soltó Harry.
- ¿Enserio? Bueno, entonces podrías explicarme qué cosas te causa el amor. Porque yo no lo entiendo.
- Bueno... No te importan sus defectos. Ni su familia. Ni su historia. Ni las cosas que puedo haber hecho mal en el pasado. Intentas hacer que esa persona se sienta bien. Estar con esa persona. Sin importar que. Sin importar lo que los demás piensen. - se detuvo un momento.- quizá eso es lo que hizo que Andromeda eligiera a Ted. No le importaba que pensara su familia. Porque sabía que si de verdad la amaban, iban a aceptar sus sentimientos.
Nos quedamos callados. Luego rompí el silencio:
- Y... ¿De quién estás enamorado?- le pregunte divertida.
- No te lo voy a decir- me contestó, muy nervioso.
- oh, vamos. No seas tonto. Yo podría ayudarte.
- ¿cómo me ayudarías?
- Bueno, te daría consejos.
- ¿Y cuál es su primer consejo, profesora Lestrange?
- Háblale de lo que sientes. Dile.
Se quedó callado por un tiempo.
- Ya se lo dije.
- ¿De verdad? ¡Genial! ¿Y qué te dijo?
Me miró a los ojos.
- Dile lo que sientes.
Tarde unos minutos en entender, pero para cuando lo hice, Harry ya me había besado. El chico al que tenía que traicionar. El que sin duda moriría por mi culpa.

Kiera Lestrange #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora