Cartas

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Me afecta un montón todo esto.

Ya ha pasado un mes desde que abandoné todo.

Desde que todo cambió por completo.
Dejé el instituto, la casa, la ciudad...Todo.

No he visto a Ashton desde que me dijo que me fuera a la casa del árbol.
A Charlotte tampoco la veo desde ese día.
A Nate por igual.
Y a Britt...no lo sé.

El orfanato es frío, las vestimentas de los niños son grises y rotas.

Es pobre, es el único orfanato cercano a donde yo vivía.

Soy la más mayor aquí, sin contar a Tyler, que tiene diecisiete y es tan idiota, que lo tomo como un niño pequeño.

También, soy la única con ropa bonita y un móvil.

Para mi suerte, puedo compartir secretos con niñas de doce y trece años, y reír sin parar con los cotilleos de amoríos suyos.

Comparto la habitación con Emily, una niña de seis años con un cabello rubio y liso.
Tiene el pelo hasta la cintura y siempre tiene un osito a su lado.
Se llama Drake.

Estoy en mi cama leyendo para cuando Tyler entra sin permiso alguno.
-Hey, ¿follamos?-dice.
-Hey, ¿te largas?
-Para el carro chica, era broma. No eres de mi gusto -responde alzando las manos.

Niego con la cabeza y se sienta en el suelo.

- ¿Por qué has vuelto al orfanato? -pregunta.
- Anularon los papeles de la adopción.
- Te extrañé, pequeña Roonie...-susurra.

¿Roonie?

Recuerdos llegan a mi mente.

-¿Ty? ¿Tyler Wylter?
- Veo que me recuerdas...-dice con una sonrisa.

Tyler era mi compañero de cuarto cuando tenía cuatro años.

No nos llevábamos bien, pero nos protegíamos el uno al otro.

Mi otro apellido era Roonie.
Blake Kelsey Roonie Miller, era mi nombre. Pero quisieron cambiarlo al que tengo ahora.

La suerte es que, al anular los papeles, mi apellido también se anula. Cosa de la que me alegro.

Vuelvo a ser una Roonie...

De repente, entra Emily con dos cartas.

-¡Kelsey, Kelsey! ¡Tienes correo! -grita dando pequeños saltitos.
- Tranquila, ya, deja de saltar -digo riendo.

Ella me entrega las cartas y se va.

Las abro y me encuentro una de Ashton y otra de...

¿Anacleto?

Leo rápidamente la de Ashton:

"Para mi anormal hermanastra:

Pequeña, perdóname por todo esto. Es raro no tenerte por aquí saltando y peleando por la Nutella, jaja...
Te amo, tonta.
Perdón por lo que pasó aquel día.
Estarás enfadada conmigo, y no te lo discuto, tienes motivo para estarlo.
Yo ya sabía que te iban a anular la adopción y eso, pero no sabía que lo iban a hacer tan pronto.
No estaba preparado a contártelo, y además, cuando iba a hacerlo, tuvimos esa pelea por lo de aquella noche que te hice mía...Lo siento...

Cómo ser una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora