Un Grandioso Error (Piero Barone)

¿Beca?

Narra Piero

Estaba en mi apartamento, tratando de descansar por la larga gira. Pero por alguna razón, descansar se me hacia imposible. Mis pensamientos me llevaban al último concierto, específicamente a la chica del último concierto.
No dejaba de pensar en ella, en lo linda que era, en su forma tan particular de vestir y... en su estilo de vida.
Ella vivía en un pobre barrio, demasiado peligroso para mi gusto. Quería hacer algo para ayudarla, cualquier cosa, pero no tenía ninguna idea. No sabia nada de ella, nada mas que su nombre.
Agarre mi laptop y entre al buscador, nunca fui la clase de persona que acosaba a alguien en Internet, pero las circunstancias lo requerían. Cuando ingrese su nombre, Géminis Vasco, apareció una cuenta de Facebook y le di click.
Me puse a indagar un poco, note algunas cosas importantes. Tenia 21 años y hablaba tanto español como italiano, no tenia ningún familiar anotado. Seguí investigando, según parece hace un año estudio un semestre Arquitectura pero por alguna razón lo dejo. Después de eso no existía mucha información útil.
Después de un rato meditando sobre ella, se me ocurrió una idea. Agarre mi celular e hice una llamada a un amigo.
- ¿Aló? - hablo mi amigo desde el otro lado de la linea.
- ¿Leo? - respondí - Soy Piero. ¿Te acuerdas de mis "favores" de donante? Voy a necesitar uno. Te envío los detalles por Internet, ya lo revise y creo que cumple todos los requisitos.

Narra Géminis

Había pasado ya una semana desde el concierto, pero por alguna razón no lo podía olvidar todo lo sucedido, menos el final. Más de una noche me encontraba soñando con ese momento en particular, yo subida al escenario con el chico de las gafas, y luego la imagen se transforma y los dos aparecemos en la puerta de mi departamento, él se despide besando mi mano y despidiéndose.
Niego con la cabeza y trato de ver por la ventanilla del autobús, cada día pasa más minutos pensando en Piero...
Volví a negar, volver a pensar en él solo me haría soñarlo más. Trate de concentrarme en la música de mi celular, un poco de AC/DC me ayudaría a olvidar ese trío italiano.

Después de 15 minutos, llegue a mi edificio. Cuando iba por el segundo piso, una puerta se abrió y salio el dueño del edificio, un hombre ya mayor, rodando los 50 aproximadamente, bajo y casi calvo con un estómago prominente.
- Ya le pague lo de esta semana, señor Flores - dije sin darle mucha importancia.
- No la busco por la renta - dijo impaciente - te dejaron un paquete - luego volvió a entrar a su departamento y cuando salió traía un paquete no mayor a una caja de zapatos - ¿lo quieres o no?
Me acerqué y tome el paquete, estaba dando la vuelta cuando me detuvo mi casero.
- ¿No me pagará la comisión?
- Aquí dice que el envío lo pago el remitente - dije mostrandole el recibo.
- Pero bajar 2 pisos para recibir eso - señaló la caja - me cansa. Merezco por lo menos una propina.
- Se la pagare junto con la renta - sentencie y subí el resto de los pisos hasta el mío.
Cuando por fin pude entrar a mi "hogar" lo primero que hice fue ver que era ese paquete.
Tenia una gran curiosidad sobre esa caja, nunca recibía cartas, que no sean de deudas claro, mucho menos paquetes.
Con muy poca delicadeza quite la envoltura y me puse a ojear el contenido. Lo primero que se asomaba era una carta dirigida a mi persona:

"Señorita Vasco
Me comunico con usted de parte del programa de Becas Italianas para comunicarle lo siguiente.

Usted fue aceptada a nuestro programa de becas para el siguiente semestre en la universidad de Sicilia en la facultad de Arquitectura.
Revisamos su información y usted cumple con los requisitos requeridos para el programa. Toda la información sobre la beca y la universidad están adjuntadas a esta carta; si tiene alguna duda o pregunta, solo llame o envíe un email a los números y dirección a pie de página.
Atte. A.B.I.

Cuando termine de leer la carta me quede atónita, tuve que re leerla otra vez para creermela. Lo primero que pensé fue en como supieron de mí, nunca me inscribí en ningún programa de becas o algo parecido; lo segundo fue que por fin terminaría mi carrera de arquitectura de una vez por todas, lo había dejado hace un año por falta de dinero y agotamiento, no podía trabajar 8 horas e ir a la universidad 6 horas y tratar de hacer todos los proyectos de la carrera; y lo último que pensé fue que esta beca me obligaba a ir a ese país donde mi vida fue de mal a peor, donde aprendí a vivir sin la ayuda de nadie, ni siquiera la de mi familia.
Esta era una oportunidad que se presenta solo una vez en la vida, no sabia si aceptarla o no. Decidí seguir viendo la caja con toda la información antes de decidir que hacer.
Después de una hora, o más, de ver todo el contenido, me sentía aún más confusa. En todo lo que había leído se hacía cada vez más tentador esa beca, pero el trauma del pasado me hacía dudar mi decisión. Decidí consultar con Thalia, mi mejor amiga, tome mi celular y le marqué.
- ¿Géminis? - contestó con voz dormilona. - ¿ Que quieres? Son casi las doce y tengo clases mañana.
- Lo sé - repuse - pero necesito tu ayuda. Me acaba de llegar una beca universitaria para la carrera de arquitectura de una asociación que jamás escuche y no se si aceptar o no. ¿Qué crees que debo hacer?
- ¿Una beca? - dijo Thalia un poco más despierta - Eso es bueno, ¿no? Podrás tener tu título de arquitecta y no pagarás nada. ¿Por qué no aceptarias?

- Porque la universidad esta en Sicilia, en Italia.
Hubo un corto silencio, ella era la única persona que sabía lo que viví en mis años en ese país, y sabía que volver allí me ponía ansiosa.
- Es una gran oportunidad - dijo por fin - si la rechazas te arrepentirás toda la vida. Sé porque no quieres volver, pero ya paso un buen tiempo, tal vez si vuelves a Italia puedas superar tu rencor así el país. Yo creo que deberías aceptar.
- Sé que me arrepentiré si no acepto, - respondí soltando un suspiro - y quiero terminar la universidad. - hice una pausa y vi de nuevo la carta de la asociación de becas - Tienes razón, no me perderé esta oportunidad. Empezaré a empacar de inmediato. - Después hable en voz entusiasmada - ¡¡Me voy a Italia!!
- Que envidia - dijo mi amiga entre risas - ¿Cuándo te vas?
Vi la fecha en el boleto de avión que venía incluido en el paquete.
- En 4 días - respondí - el viernes a la noche, para llegar allá el sábado en la tarde. ¡No puedo creer que me voy a Italia!

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Aquí les traigo un nuevo capítulo, lo siento por tardar pero la inspira no me llegaba.
Espero que les haya gustado y Muchas gracias por l@s que votaron y comentaron, mantienen vivo mi espíritu creativo.
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