Hazme un favor

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Narra Géminis

Cuando desperté el domingo en la mañana Piero no estaba. No sabia como sentirme sobre eso, ¿aliviada porque me dejo por fin sola? ¿O triste por alejarlo actuando como una inmadura cobarde?
El resto del domingo actuó con mucha normalidad, terminamos de instalarnos y todos se preparaban para el inicio del semestre.

Narra Piero

- ¿Qué le parece, señor Barone? - me pregunto el agente inmobiliario mostrándome el local donde pronto sería otra surcusal de mi restaurante.
- Creo que todo esta en orden - respondí - necesita algunas remodelaciones pero nada grave.
Había elegido ese lugar por su ubicación, ya que cruzando la calle y caminando un poco llegabas a la entrada de la facultad de arquitectura. Me encontraba a pocos metros de Géminis.
- Sólo tiene que firmar aquí y podrá remodelar todo lo que quiera - el agente me paso el contrato de venta y sin dudarlo ni un segundo puse mi firma donde me indicaba.
Como si el destino estuviera de mi lado, mi por el rabillo del ojo como el autobús de los becados llegaba a dejar a los estudiantes de arquitectura.
- Creo que es todo - dije extendiendo mi mano para estrecharla - Gracias por su tiempo.
- Gracias a usted, señor Barone - estrecho mi mano y luego se fue dejándome con mi reciente adquisición.
Espere un par de minutos antes de salir del local y dirigirme a buscar una arquitecta que pueda ayudarme a remodelar mi nuevo restaurante.

Narra Géminis

Existen los nervios buenos y nervios malos. Como cuando estoy con el italiano ese, ahí tengo nervios malos, los que están allí sin motivo, los que no sirven de nada. Y los nervios que tengo ahora, cuando estoy entrando a la facultad donde estudiaré por los siguientes años, esos son los nervios buenos, los que mantienen alerta para dar lo mejor de ti, los nervios que te dan cuando estas apunto de comenzar a cumplir tu sueño.
Era mi primer día, claro que ya había estudiado un semestre en una universidad de mi ciudad pero lo había dejado porque había escogido una carrera demasiado costosa para mi bolsillo casi vacío.
Pero ahora me había prometido a mi misma no abandonarlo esta vez. Iba a conseguir mi título, nada me iba a detener.
Entre a la universidad junto con otro 3 becados, era la única que entraba al primer semestre, el resto eran más veteranos.
Subí sola al quinto piso donde esta mi salón de clases. Espere la llegada del profesor sentada en la segunda fila, viendo llegar a mis diferentes compañeros.
A las 8 en punto llegó una mujer de unos 25 o más, llevaba lentes cuadrados y un moño alto sujetaba su cabellera rubia. Vestía de un traje gris con una camisa blanca con el último botón desabrochado. Cerró la puerta tras ella y dejo su bolso en la mesa del profesor.
- Buenos días - dijo con un todo serio - Soy la señorita Escobar y seré su profesora Diseño y Materiales y también pasaremos el Taller de Diseños. Ahora saquen su borrador para dictarles los materiales.
El resto de la clase transcurrió rápido mientras la señorita Escobar nos dio una introducción de la materia, luego nos dijo las reglas del taller donde están las mesas de diseño y nos término hablando de lo hermoso que era el estudiar la arquitectura.
Cuando ya iba a terminar su hora de clase se escuchó a alguien llamando a la puerta. La catedrática no pareció feliz de ser interrumpida en medio de su inspirado discurso. Con un aire de querer mandar a volar a la persona que la interrumpió se dirigió hacia la puerta. Pero en cuanto la abrió su cara cambio en una enorme sonrisa.
-¡No puede ser! - dijo sorprendida - ¿cuando llegaste? Ha pasado mucho tiempo...
Desde mi posición era difícil notar con quien hablaba la profesora, pero no me fue difícil reconocer esas gafas rojas cuando entraron al salón para poder conversar con la arquitecta.
M

e encogí en mi asiento esperando no captar su atención pero eso no evitaba que sintiera su mirada sobre mi, y tampoco ayudaba a ignorar los suspiros de mis compañeras...
Cuando creía no poder soportar más sus ojos dirigidos había mi, la profesora nos dio el permiso para retirarnos. Sin dejarla acabar de hablar tome mis cosas y salí lo más rápido que pude, dejar de sentir su mirada sobre mi era un gran alivio

Narra Piero

La vi salir del salón y no pude ni siquiera verla a los ojos, desde que entre había evitado dirigir sus ojos hacia mi. Pude sentir todos las miradas de las chicas del salón menos la suya... pero no tenía tiempo para ir tras ella, además había prometido no presionarla mucho, tenia que dejar que todo marche por si solo, o por lo menos que ella lo pensara así, yo podría dar algunas ayudas para poder tenerla cerca.
-Y dime Piero ¿qué te trae por aquí? - me dice Emily con una sonrisa.
- Tengo un trabajo para ti, Mily - le respondo - compre un nuevo local para mi restaurante, pero necesita muchos arreglos para poder considerarse un restaurante. Y quería que tú...
- Te ayude a remodelarlo ¿verdad? - me interrumpe robandome las palabras de mi boca - será un gusto Piero, pero trabajo en la universidad no se si pueda ayudarte - se encoje los hombros con una sonrisa.
- También quiero que me hagas un favor que te podrá ayudar para que puedas trabajar conmigo - le digo confiando en que ella pueda cumplirlo - ¿puedes darle trabajo de tu asistente a una chica de primer semestre? Para que te ayude con el local.
¿De primer semestre? - responde con duda, haciendome pensar si era una buena idea después de todo - no sé si pueda, recién esta iniciando el semestre y no tengo idea si sabrá algo sobre planos o escalas... y solo puedo darle trabajos a becados que necesiten dinero...
- Lo es - le confirmo lo último confiado de convencerla - No te preocupes por la experiencia, ya estudio un semestre en otra universidad. Se llama Géminis Vasco, solo hará trabajos sencillos como llevar unos planos o dar unas revisiones cuando tu no puedas. Solo dame ese favor.
Quedamos en silencio unos segundos, era normal que Emily callara para poder pensar, aunque me ponía nervioso pensar en que podía rechazar darme ese favor.
- Ok. Lo haré Piero - dijo como si se hubiera rendido ante mis peticiones - ¿se lo dirás tú o quieres que yo le de la noticia?
- Dicelo tú - respondí con una sonrisa - y que no se entere que yo te lo pedí. Que sea nuestro secreto.
Al terminar de arreglar algunos detalles quedamos en vernos después del almuerzo en mi local con su nueva ayudante.
No podía esperar ver a Géminis sorprendida al ver que trabajará para mi...

*****

¡¡¡Por fin estoy de vacaciones!!!
Lo siento si los deje plantados pero nadie me dijo que el último año era tan complicado...
Pero como sea, estoy de vuelta y voy a hacer lo posible para actualizar más seguido :)
Disfruten el capitulo y no se vallan sin dejar un voto y un comentario

Un Grandioso Error (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora