¡Nuevo Trabajo!

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Narra Géminis

Después del encuentro con el cantante, el resto de la mañana fue muy tranquila. Ya estaba por terminar mi primer día en la universidad, solo tenia que pasar la última hora en el taller de diseño con la "amiguita" de Piero.
En la clase todo iba transcurriendo normalmente, hasta el momento en que la profesora dijo:
- Sigan organizando sus grupos de trabajo mientras hablo con un estudiante - yo estaba distraída con mis compañeros pero lo siguiente que dijo me congelo la sangre - ¿señorita Vasco podría venir a mi escritorio?
Que la profesora te llamara a hablar el primer día nunca, nunca en la vida significaba algo bueno. Me pare silenciosamente, sentía los ojos de mi compañeros sobre mi posiblemente teniéndome lastima. Cuando llegue al escritorio ya estaba algo calmada pero preparada para lo peor.
- Y...yo soy Vasco, Géminis Vasco, señorita - dije tratando de calmarme.
- Un placer conocerte, Géminis -dijo con una sonrisa... ¿amistosa? - Vi tu experiencia y vi que ya habías estudiado arquitectura en otra universidad ¿verdad?
- A..a.a si, estudie un semestre en Argentina - no tenia idea de porqué preguntado eso
- Perfecto - dijo con algo de entusiasmo que me confundía - tengo algo que ofrecerte. Veras, un amigo mio me contrato para remodelar su nuevo restaurante, pero con la universidad no tengo mucho tiempo. Así que, después de pensarlo, decidí contratar a un asistente.
- ¿Y yo que tengo que ver con eso? - digo sin poder detener mi boca
- Quiero que seas mi asistente, Géminis.
La mire a los ojos sorprendida, no había terminado ni mi primer día y ya tenia un trabajo.
- Solo si aceptas, claro - dijo al ver que no respondía - y como eres una becada, puedo pagarte por tu trabajo. Así ¿que dices? ¿Aceptas?
No voy a aburrirlos con mi reacción. Solo digamos que todo el salón volteo a verme después de que grite.
- Tranquila - dijo la profesora divertida por mi reacción - tengo que ir con mi amigo en media hora, te veo en la entrada en 25 min. ¿Esta bien?
- Por supuesto - dije al tiempo que el timbre y todos los demás salieron - la veré allí.
Sonríe y salí del salón, pensando en la gran suerte que tenia.

*****

Me encontraba en la entrada de la facultad esperando a la profesora. Me maldije por enésima vez por no tener ropa un poco más formal, las camisetas negras y los jeans rasgados no dan una buena impresión. Ya habían pasado 25 min. Exactos cuando llego la señorita Escobar.
- Eres puntual, eso me gusta - dijo complacida - ven, sigueme. El lugar no es lejos, podemos ir caminando - dijo y sin más empezó a caminar por la calle.
Es verdad que el lugar era cerca, solo tuvimos que cruzar la calle y llegar a la esquina. El local era enorme, la profesora entro sin tocar y yo la seguí mientras sacaba un cuaderno para tomar notas.
P

aseaba la mirada distraída por el lugar, pensaba en todos los cambios que le pudiera hacerle. Estaba tan metida en mis pensamientos que cuando apareció el dueño del lugar di un sobresalto al escucharlo.
- Buenas tardes, señoritas - voltee a ver, ese chico con lentes rojos que no dejaba de ponerse en mi camino.
- ¿Como estas, Piero? - dijo la señorita Escobar llenado a saludarlo con un beso en la mejilla.
- Siempre es un gusto verte, Mily - dijo antes de clavar sus ojos en mi - Esta debe ser tu nueva asistente.
Se me acerco, listo para actuar como un galán. Si no fuera por el hecho de que la señorita Escobar estuviera aquí hubiera salido lo más rápido posible. Pero sabia que ahora yo debía tomar el control de la situación.
- Un placer conocerlo, soy Géminis Vasco - dije actuando como si fuera un completo desconocido.
- Es todo un placer, señorita Vasco - dijo en un tono divertido, me dedico una última mirada antes de dirigirse a la profesora.
Empezaron a hablar sobre los cambios que sufriría el lugar. Yo solo tomaba apuntes, pero era difícil concentrarse con Piero "chocando accidentalmente" conmigo. Trataba de no darle importancia, pero que mirara a los ojos para pedir disculpas era una gran distracción.

Después de recorrer el lugar y quedar en las modificaciones, la señorita Escobar se despidió y volvió a la facultad. Yo tenía que volver a la casa, pero el autobús no pasaba hasta dentro de una hora y mi única opción era caminar.
Estaba a punto de salir del lugar cuando su voz me detuvo.
- ¿Te vas sin despedirte? - no lo veía pero sabia que estaba sonriendo.
- Tengo prisa - dije y, antes de que pudiera abrir la puerta, él me tocó el hombro lo que me hizo voltearme a verlo.
- Puedo llevarte, así llegaras más rápido - supongo que hice un gesto gracioso, porque él sonrio divertido. - mi auto esta estacionado afuera, no será ningún problema.
- Eres muy amable pero puedo irme sola - dije segura, no tenía ni la mínima intención de estar en un auto SOLA con Piero.
- Pero el bus pasa dentro de una hora y... - miro el cielo por la ventana - empezará a llover en cualquier minuto.
Mire al cielo también y maldije entre dientes, estaba en lo correcto en cualquier segundo iba a llover. Al parecer solo me quedaba aceptar su invitación. Solté un suspiro.
- Esta bien, puedes llevarme - trate de no reírme de su sonrisa.

Narra Piero

Agradecí al de arriba por la amenaza de lluvia. Que quede claro que no tuve nada que ver con ello, fue simplemente suerte.
Sonríe al oírla aceptar mi oferta. Le abrí la puerta y espere a que saliera. La guíe hasta mi auto, un Audi R8 negro, y quite la alarma.
Me subí del lado del conductor y espere a que ella subiera. En cuanto se subió al auto la lluvia inicio, otra vez la suerte estaba de mi lado. Encendí el auto, sonreí y empecé a conducir.

Un Grandioso Error (Piero Barone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora