Cogí unas chuches que tenía en la despensa, las puse en un bol y fui a coger el mando, cuando de repente Martín se me adelantó y lo cogió.
- Martín, dame el mando.- dije estendiendo la mano.
- De eso nada, ahora hacen mi programa favorito y nunca me lo pierdo, no voy a hacerlo ahora.- dijo guiñándome un ojo y tumbándose en el sofá.
- Genial, empezamos bien.
Cogí el bol de chuches y me dirigí a mi habitación. Encendí el portátil y me eché en la cama. Vi que tenía una llamada por Skype de Marta, tardó un poco en volver la imagen.
- ¡Lucía tía!.- dijo haciendo señas con la mano por si no la veía.- ¿me ves?
- Sí, deja de hacer eso con la mano.- reí.
- Te llamaba para decirte que mi avión sale antes, no llegaré pasado mañana.
- No te preocupes. ¿Qué día llegas entonces?.-dije mientras me metía una chuche en la boca.
-Llego mañana al medio día.- dijo.
- ¡¿Mañana?!- dije saltando de la cama.
- Ay Lucía, si molesto me quedo en un hotel, no quiero ser molestia, de veras.. yo...- dijo agachando la cabeza.
- ¡No digas tonterías! no molestas boba, lo que pasa es que mañana he quedado con un chico..
-¡¿Qué?! ¿quién es? ¿y ahora me lo dices? ¡te mato!.- dijo chillando.
- Tranquila, que sólo es Marco.
-¿Cómo que sólo es Marco? ¿vais a volver?.- dijo moviendo su portátil, haciendo que se perdiera la señal.
- ¿Marta? genial, se ha ido la señal.
De repente se escucha a Martín correr escaleras arriba y abriendo la puerta como un rayo.
- ¿Has chillado? ¿Qué pasa?.- dijo tocándome los brazos, como si buscara heridas o algo.
- Tranquilo que estoy bien, sólo estaba hablando con Marta por Skype.
- ¿Y por eso chillas? Mira que eres tonta..- dijo abriendo la puerta para irse.
- Es que llega mañana y me lo ha dicho de sopetón, y yo mañana he quedado con Marco.
- Ahh, que es por eso. No te preocupes, yo me encargo de Marta.- dijo poniendo una sonrisa picarona.
- ¿Que te encargas de ella? Uy..- dije dándole un pequeño golpe en el brazo.
- Mal pensada que eres.. Me la llevo a dar vueltas por Madrid para que conozca un poco más la ciudad.
- Si claro, para que me la pierdas.- dije riéndome.
- Capulla.
- Imbécil.
-Te quiero.
- Mentira.- reí y le abracé.
Cerré el portátil y fui al salón con Martín. Al rato me envió un mensaje Marta diciéndome lo que había pasado con la señal.
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«Me buscabas justo cuando te encontré»
RomanceUn hecho inesperado hace que tu vida cambie